Un nuevo día se extendía sobre las calles de la pequeña ciudad, los pájaros cantaban a un mismo ritmo y aunque el clima mañanero era un poco frío, en la casa de dos personas en específico todo se sentia cálido.
-Buenos días, corazón- susurró sobre su oído, y en respuesta sólo obtuvo una pequeña sonrisa de su futuro esposo.
-Buenos días, amor- Joaquín abrió sus ojos con lentitud, su sonrisa se hizo aún más grande.
-¿Listo para la locura de hoy?- preguntó a su amado con un ligero levantamiento de cejas.
-Completamente listo- Joaquín se acercó a su rostro y le dio un ligero beso sobre los labios y se alejó antes de que este tomara otro rumbo, lo cual hizo sacar un pequeño gruñido a su pareja-, después de hoy me podrás besar las veces que quieras- habló sobre sus labios.
-Estoy ansiando el momento en que seas por fin mi esposo- ambos hablaban en susurros, no había necesidad de más, sólo eran ellos dos.
-Yo también.
Después de una pequeña sesión de besos perezosos y susurros, la pareja se levantó de su cama y comenzó alistarse para el gran día.
-¿A qué hora vendrán mi cuñada y mi suegra? - preguntó el rizado mientras sacaba una rebanada de pan recién tostado.
-Ren me dijo que estarían aquí cerca de las once de la mañana...uh el mío lo quiero con mantequilla de maní y mermelada de fresa- señaló el menor desde el pequeño banco de madera justo en frente la isla de la cocina.
-Ya lo sé, amor- le guiñó un ojo y a contestación el pequeño castaño le dio una gran sonrisa-. Puedes creer que de verdad serás mi esposo en unas horas- habló dejando el plato de cerámica con el pan tostado en frente de su pareja.
-Sinceramente no- dijo antes de darle un pequeña mordida a su pan-, la primera vez que te vi jamás pasó por mi cabeza que tu me corresponderías.
-Corazón, eres demasiado bonito y hermoso como para no hacerte caso- de forma inmediata, un tono carmesí invadió el rostro del menor. Aún después de tantos años él seguía teniendo esta reacción.
-Es increíble como después de tantos años sigues causando sonrojos en mi.
-Me encanta verte sonrojado- caminó hasta él y le dio un beso sobre los labios-, al igual que amo otras cosas de ti- dijo esto último sobre su cuello depositando un pequeño beso en esa parte.
El resto del tiempo se dedicaron a desayunar y para las once con doce minutos, unos cuantos golpeteos se escucharon en la casa. De inmediato, Emilio se levantó de su lugar y fue hacia la puerta; del otro lado se encontraba una Renata con algunos accesorios sobre la cabeza, unos pans negros y su gran bolsa, mientras que a su lado se encontraba su suegra y madre de Joaquín que a comparación de Renata, sólo traía una pequeña maleta y su cabello amarrado en un chongo algo despeinado.
-Buenos días, cariño- saludó la madre del menor dándole un beso sobre la mejilla.
-Buenos días, suegra- saludó de igual manera.
-Te diría buenos días, cuñis, pero la verdad es que traigo algo de prisa y la boda es en unas horas así que...- y como alma que lleva el viento, se introdujo a la casa.
-Buenos días para ti también, cuñadita- habló mientras que observaba como la chica corría a través de su sala y gritaba el nombre de su prometido.
-No le hagas caso, ya sabes como es- Eli rodó los ojos con diversión.
-Lo sé, créame que después de tantos años uno se acostumbra. Pero en fin, ya están aquí; lo que significa que me tengo que ir- su mano fue hacia su bolsillo de sus jeans para sacar las llaves.
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Rosas {Emiliaco}
RomanceDonde Emilio suele darle rosas a Joaquín todos los viernes en la misma banca del parque. Holaaaaa, antes de comenzar quiero decirles que esta historia al principio tendrá capítulos demasiado cortos, pero conforme vaya avanzando los capítulos se Irán...