La noche habia caído, la luz de la luna adornaba ligeramente la oscuridad en la que se envolvia la ciudad. Y dos chicos dormian comodamente en los brazos del otro. Todo se sentia muy en paz, demasiado en paz...
-Te toca- dijo en voz baja cuando escuchó el pequeño llanto de una de sus hijas. Lo más probable era de que se tratara de Johana, era la más inquieta por las noche. Emilio soltó un ligero gruñido y con demasiada pereza soltó la cintura de su esposo para después salir de la cama e ir hasta la habitación de sus pequeñas gemelas.
La noche pasada le había tocado a Joaquín tener que levantarse e ir a verificar que todo estuviera en orden con sus dos pequeñas, ahora era el turno de Emilio.
Las gemelas Johana y Natalia tenían un año y seis meses, las bebés dormían en una habitación a parte de sus padres; pero no siempre fue así, recién hace dos semanas que las niñas habían dejado la habitación de la pareja, por lo que durante estas dos semanas ambos esposos se habían estado turnando cada noche que las pequeñas soltaban el llanto que escuchaban a través del monitor que tenían a lado de la cama en un pequeño mueble.
-Creo que las niñas quieren dormir con sus padres- Joaquín abrió los ojos -Ya que los había cerrado cuando Emilio salió de la habitación-, y vio a su esposo con una gran sonrisa y ambas bebés, una en cada brazo, en el umbral. El castaño le regresó la sonrisa y se hizo a un lado para que Emilio dejara a ambas niñas.
-Estoy seguro que él que quería dormir con sus hijas era otro.
-Soy un buen padre; además hace frío- estiró un brazo y Joaquín tomó a Natalia, mientras que Emilio acomodaba a Johana, seguido de esto Joaquín también acomodó a su otra hija a un lado de su hermana.
-Sabes que no tengo problema con que nuestras hijas duerman con nosotros- y era verdad. A él también le había costado separarse de ellas para dormir, pero sin duda alguna Emilio era el más afectado o por lo menos no lo disimulaba. Emilio le sonrió y se acomodó en la cama ahora con las dos pequeñas en medio de ambos. Se miraron una vez más y cerraron los ojos.
Emilio y Joaquin llebavan siete años juntos y dos años de casados.
Ambos eran realmente felices, después de todo por lo que habían pasado se podría decir que su calma por fin había llegado.
La mañana siguiente llegó con un gran sol a pesar del fuerte invierno. Las gemelas se habían despertado alrededor de las ocho de la mañana por lo que la linda pareja no pudo disfrutar un poco mas de la cama aunque fueran epocas vacacionales, por lo que ahora Joaquin se encontraba en la cocina de su casa preparando las formulas de las pequeñas y su pañalera, debido a que esa mañana los cuatro harían un pequeño viaje hacía la cabaña de los abuelos del rizado donde pasarian noche buena y navidad junto a la familia Osorio Marcos y Bondoni Gress. Una total locura. Joaquín vertió el agua caliente de las bebés sobre un termo y la dejó dentra de la pañalera. Mientras tanto un chico de sonrisa linda entró a la cocina y al ver a su esposo tan concentrado preparando todo para el viaje, no dudo en envolver sus brazos sobre la cintura del otro.
Joaquin al ver ambos brazos y en uno de ellos el tatuaje de una pequeña rosa en un costado de la muñeca -justo como la que el tiene en el mismo lugar- dejo caer sus manos sobre las manos que sostenian su cintura.
-Todo esta listo, corazón- habló Emilio sobre el oído del más pequeño. Joaquin dio la vuelta entre los brazos de su esposo para quedar cara a cara y de esta manera lo sostenerlo por las mejillas.
- También están listas las pañaleras de las gemelas.
-Entonces vámonos- Joaquín asintió y le dio un pico sobre los labios para después safarse del abrazo e irse pora subir las pañaleras de sus hijas.
ESTÁS LEYENDO
Rosas {Emiliaco}
RomanceDonde Emilio suele darle rosas a Joaquín todos los viernes en la misma banca del parque. Holaaaaa, antes de comenzar quiero decirles que esta historia al principio tendrá capítulos demasiado cortos, pero conforme vaya avanzando los capítulos se Irán...