Otro día más había comenzado. Estaba inmensamente feliz y no solo por el hecho de que ayer me la había pasado conversando con Emilio durante el viaje a mi colegio.
Emilio... que lindo nombre. Lindo nombre para un lindo chico. En fin, el día de ayer después del colegio mi padre me recibió con un gran regalo. Me había comprado el libro de Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo, ese libro lo había visto en una página de recomendaciones en internet y desde entonces había estado fastidiando alrededor de mis padres para que me lo compraran, y por fin lo había conseguido.
Había llegado a la estación con treinta minutos de anticipación, tenía tiempo para leer un poco antes de que Emilio llegara y mi atención se volviera completamente para él. Ayer sentía que volaba en nubes de algodón por todo lo sucedido con el rizado tanto fue lo que provocó en mi que durante la noche no pude siquiera pegar un ojo, así que me dedique a leer un poco del libro.
Busqué un pequeño lugar en la estación y encontré uno a lado de una señora con una bebé en brazos. Caminé hacia el lugar y me senté, no sin antes poner mis audífonos en mis oídos y mi playlist favorita.
No supe cuánto tiempo pasó, lo único que sé es que cuando levanté mi vista el rizado se encontraba en frente de mi, de inmediato quité mis audífonos.
-¿Joaquín?- pronunció mi nombre levantando una ceja.
-Humm si, lo siento ¿pasa algo? - pregunté nerviosamente.
-El tren está por llegar y no te vi cuando llegué.
Cierto. Fui tan estupido que ni siquiera me había fijado en la hora.
-Sí, yo ehh... me perdí por completo en la lectura- levanté mostrándole el libro.
-Bueno, ya no importa, mejor levanta tu lindo trasero de ahí y ven conmigo a esperar el tren que está a punto de llegar.
¿Acababa de decir que tengo el trasero lindo?
-De acuerdo- me levanté colgando mi mochila en mi hombro y con mi otra mano sostenía mi libro, y efectivamente el tren llegó. Lamentablemente Emilio y yo nos encontrábamos demasiado atrás de toda la multitud de gente, así que cuando por fin logramos entrar al tren todos los asientos se encontraban ocupados.
-Ven- Emilio tomó mi mano. Y la electricidad con las mariposas en mi estómago se hicieron presente. Con su mano y mi mano unidas, avanzamos a través del vagón hasta encontrar unos lugares disponibles, en la parte de atrás, tendríamos que irnos parados-. Mira, aquí está perfecto- con su mano libre sostuvo el delgado tubo de metal y aunque me hubiese gustado seguir sosteniendo su mano no podía hacerlo ya que mi otro mano sostenía mi libro.
-Yo...comencé a decir tratando de encontrar las palabras-... es que necesito... este mi libro- lo bueno fue que Emilio comprendió lo que estaba tratando de decir así que libero mi mano. Me sentí ¿triste? Cuando lo hizo, pero era eso o sufrir un accidente. Rápidamente atraje mi mochila al frente y metí mi libro en ella y con la misma rapidez me sostuve del Delgado tubo de metal y dejando mi otra mano libre, cosa que no duró tanto tiempo ya que Emilio volvió a tomar mi mano y la entrelazó con la de él. En definitiva, me sentía en el cielo.
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Rosas {Emiliaco}
RomanceDonde Emilio suele darle rosas a Joaquín todos los viernes en la misma banca del parque. Holaaaaa, antes de comenzar quiero decirles que esta historia al principio tendrá capítulos demasiado cortos, pero conforme vaya avanzando los capítulos se Irán...