XXXVIII

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—Dos meses después—

La observó, y sonrió divertido. Ella lucía molesta, no estaba para nada feliz con la idea de él, de ir a visitar a sus padres. Pero es que Cruz creía, que Noelia no podía seguir tantos años alejada de sus progenitores.

Según lo que ella le había dicho, se había ido de su casa cuando tenía dieciocho años, y ella ahora tenía casi veinticuatro. Seis años sin verse, ni hablarse, ni nada.

Con sus hermanos llevaba menos tiempo distanciados, pero tampoco conocían a Ángel. Y eso era lo que Cruz quería solucionar, que ella al igual que él, quedara sin familia.

—Cambia la cara, mira que feliz va Ángel atrás —sonrió el castaño.

—Porque ella no entiende, ni tiene que ver a personas desagradables.

—Entiendo que en el pasado hayan tenido sus diferencias ¿Pero no crees que es hora de solucionar eso?

—¿Diferencias? Cruz, yo jamás echaría a mi hija de mi casa. Si el día de mañana Ángel quiere ser sexualmente activa a una edad temprana, le enseñaría a cuidarse, a respetarse y que la respeten, no alejarla de la familia como si tuviera lepra.

—Bueno, tú tienes una mente más abierta, pero entiende que ellos son de otra generación, con otras ideas.

—No me interesa.

El castaño suspiró, y detuvo el auto.

—Con esa actitud, no conseguiremos nada, Noe.

—Te recuerdo que fue tu idea la de venir a visitarlos, no mía.

—Y tu mamá sonaba realmente emocionada. ¿Cómo te sentirías tú si Ángel se fuera por tantos años?

—Yo no la habría echado jamás de mi casa —le repitió mirándolo con el ceño fruncido.

Cruz respiró profundo, y luego se echó hacia atrás en su asiento.

—Si en verdad no quieres verlos, puedo llamarla y cancelar la visita. Lo que menos quiero, es que tú te sientas tan incómoda con esto.

—Haz lo que quieras —le dijo desviando la mirada hacia su ventana.

***

—Vamos amor, am —pronunció con una suave sonrisa la joven madre, acercando una cuchara a la niña.

Ángel negó con la cabeza, y le estiró los brazos hacia Cruz, llorisqueando.

—Creo que no tiene hambre.

—Pero debe comer, lo único que quiere es tomar teta, y la doctora ya me dijo que tiene edad de comer.

—Ya comió unas cucharaditas —sonrió tomándola en brazos—. No la hagas llorar.

La morena respiró profundo, y se pasó una mano por la frente, frustrada.

—Cruz, yo quiero educar lo mejor posible a Ángel, y si tú la malcrias, no voy a conseguirlo. Debemos buscar lo mejor para ella, y hacer todo lo que ella quiera, no lo es.

—Es sólo una bebé, Noe.

—Pronto cumplirá los dos años.

—Y comerá, cuando algo realmente le guste. Sólo es cuestión de tenerle paciencia.

Noelia lo miró molesta, pero no dijo nada, observando como Ángel se abrazaba a él, y frotaba su carita contra el pecho de Cruz. Era obvio que la niña tenía sueño, y estaba buscando el pecho para dormir.

—Hablando de paciencia, intenta hacerla dormir tú ahora sin que tome la teta —le dijo con simpleza, tomando su plato de ensalada para comenzar a comer.

...

Amores míos, lamento mucho la demora en actualizar, pero es que estaba sin inspiración para acabar esta historia.
Últimos dos capítulos ❤️💕

La meretriz: Noelia (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora