Tercera rosa.
Estaba enojado. Muy enojado.
En definitiva hoy no era mi día, y lo único que lo podía salvar tenia nombre, apellido y rizos.Mi día inició bien, vi a Emilio por la mañana y ambos acordamos una tercera cita, estaba feliz, muy feliz, pero esa felicidad se fue al caño cuando llegué a mi colegio. Resulta que mis compañeros no pudieron poner mi nombre en el proyecto de Biología cuando yo hice más de la mitad solo, y lo peor no fue ahí sino que mi maestro de psicología no me recibió un trabajo simplemente porque no se le dio la gana y ahora es probable que este a punto de reprobar dos materias, y para colmo Renata manchó mi pantalón rojo de pintura negra. Solo quería llegar a ese parque y fundirme en los brazos de Emilio, sentir su calidez y saber que todo estará bien.
Camine hasta nuestra banca y ahí estaba él, pude darme cuenta que con su mano sostenía una rosa roja. Otra más para mí mesa de noche. Sonreí y caminé hasta donde se encontraba.
-Hola- saludé con mi mano.
-Hola, corazón- dejó la rosa en la banca y se puso de pie para después darme un abrazo. No pude evitar que el montón de mariposas revolotearan en mi anterior cuando lo escuche llamarme de esa manera. Correspondi su abrazo y deje que su calidez llenara mi cuerpo y así de un solo momento, mi enojo desapareció.
-No sabes lo bien que me hace estar así contigo- confesé aún con mi cabeza en su pecho y sus brazos rodeandome.
-A mi también me encanta estar así contigo- suspiré-. ¿ por qué el suspiro?
-Hoy tuve un día no tan agradable- hablé sobre la tela de su suéter.
-Humm- me separó un poco y tomó mi rostro entre sus manos- cuéntame.
Nos separamos por completo, pero antes de que tomáramos asiento, tomó la rosa de la banca y me la dio.
-Asi que las rosas pueden ser nuestro para siempre- dije mientras reía y tomaba la rosa. Era muy hermosa. Algún día iría a la florería de los abuelos de Emilio, tal vez le podría comprar algo a mi mamá, ella ama las flores.
-Puede ser- también río-. Pero como ya te dije, si fuera por mi te daría todas las rosas del mundo, mi pequeñín- sonreí. Emilio era tan tierno.
-Me gusta que me llames por esos apodos, suenan dulce viniendo de tu parte.
-Tu haces que quiera decirte todos esos apodos- me sonrojé. Debería ser un delito ser tan lindo como lo es él-. Pero bueno, niño tierno, vamos cuéntame que es eso que te tenía de malas- Emilio se sentó en la banca pero estiró sus piernas a lo largo de esta, a lado de la banca estaba un árbol algo grande por lo qué el recostó su espalda ahí, abrió sus piernas y palmeó con sus manos ese espacio para que yo tomara asiento, así que eso hice. La manos de Emilio fueron a parar a mi cabello acariciandolo, me recargue sobre su pecho y me relajé.
-Estoy a punto de reprobar dos materias- sus manos seguían sobre mi cabello y yo comencé a jugar con los petalos de la rosa que aún conservaba en mi mano-. Estoy en ultimo año y tengo que salir con buena calificación para poder entrar a una buena universidad.
-¿No hay nada que se pueda hacer?
-Sí, me quedan exámenes, y si pasó todos con más de 8 habré pasado las materias.
-Eso es bueno ¿no?
-Hummm. Digamos que si pero igual me preocupa, tendré que estudiar demasiado y...
-Hey- besó mi mejilla tiernamente-, tranquilo corazón, estoy seguro que todo saldrá bien, eres inteligente y muy listo. Saldrás con más de 8- volvió a besar mi mejilla. Emilio era todo lo que necesitaba en estos momentos, es increíble como unas simples palabras viniendo de la persona correcta te pueden hacer sentir tan bien.
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Rosas {Emiliaco}
RomanceDonde Emilio suele darle rosas a Joaquín todos los viernes en la misma banca del parque. Holaaaaa, antes de comenzar quiero decirles que esta historia al principio tendrá capítulos demasiado cortos, pero conforme vaya avanzando los capítulos se Irán...