Nos Enamoramos. // Nelson el Prince.

[Capítulo 11]

11.

— Hoy está de cumpleaños lo más pequeño de mamá. Mi princesita hermosa, espero que puedas cumplir todos tus sueños y todas tus metas. Te amo un mundo, hija bella. Mañana celebraremos tus diecisiete añitos como se debe. — leo el mensaje de mi mamá y Karliam se tensó al escuchar lo último.

— Ajá, el siguiente mensaje. — sonríe.

Busco el chat de mi papá y leo el mensaje en voz alta.

— Mi cielito, súper feliz cumpleaños. Espero que la pases excelente en tu día, como te lo mereces, mi amor. Nunca olvides que siempre serás la princesa pequeña de papá. Te amo mucho. Atentamente: Tu súper héroe, papá. — se me quiebra un poco la voz.

Entiéndanme, leer un mensaje así de mi papá, no es fácil. No lo es cuando él no te lo dice de frente.

Aparte de mi hermano, es el hombre que más amo con mi vida. Si lo pierdo algún día, no sé que haría, de verdad.

— Voy a llorar. — Karliam ríe. — Dale con el otro.

Cristian es el siguiente.

— Gorda, feliz cumpleaños. Te deseo lo mejor del mundo, mi princesa. Te amo demasiado. — leo. — Cristian.

— El siguiente. — dice mientras sonríe.

Busco el otro.

— Karlia linda, súper feliz cumpleañoss. Dios te bendiga siempre. Eres una persona muy hermosa y agradezco  que estés en mi vida. Te quiero muchísimo, bebé. Te hubiera regalado un vídeo de los muchachos felicitándote, pero ya tienes algo mejor, estás con ellos. — río. — Pronto celebramos juntas, chiquita. Valeria.

Estaba leyendo los mensajes de cumpleaños que me habían enviado, mientras que Karliam los escuchaba con atención.

***

— Como hoy es un día especial, te hice tu desayuno favorito. — Nelson coloca el plato lleno de comida encima de mi cama.

— ¿Tú me hiciste el desayuno? — pregunté con duda mientras sonreía.

Según el reality del año pasado, no sabía ni cocinar arroz.

— Ah pues, tu novio es alto chef. — sonrió.

— Entonces, ¿me trajiste mis panquecas con Nutella?

Él frunció su ceño automáticamente.

— ¿Tus panquecas con Nutella? — pronunció con nerviosismo.

— Si, Nelson.

— Pero, tu hermana me dijo que eran las ca...

— Es que yo sabía que le habías preguntado a Karliam. — reí. — Tranquilo, mi amor. Si, mi desayuno favorito son las cachapas con queso.

— Mira, Karliana, no me sigas haciendo esa verga. Ya yo me estaba dando dos tiros en mi mente. — reprendió, sentándose en la cama.

— Perdón, pues. — besé su frente y sonreí.

Corté un trozo de la cachapa y lo adentré a mi boca, deleitándome con el sabor.

Y sigo con la idea de que, no lo hizo él.

— ¿Y... cómo quedaron? — enarcó su ceja izquierda.

— Uf, demasiado riquísimas. Por lo tanto, no creo que las hayas hecho tú. Tengo que ver para creer. — metí otro bocado de la comida en mi boca.

— O sea que... ¿no crees en mí? — se sorprendió.

— Puede que sí, como puede que no. — sonreí.