XXIV

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—N-Nati.

La joven castaña al ver a su amiga llorando, la abrazó, sin saber que le pasaba.

—Noe ¿Qué ocurre?

—No quiero dar a la bebé, p-pero tampoco seré una buena madre. No sé qué haré —lloró angustiada—. No quiero arruinarle la vida a mi hija, no quiero.

Le acarició suavemente la espalda, y luego su cabello, besándola en la cabeza. Sabía que ella no sería mala madre, porque estaba preocupada por el futuro de su bebé, pero si debía aprender a ser una mamá.

—¿Qué te parece si pasamos toda la noche leyendo sobre maternidad?

—¿Q-Qué? —le preguntó confundida, alejándose un poco de ella.

—Tenemos mucho que aprender. En unos meses, seremos tres chicas aquí —sonrió suavemente, apoyando una de sus manos sobre el vientre de la morena.

—N-No lo voy a hacer bien.

—Sí lo harás —le aseguró abrazándola nuevamente—. Aprenderemos todo lo necesario para que esa bebita sea muy feliz.

***

Ese bastardo se había atrevido a coquetearle a la chica con la que estaba bailando, y se había puesto furioso. Esas rabias incontrolables que le daban sin medida.

Lo había molido a golpes, causando un gran alboroto en el club donde se encontraban, por lo que se había ganando una detención de la policía, que habían tenido que intervenir para separarlos.

Cruz estaba cayendo muy bajo, y no estaba midiendo la consecuencia de sus actos.

***

Habían pasado tres días, desde que había decidido quedarse con la bebé. Luego de la charla que habían tenido con Natalia. Y en la mañana siguiente, había ido a hablar con Marta.

La mujer no se había opuesto a su decisión, al contrario, la había felicitado por elegir quedarse con la niña, y no dársela a un extraño.

Marta también comenzaba a aceptar que la vida quizás, no le daría una segunda oportunidad.

Ahora, Noelia se encontraba preparándose para la llegada de su hija. Lo primero que había hecho, había sido crear una cuenta en el banco a su nombre. Cuanto más generaran los intereses, mejor sería.

Lo segundo, era buscar una nueva fuente de ingresos. De Cruz no sabía nada, y tampoco había estado presente en el embarazo. Desde que había dejado su religión, se había alejado también de ella.

—Tal vez tenga que vender mi departamento chiquito —pensó con nostalgia.

Estaba por prepararse un sándwich, cuando recibió la llamada de un número desconocido a su celular. Intrigada, la atendió, sin imaginar de quien se trataba.

"—Noe."

—¿Cruz?

"—No tengo mucho tiempo, pedí llamarte para avisarte que no voy a poder estar contigo. Lo he arruinado todo —pronunció bajo—. Lo siento, en serio lamento haberte hecho tanto daño."

—¿De qué hablas? ¿Dónde estás? ¿Qué pasó? —le preguntó con temor.

"—Estoy detenido, golpeé a un tipo en un club, y ahora no está bien. Y encima me encontraron con drogas... Dicen que quizás me den un año y medio, o dos... Si es que no se muere."

Ella miró hacia abajo, sintiendo sus ojos aguados.

"—Cuida a la bebé, por favor no la des... Te juro que cuando salga de aquí, seré otro hombre, ya lo verás."

Negó con la cabeza, derramando varias lágrimas en silencio.

—Adiós, Cruz.

Cortó la llamada, y se llevó una mano a su vientre, de casi seis meses.

—Que padres de mierda te tocaron, bebita.

...

Ahora sí, último capítulo, a pedido de JadeGonzalez049 que me lo pidió con lagrimitas, y saben que yo no me resisto a ustedes jajaja ❤️💞
Pero esta vez Sayla si se marcha 😘❤️

La meretriz: Noelia (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora