[Capítulo 13]

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13.

Día siguiente.

— Gabo, apúrate, vaale. Se nos va a hacer tarde.

— Ya voy saliendo.

— Daale pues, te espero.

«Llamada finalizada: Gabo boys».

— Karliam, ¿ya la casa está lista?

Me refiero a, si la gente que contratamos fue a limpiar.

— Si, y los regalos también. — informa.

— Fino, nada más falta que llegue Gabo para ir a buscar las cosas.

— Así es.

Como ya saben, hoy es nueve de abril, lo que quiere decir que, es el cumpleaños de Nelsito. Y bueno, los muchachos me están ayudando a preparar una sorpresa para él, que por cierto, espero le guste.

***

— Al fin llegaron, hijos. Pensé que no me iban a venir a buscar hoy. — me subí en los asientos traseros del carro y cerré la puerta.

— Perdóname, "vale". — enfatizó. — Es que "Víctor" no estaba listo cuando lo fui a buscar. Yo creo que ni se había levantado.

— Víctor, tú también te pasas "vale", de verdad. — bromeé.

— Ah noo, "valee". — rió. — Ahora todos me echan la culpa a mí.

— Y ahora todos me echan broma por decir "vale". — dije.

— Efe.

Los tres reímos.

— Ajá, ¿pa' donde vamos primero? Señorita de Farías. — Gabo me miró por el retrovisor.

Señorita de Farías...

— Para la tienda de las franelas, por favor, señor de López. — le seguí el juego.

Gabo rió.

***

Ya tenía en mis manos todos los regalos que había encargado, pero solo faltaban los globos y en eso estábamos.

— ¿Quién es el que se va a bajar conmigo? — pregunté.

— Yo, pues. — anunció Víctor y se bajó del carro.

Yo lo seguí y entramos a la tienda.

Estaba súper cansada, y de paso, tenía un dolor de cabeza horrible. Nada más había dormido seis horas y era mucho para el día.

Normalmente dormía ocho, diez y hasta doce horas, pero tristemente, hoy era la excepción.

— Buenas tardes. — saludó Víctor por cortesía.

La muchacha de la caja registradora levantó la mirada e hizo un gesto de sorpresa al ver de quién se trataba.

— ¡Víctor! — jadeó. — ¿Cómo estás, chico? ¿Qué te trae por acá?

Vino a comprar comida, estúpida.

Se supone que en la tienda venden puros globos y regalos y va a preguntar "¿qué lo trae por acá?". Hay que ver que la gente no piensa antes de hablar.

— Vine por unos globos. — le responde él, sonriendo.

— Hay de todos los tipos que quieras, así que puedes escoger. — sonríe.

Y de paso, le coquetea...

No, mi ciela, no tienes chance.

— Por cierto, te presento a mi amiga, Karliana. — me dejó a la vista.

Nos Enamoramos. // Nelson el Prince. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora