La Última pieza de mi Puzzle (#8 Saga Bebé)

25. Todo de Ti

Scarlet:

En otro momento me hubiera sentido avergonzada, pero no ahora y tal vez era por el deseo inmenso que exigía y soltaba mi cuerpo.

Lo deseaba.

Ahora mismo deseaba a Theo y él me deseaba a mí con la misma intensidad, lo supe cuando no hubo palabras, solo toques , caricias y besos.

Hasta finalmente como reaccionaban nuestros cuerpos juntos.

Nuestras partes se rozaron y gemí con deseo, comenzamos a frotarnos juntos aunque la ropa seguía ahí interponiéndose.

Theo no aguanto más, se retiró de mí encima para empezar a desvestirme luego de depositar besos sobre mi clavícula y justo sobre mis pechos, me miro a los ojos unos segundos y levanto mi camiseta de tiras para besarme el abdomen, la piel y mi estómago se encogió al sentir el tacto de sus suaves labios sobre él, Theo comenzó a subir mi camiseta a medida que iba dejando besos justo en ese lugar desnudo y cuando se encontró a la altura de mis pechos, le ayude a quitármelos, lo arrojó al suelo y se agacho para besarme los senos, por encima del sujetador mientras sus nudillos rozaban desde mi vientre hasta donde empezaba mis pechos.

Me incline enderezándome y sus manos viajaron despacio hasta el broche del sujetador en la parte trasera, me los quito y los dejo en el mismo que mi camiseta de tiras.

Theo prosiguió con el botón de mis vaqueros , los deslizo y seguía besándome esta vez los muslos, me deje caer la mitad de mi cuerpo en la cama y cerré los ojos, gimiendo despacio.

—Levanta la pierna, Scar. —Me pidió luego de dar un último beso en mi muslo.

Hice lo que me pidió hasta que me quede solo en bragas, sabía que Theo quería probar de mí, pero yo también quería hacerlo, quería desvestirlo con mis manos y probar de él con mis labios.

—Mi turno. —Avise.

Y el sonrio.

Me sentí la que mandaba mientras le daba cada indicación, me arrodille sobre el colchón y frente a él, inclinando mi cuerpo al suyo, mis pechos colgaban cerca de su rostro y sus ojos no paraban de observarlos hasta darme una mirada pervertida, entonces comenzó a tocarlos con sus pulgares, haciendo círculos en mis pezones.

Ambos comenzamos a tocarnos mucho mientras le quitaba la camiseta, lleve mis manos a sus abdominales y lo bese ahí, recorrí con mi lengua por cada uno hasta subir y el mismo se terminó por quitársela.

Llevé las manos a los botones de sus vaqueros y metí la mano sin pudor dentro de los calzoncillos, envolví su miembro con mis dedos y Theo soltó un largo gemido.

—Mierda, Scarlet..

Me excite con solo oírlo, mi entrepierna se humedeció y moje mis bragas.

Theo me acerco a él para presionar sus labios sobre mi cabello, nuestras frentes se juntaron y comencé a masturbarlo.

Hice movimientos suaves al inicio, pero él me guió envolviendo su mano sobre la mía, sin embargo, no me permitió seguir.

—Scar.. Te he echado de menos. —Me dijo mirándome a los ojos.

Apreté los labios y él me cogió la cara para besarme, le devolví el beso dejando ir su miembro y su cuerpo terminó aprisionándome justo cuando empezamos.

Me mordí el labio y me ríe, él también lo hizo y entendí lo felices que éramos, lo éramos en este momento, sin pensar en el pasado, ni las cosas futuras que podrían venir.

Su risa se acabo y coloco ambas manos en mi rostro, me lo acarició y yo apreté los labios.

—Te amo, mi Scar.

Mi corazón palpito rápido.

—Yo también. —Le prometo. —Te amo tanto, Theo.

Mis palabras brotaron llenas de verdad y de lo que comencé a sentir en ese momento, Theo me beso con fuerza y desenfreno, y en medio de ese excitante beso sus manos bajaron por mi cuerpo, toda mi piel se seguía erizando por su toque, pero mi entrepierna dio un salto cuando me arranco las bragas.

Me reí.

—¡Theo!. —Le grite entre risas.

—Lo lamento. dios.. solo él sabe cuánto deseo esto, Scar.. Te he echado muchísimo de menos y no puedo esperar más, mi amor.

—Entonces no esperes más. —Pedí.

Su mirada me bastó para sentir lo que se aproximaba, no íbamos a ir lento y tampoco lo quería despacio, me encontraba lo suficientemente mojada para recibir su pene, quería tenerlo dentro.

 Al igual que el yo tampoco aguantaba más.

Theo se bajó los vaqueros un poco más hasta sacar su pene por completo, acerco su entrepierna a la mía y el roce me hizo subir las manos a los músculos de sus brazos y apretar las uñas para sostenerme.

Él empujó.

Empujo tan fuerte que sentí una vibración por todo el cuerpo, Theo volvió a empujar y mi cadera se movió, escuche un fuerte sonido que iba en aumento en cada una de sus embestidas y pronto me encontré moviéndome junto a él.

No había pasado mucho tiempo, pero se sentía eterno.

Para cumplir mis deseos, Theo se encargó de recompensar en esta noche todas las perdidas en las que no estuvimos juntos.

Mis caderas le respondieron tanto como podían y sus empujes me volvían loca, gemí en su oído y eso provocaba que empujara con más fuerza, me excitaba la manera como se movía y me excitaba su forma de tocarme.

Theo sabía de memoria cada parte sensible de mi cuerpo , sabia donde me gustaba que estuviera sus manos y su boca.

Me excitaba eso de él.

Así que no me demore mucho en correrme, es más, fui la primera en llegar después de que Theo levantara mi pierna hasta donde podía  y la envolviera alrededor de su cadera, mis talones golpeando su trasero no fueron suficientes, así que lleve cada mano a sus glúteos, apreté y su pene entro más hondo provocando que me corriera despues de cinco embestidas.

—¡Ahh, Theo.! —Gemí . —¡Me encanta, me encanta tanto, Theo!

—Scar.. Mierda, también me encanta, mi amor.

Quería que siguiera moviéndose, quería sentirlo aun dentro de mí, así lo hizo, y esta segunda vez llegue unos segundos después de él.

Theo se corrió dentro de mí y me encanto, lo hizo gritando mi nombre y su cuerpo termino apretando el mío, se mantuvo en mi interior y ambos sonreímos.

Él dejó caer su cuerpo al lado, pero me rodeo con los brazos.

—¿Qué sucede? —Pregunte.

—Estoy demasiado feliz, Scar.

Mi corazón estaba feliz, me aparte para mirarlo y él llevo sus manos a mi rostro, me acaricio las mejillas y finalmente el cabello, sus ojos mirándome llenos de amor.

—¿Te he dicho que lo que amo más de ti es tu cabello rojo como el de la sirenita?

—¿Es lo único que amas de mí?. —Me atreví a jugar.

Su mirada se tornó seria, dejo de acariciarme el cabello para mirarme los ojos fijamente.

—Amo todo de ti, Scar.

Su respuesta me hizo sonreír y su seriedad se rompió.

—Yo también amo todo de ti, Theodore Brook.