Capítulo #20

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Un nuevo amanecer llegó a la ciudad junto con lo tenues rayos de luz que se colaban entre las persianas de la habitación. De esta manera adentrándose suavemente hasta enceguecer bruscamente a la rubia quien de inmediato soltó un quejido adormilada e intentó cubrir su mirada tras un peluche de oso que segundos antes tenía atrapado entre sus brazos.

— Maldita sea — Bufó rendida al taladro en su cabeza que finalmente le impidió volver a dormir.

Joy apartó el peluche de su cara para poder permitir a sus ojos adecuarse a la luz, un conflicto que duró unos segundos hasta que lo consiguió y entonces pudo notar que no tenía ni idea de donde se encontraba.

— Oh mierda — Gritó exaltada levantadose bruscamente y lentamente asimilando su situación mientras ojeaba bajo las blancas sabanas para corroborar que todo esté en orden, además del hecho de que su blusa había sido reemplazada por un camisón.

— Si, siguen ahí. — Intervino de golpe una voz masculina con un tono divertido. — Tus bragas, tus órganos, todo en orden. — Freddy sonrió de lado con su mejilla derecha cubierta por un par de venditas.

— ¡Oh Dios! — Brincó bruscamente al escuchar la voz ajena, seguido de un sonrojo inmediato mientras aún analizaba todo lo que estaba pasando, cosa que no favorecía al dolor de cabeza. — Tú y yo.... — Dudó nerviosa señalando al castaño hasta que él le respondió negando con la cabeza — O-oh.... Bien — Suspiró aliviada liberando una presión en su pecho.

— Vaya — Rió leve adentrándose en la habitación con una bandeja en sus manos. — No sé cómo debería sentirme en vista de lo aliviada que pareces estar al saber que no tuvimos sexo. — Alegó burlón dejando la bandeja sobre la mesa de noche.

— ¡N-no es eso! — Repuso retomando su nerviosismo e intensificando su sonrojo.

— Ah ¿No? — Dudó sentandose sobre la cama y dedicandole una mirada pícara a la contraria.

— N-No.... Es decir... ¡Deja de mirarme! — Ordenó levantando de forma amenazante el peluche pero frenando su ataque al percatarse del mismo. — ¿Tienes un peluche de oso? — Bajó el peluche con curiosidad examinándolo.

— Si. Ríe si quieres pero lo tengo desde niño y es como un amuleto para mí. — Musitó nervioso examinando el peluche.

— Awww — Abrazó al muñeco con ternura y sin una sola pizca de burla en su expresión.

El castaño guardó silencio aliviado ante la expresión de la rubia.

— ¿Como te sientes? — Dudó dulcemente desviando la mirada.

— Bien en general. Pero mi cabeza me está matando... — Entonces se percató del contenido en aquella bandeja: Un zumo de naranja, un par de medialunas y algunas pastillas para la resaca. — ¿Es.... Para mi?.... Espera ¿Como estás tan bien tú? Tomaste más que yo.

— Sip. Y simplemente yo.... Tolero en cierta forma mejor el alcohol — Respondió con un tono vacilante — Además de mi propia buena dosis de esas pastillas temprano en la mañana.

La rubia se apresuró a tomar una de las pastillas junto con el zumo, esto aún ante el ardor de su garganta — No es por nada pero.... ¿Como llegué aquí con este camisón tuyo y sin sexo? — Dudó nerviosa manteniendo su mirada en el vaso en su mano.

— Bueno... ¿Que tanto recuerdas exactamente?

— Recuerdo un par de tragos en la barra, luego una vaga conversación a solas con Owynn quien en algún momento tocó el tema del contrato, una terrible jaqueca en ese instante y luego todo negro hasta este momento. Fué extraño, si bien estaba bebiendo más de la cuenta, lo que pasó fué extremo — Comenzó a bordear con sus dedos el vaso a medida que examinaba lo acontecido anoche — Owynn tiene que ser el responsable....

Trabajo, Nada Más // Freddoy //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora