《Seis》

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Durante el fin de semana no pude evitar pensar en el chico de rizos que ahora por experiencia propia sabía que también tenía una hermosa sonrisa.

Mentiría si dijera que no estuve esperando como loco a que por fin fuera lunes, porque fue exactamente lo que estuve haciendo.

No puedo sacar su bella sonrisa de mi mente. Es como una película. Una hermosa y linda película.

Una extraña sensación se hizo presente al momento en que llegué a la estación y lo vi de nuevo.

El chico rizado estaba mas hermoso que nunca. Bueno, siempre lo ha estado. Pero tal vez era esa playera rosa palo y sus jeans negros que hacían que su belleza resaltara aún más. En definitiva, el color rosa era su color, a quien engaño, todos los colores son sus colores.

El tren llegó y abrió sus puertas. La masa de personas entró y lastimosamente entre tanto forsajeo y desespero de la gente por conseguir un buen asiento, me dejaron atrás.

Rayos. Maldecí internamente.

El único lugar disponible era a lado del chico con rizos alborotados. No tenía otra opción, tenía que hacerlo, era eso o posiblemente tener un accidente.

Además que solo es un lugar.
Solo pasaría unos 15 minutos a lado de este chico.
Solo estaría cerca de este chico.

Así que con pasos un poco tambaleantes comencé a caminar hacia el lugar con un pequeño temblor naciendo en las palmas de mis manos. Estaba nervioso. Estaba muy nervioso.

Me senté. Coloqué mi mochila sobre mis piernas y saqué el celular con mis audífonos. La música siempre me tranquiliza, y era más que obvio que lo menos estaba ahora era  tranquilo.

Verifiqué la hora en mi celular. Faltaba tiempo.

Asi que presione el botón de aleatorio y la música comenzó a reproducirse.

Diría que todo el camino al colegio me la pasé así; escuchando y pensando. Pero no lo fue.

Estaba en la segunda canción cuando sentí que alguien tiró de uno de mis audífonos. Reaccione de inmediato girando mi rostro hacia la persona que había realizado ese movimiento y encontrándome con el chico de rizos alborotados. El chico que tenía una linda sonrisa, el mismo chico que hace unos momentos provocó una revolución en mi.

-Humm- balbuceó-, creo que tienes tu música demasiado alta, pude escuchar hasta acá.

-Ow, lo siento- rápidamente fui a a los teclados de volumen para bajarlo. Él me lo impidió. Su mano ahora estaba en mi muñeca.

-No lo lamentes- dijo mientras que su mano seguía sosteniendo mi muñeca-. Quiero decir, me gusta esa música.

- ¿Los conoces? - pregunté sorprendido.

-Claro. ¿Quién no conoce a Wallows?

-Humm, no lo sé, tal vez los tontos- dije lo primero que se me pudo haber ocurrido.

Y entonces ocurrió lo más maravilloso. Él me sonrió, pero no fue solo una sonrisa el estaba riendo, estaba riendo porque yo lo había hecho reír. Estaba riendo por mi.

- ¿Te molestaría si yo escucho contigo?- preguntó.

- ¿Quieres escuchar música conmigo? - pregunté de regreso.

-Si tu quieres, claro está.

-Si por supuesto que si- eso salió más rápido de lo que me hubiera gustado-, quiero decir, no hay problema- bajé la mirada mientras que sentia como poco a poco algo dentro de mi comenzaba a arder, y sabía a la perfección que eran mis mejillas. Sin embargo decidí ignorar esa reacción de mi cuerpo.  Ahora su mano ya no estaba más en mi muñeca.

Tomé un audífono y se lo extendí, él lo tomó. Y me volvió a sonreír.

Rosas  {Emiliaco}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora