veintiocho

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El supremo kaiosama no tenía que presumir nada a nadie.
Cuando relato lo sucedido,en el palacio de Zen oh sama,la incredulidad fue lo que se apoderó de la mirada de Kibito y el antepasado,pero a medida que el relato continuo fueron cayendo en cuenta de que todo era cierto.

Tapion,en cambio,escuchó en silencio con una admiración discreta oculta tras una sutil sonrisa. A él nada de eso le era inverosímil.

Una vez terminaron de hablar el supremo decidió retirarse a descansar un poco antes de ir a la biblioteca a actualizar los registros. El supremo contaba con una alcoba bastante amplia,
elegante y algo oscura la que pocas veces usaba,pues prefería uno de los cuartos sencillos en el ala sur,mas ese día fue hasta su verdadera habitación donde su  amplia y suave cama lo aguardaba. Aquel lecho estaba rodeado de las esferas con las que vigilaba los mundos,pero si él lo deseaba sólo desprendían luz.Asi lo decidió antes de saltar sobre su cama, acomodar la cabeza entre las suaves almohadas,cerrar los ojos y dormirse.

Tuvo un sueño durante esas horas.Un sueño extraño en que veía a Tapion sobre él. Su rostro estaba sucio,le hablaba pero no podía oír lo que decía,tras él había una especie de niebla de la que se asomaba un ser gigantesco.Despertó bruscamente  teniendo la sensación de que estaba en un sitio lejano,pero con alivio se descubrío en su cama. Miro a su costado y encontró una flor con una nota que lo hizo salir corriendo fuera.En el patio lo aguardaba Tapion la saludó con un beso,se tomaron las manos y se fueron.

Desde una ventana Minotia, observó todo con enfado. No odiaba al supremo kaiosama,
pero si sentía que él,de algun modo, le estaba quitando a su hermano. Minotia sólo tenía a su hermano,sus padres habían muerto cuando él todavía era un bebé,de modo que Tapion era todo para él.

El medallón y la ocarina impedia que el absorbiera la energía negativa de su alrededor,pero no lo tenían a salvo de la que él mismo generaba y sentirse sólo,abandonado ciertamente lo hacían generar ese tipo de energía. Se sintió cansado y se recostó en un sofá,pensando en que su hermanito ya no lo quería como antes. Era infundado,pues Tapion jamás dejaba de estar atento a él y de dedicarle tiempo,
mas para el niño las cosas sólo eran de un color y ese era negro.

Unos cuantos días después de eso el diosios y el ángel estaban de visita gastronómica en casa de Bulma.Fue el ángel,quien insistió en ir hasta allí para distraer un poco al dios. Su relación era algo distante últimamente y eso hacia las cosas algo incómodas para el ángel, quien ya ni se atrevía a hacerle un comentario jocoso o sarcástico,pues el dios sólo lo ignoraba.

Su visita coincidió con el cumpleaños de Trunks quien había dejado invitado a ese evento a Tapion y su hermano,la vez que estuvieron en el planeta Kanot y por supuesto él no iba a faltar ese día.

Tapion llego en compañia de Minotia y el supremo kaiosama,
alguien a quien el dios no esperaba ver,mas actuó como si nada y siguió con lo suyo:comer.

El supremo en cambio se acercó para saludar al ángel,quien amablemente lo invitó a sentarse a la mesa que ocupaban cosa que el supremo rechazo de la forma más gentil posible,luego se retiro.

Tapion término jugando con Trunks y Minotia.Estaban todos los amigos de Bulma allí reunidos,mucha gente y mucho escándalo para el supremo que se quedó sentado en una mesa, algo aislada,disfrutando un refresco con la mirada perdida en algún sitio entre los árboles de más allá.Hace días que algo lo venía inquietando aunque no estaba seguro de que era. Una sensación extraña,molesta que venía sintiendo y que le deba una especie de mal presentimiento.

Estaba absorto en sus pensamientos cuando algo frío y un tanto húmedo le tocó la mejilla,miro hacia su derecha y se encontró con un trozo de pastel en un plato sostenido por Majin buu que lo veía  fijamente.

Ecos del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora