treinta y cinco.

624 120 31
                                    

Shin se quedó inmóvil,no sabía que hacer o decir ante esa nueva postura del dios ante él. Su cuerpo estaba cansado y se dejó caer al suelo apoyado en la roca.
Bills apoyo una rodilla en el suelo para quedar a la misma altura que él.

-se fusiono contigo para salvar tú vida ¿verdad?-le dijo el dios,mas no obtuvo respuesta-ahora su escencia a desaparecido dentro de tí. Te dejo un cuerpo fuerte y una que otra habilidad ¿no?

El supremo no era capaz de pronunciar palabra,mejor dicho sentía que de algún modo el dios le pedía  no hablar y no lo hacía.

-era un gran tipo,dio la talla hasta el final,muy distinto a este dios que tienes en frente ¿no?-miro al cielo e hizo una pausa- pero es que yo,yo estaba aterrado,Shin.Tú me tenías aterrado.

El supremo no comprendió.

-desde la primera vez que te vi, tuve miedo,Shin-continuo el dios-miedo de lo que me hiciste sentir ese dia en que nos conocimos, miedo de cómo tus palabras llegaron dentro de mi,miedo de tus ojos que no me permitían apartar los míos de ti,miedo de ese deseo de volver a verte,
miedo de las veces que salí a buscarte hasta que te encontré o me encontraste,miedo del enorme poder que tenía sobre mi,porque bastaba tu sola presencia para ser feliz y tus ausencias para desolarme.

El dios guardo silencio un instante,como tratando de respirar para continuar.

-estaba asustado porque te mostré una parte de mi que ni yo mismo me conocía-prosiguió el dios-y tenía pavor de que una vez que supieras quien era yo me dejarás porque te ibas a llevar lo mejor de mi.Nunca fui mejor que cuando estuviste conmigo,nunca reí o fui tan paciente que durante ese tiempo que compartí contigo.

"Nunca quise engañarte,Shin. No fue mi intención hacerte creer que yo era "Whis el gobernante'' o tal vez si,pero es que me gustaba ser él.-hizo una pausa para recuperar el aliento que se le cortaba-me gustaba no ser el dios de la destrucción.Por primera vez en mi larga,
larga vida,yo deseaba no ser el dios de la destrucción y todo ¡todo!...por tí. Nunca antes alguien me aterro como lo hiciste tú,ni el miedo que me da Zen oh sama o Daishinkan,se compara...al que hasta ahora me provocas,Shin"

-¡¡y por miedo dejo morir a mis compañeros!!-le gritó el supremo incapaz de contenerse-¡¡estuvo ahí !! ¡¡Frente a mi,mientras le decía lo que estaba ocurriendo!! ¡¡Se entero de mi boca el riesgo que corrían todos incluyendolo a usted y no hizo nada!! ¡¡NADA!!
¡Cobarde! ¡¡ES USTED UN COBARDE!!

Si las fuerzas se lo hubieran permitido le hubiera dado un puñetazo,pero sólo logro darle una bofetada sin fuerza.

-mi maestro lo esperaba...y usted nunca llegó,aun después de eso tuve que ser yo quien detuviera a Bibidi-le dijo con su mano aún en la mejilla del dios,pero ahora hundiendole las uñas en la piel-y lo peor fue en el templo de Zen oh sama...Bills el dios de la destrucción,el mismo aquien le confesé lo amaba,el mismo que dejó morir a mis compañeros,el mismo que permitió me ensuciara las manos de sangre y me hizo sentir indigno de ser un supremo kaiosama.

-te lastime más que nadie ¿verdad?

-me devastó el corazón,señor Bills-le dijo logrando que la mejilla del dios sangrara y derramando lágrimas amargas que empaparon su rostro.

-perdóname-dijo Bills logrando desencajar al supremo que apartó su mano de él rápidamente-perdóname,Shin. No sabes cuánto lo siento.

De esos ojos de mirada altanera,
brotaron dos pequeñas lágrimas que rodaron por sus mejillas.
Bills el dios de la destrucción lloraba,sin perder su postura,su dignidad lo que hacían a esas lágrimas todavía más dolorosas para quien las veia.

-perdóname-repito y está vez el orgullo ya no estaba en ninguna parte de él.

El que siempre fue tan arrogante,
tan seguro de si mismo,el que demandaba obediencia y respeto por el sólo hecho de ser quien era,estaba ahora reducido.
Nunca antes alguien había visto a Bills el dios de la destrucción, más dócil que en ese momento en que pedía perdón y no lo hacía porque así pretendiera lograr cautivar el corazón del supremo kaiosama o porque guardará alguna otra doble intención,lo hacia porque había entendido la magnitud del daño que causó,lo hacia porque le dolía,lo hacia porque necesitaba oír que al menos él,ya no le guardaba rencor,pero aún si así era estaba dispuesto a tolerarlo.

Ecos del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora