《Diecisiete》

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[Antes de iniciar este capítulo quiero dedicárselo a tres personitas que han apoyado la historia desde siempre y son las que siempre ponen presión para que actualice. Estas personas son: Tere, Mili y Xitlalith. Las quiero mucho❤

Ahora , disfruten el capítulo.]

Séptima rosa.

-Entonces ¿dónde está Emilio?- preguntó Renata a mi lado.

-No lo sé- suspiré y me senté en la banca.

-¿No se supone que ya debería de estar aquí?

-Sí, pero tampoco es tan tarde. Seguro algo le tomó por sorpresa- dije restándole importancia.

-Bien, entonces esperaré- tomó asiento a mi lado.

Por mi parte sólo rodé los ojos y me quedé en silencio.

El viernes pasado algo le había surgido a Emilio por lo que se tuvo que ir antes de la hora en que suelen terminarse nuestras citas por lo que ahora mi hermana había insistido hasta el cansancio que la dejara quedarse conmigo para poder conocer a su "cuñado" como ahora ella lo llama. No tuve opción más que aceptar, ahora realmente cruzaba los dedos mentalmente para que Renata se hartara y se fuera de aquí antes de que el rizado llegara.

Lamentablemente la suerte hoy no estaba de mi lado, ya que unos minutos después pude ver como Emilio venía caminando hacia nosotros con la rosa en la mano y su gran sonrisa.

Al llegar a mi frunció el ceño.

-Hola- dijo dudoso.

-¡Hola!- mi hermana saltó de la banca como si alguien le hubiera pinchado el trasero con una aguja- seguro tu eres mi cuñado- mencionó muy sonriente. Genial.

-Renata...- la miré con mi peor cara de perrito chihuaha enojado. Lo que menos quería era que mi hermana menor pusiera incómodo a Emilio.

-Supongo que eres la pequeña Bondoni- le contestó alegremente.

-Sí soy... oh por Dios ¡mira Joaco!- empezó a sacudir mi brazo- ¡Trae la rosa de la cita de hoy!- chilló como si hubiese mirado a su pareja favorita darse un beso en alguna de sus series o telenovelas.

Mis mejillas ardían y lo único que podía hacer era pedir que la tierra me tragara.

-Ah sí, es la rosa del día de hoy- contestó Emilio dirigiéndome una sonrisa a la cual correspondí de la misma manera-. Tómala, bonito- me la extendió e hice caso a lo que dijo. Para este entonces Renata tenía su boca cubierta con sus manos tratando de reprimir un grito. No entendía porque tenia esta actitud.

-Ok, esto es demasiado para mí pobre corazón- se tocó el pecho dramáticamente y se dejó caer de nuevo en la banca.

-Bien, ya lo conociste- la miré- ya te puedes marchar- le dije con una sonrisa fingida.

-¿Qué?, hey no. Quiero ver más sobre sus cursilerias- llevó sus manos hasta su barbilla y las apoyó sobre sus piernas mientras que nos miraba con una cara que ahora me estaba causando un poco de miedo.

-Renata...

-Hey, tranquilo corazón- Emilio se acercó a mi y dejó un pequeño beso sobre mi cabeza mientras pasaba su brazo por mis hombros-. No tengo problema con que se quede.

-Pero...

-¿Lo ves Joaquito?- se paró de la banca-, si mi cuñado no tiene problema entonces todo bien.

Rosas  {Emiliaco}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora