IX: Osito

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Cuando ella hablaba de su osito, muchos creían que se trataría de un hombre viejo, gordo, peludo. Un señor acaudalado, que pagaba por la compañía de una dulce y hermosa jovencita.

Y cuan equivocados estaban. Su osito era un musculoso boxeador de casi dos metros y un poco más de cien kilos, que la trataba como una princesa.

Siempre que iba a buscarla, la llevaba a pasear, a cenar, y apesar de su fuerza e imagen, era muy delicado con ella. Sabía cómo tratarla, como complacerla.

Entonces ¿Por qué no tenía un interés sentimental con él? Básicamente, lo veía como un gran amigo.

El osito se había hartado de intentar hacerla cambiar de opinión, pero la morena no podía verlo de otro modo que no fuera un amigo.

Y hasta de cierto modo, tenía sus dudas de que tan bueno podía ser. ¿Se podía juzgar a una persona por sus amistades? Es decir, él era amigo de otro tipo que se dedicaba a lo mismo.

O algo de luchas, no lo sabía muy bien. Sólo que el tipo salía con una de sus compañeras, la cual había llegado allí por necesidad. Tenía un hijito pequeño al cual mantener.

Y ella no pensaría mal de los boxeadores, o luchadores, si no fuera por su mala fama como parejas. El amigo de su osito, según se rumoreaba, había sido una bestia con su pareja.

No muy lejos de su "querido" pastor.

No, ella no quería terminar igual que esa muchacha. Ivanna no era mala, es más, le recordaba a Nati. Trabajando allí por necesidad.

—¡Osito! —chilló al verlo llegar, corriendo hacia él para colgarse de su cuello.

Él sonrió y la abrazó, besando suavemente su mejilla, escuchándola reír bajo.

—Como te extrañé pequeña salvaje —sonrió—. No veía la hora de volver y verte.

—Y yo también te extrañé —sonrió dándole un beso corto en los labios—. ¿Qué tal la temporada?

—No tan buena, pero te he traído varios regalos.

—¡Ya quiero verlos! —chilló emocionada.

La tomó de la mano, y ambos salieron del bar, en el momento que alguien más entraba, observando con el ceño fruncido a la morena. Quién ni lo había notado.

—¿Quién es ese tipo? —le inquirió al dueño del bar.

—¿Usted no ve mucho deporte, verdad padre? —le inquirió divertido Jhony.

—Yo no soy padre, soy un pastor. Y no, no sé a qué te refieres.

—Pues, él es un boxeador que cada vez de está haciendo más reconocido. Y es el cliente personal de Noe. Por varias semanas, no la tendremos aquí.

—¿Qué? ¿De que hablas? ¿Cómo que personal?

—Mire padre, o pastor, como más le guste llamarse para robar dinero. Si lo que usted quiere es tener a Noelia, le conviene cambiar su táctica. Ella sólo trabaja con los hombres que la hacen sentir bien. Y Downey es uno de ellos, y no cualquiera. Ellos tienen una relación especial, sólo que libre de mentiras... Diferente a la de su matrimonio.

—¿A caso te cuenta todo a ti? —le inquirió frunciendo el ceño.

—Por supuesto, cuido a mis chicas. Y en especial a Noelia, es más de lo que tú crees. Tómalo como una advertencia, lo que ocurrió la última vez, no permitiré que se vuelva a repetir.

...

¿Cuántos capítulo debería actualizar por día? 🤔

Pd: ¿Quién recuerda a Ivanna? 👀❤️

La meretriz: Noelia (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora