[Capítulo 17]

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17.

Día siguiente.

— ¿Ya estás lista? — preguntó Cristian, asomado en la puerta de mi cuarto.

Afirmé tras agarrar mi cartera y la bolsa donde llevaba mi otro vestido con mis zapatos de plataforma.

— Na'guará de hermosa eres, menor. — comentó. — Si yo no fuera hermano tuyo, ya te hubiera dado durísimo por delante y por detrás.

Ay no, sapegato.

— ¡Qué asco, Cristian! — él rió. — Deja de hablar tantas pendejadas y vamos. — salí de mi alcoba con él detrás.

— ¡Maaami, pero qué beella! — su voz hizo que volteara a mirarla.

Valeria estaba muy linda. Vestía una blusa negra que dejaba a la vista su ombligo, un jeans claro y unas sandalias planas de color blanco. Los colores de su outfit hacían resaltar su rubio cabello teñido.

— Igual que tú. — le sonreí.

En eso, mi mamá sale de la cocina.

— ¡Mi princesa si está bellaaa! — me miró sonriente.

— Graaciass. — le devolví el gesto cuando llegué abajo.

— Para ver las sandalias que te compraste.

Me subí un poquito el vestido dejando ver éstas.

— Chacha, están divinas. ¿Son cómodas?

— ¿Que tacón es cómodo, mamá? — ella rió.

Mi celular vibró en mi mano, dejando ver el mensaje de Yhonny.

WhatsApp.

Yhonny primo: Pri, estamos afuera. 07:54 pm.

Nos despedimos y salimos del apartamento. Bajamos por el ascensor y luego salimos del edificio.

Sí, nos íbamos a ir con ellos. Mis papás no iban por "no sé" cual razón; su excusa fue de que estaban viejos para ir a una fiesta de chamos.

En fin, la hipotenusa.

— Hoola, babys. — me acomodé en el asiento de atrás.

— Primaa. — saludó Yhonny.

— Háblame, menor. — ésta vez lo hizo Brayan.

Cristian, Karliam y Valeria se subieron y el carro comenzó a dirigirse hacia Playon, la disco en donde se daría a cabo la fiesta de mi graduación.

***

— Me duelen las piernas de estar levantada. — me quejé.

— No eres la única. — contestó mi amiga Nicole.

Teníamos quince minutos de pie y de paso, afuera en la calle. ¿La razón? Estaban terminando de acomodar las cosas adentro para la presentación de los graduandos.

— Mis amores, ya van a entrar. Prepárense. — avisó la profesora Fátima.

Todos nos acomodamos en fila, y al instante, ya estábamos entrando al lugar.

Admito que, estaba súper nerviosa. Nos acomodamos en un círculo todos, brindamos luego de que la directora y profesoras guías de las dos secciones dieran su discurso, y luego las muchachas y mi persona nos fuimos directo al baño a cambiarnos por un vestido más corto para poder bailar.

Salimos del baño y yo me dirigí hacia donde estaban mis bebés.

— ¡Holaa! — saludé al llegar a la mesa donde estaban los muchachos, sentándome entre Valeria y Karliam. Ellos correspondieron el saludo.

Nos Enamoramos. // Nelson el Prince. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora