Hay gente con varias prioridades, algunos van al nivel de dar lo que sea por simplemente salir adelante.
Dream, Ink y Blue fueron 3 estudiantes que quedaron a la intemperie. Todo lo que tendrán que hacer, es sobrevivir. La pregunta sería, ¿a qué ni...
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Ink se encontraba descansando en su habitación. Por fin, había terminado cada pendiente escolar. A decir verdad trabajó arduamente durante la semana para al menor tomar un respiro esos dos días libres. Amaba cada vez en cuando estudiar algo nuevo los sábados y domingos pero esta vez fue una excepción.
Después de la situación con Error, se encontraba más que estresada. Es por ello que quería tomar un rato. Esos cinco dios fueron caóticos para ella y sus amigas. En realidad todas deberían descansar, cosa que parece que no pasará.
Blue estaba preparando las invitaciones para el funeral de su madre y Dream estaba planeando seriamente su escape de su hogar. Ninguna de las tres sabía lo que estaba realmente pasando entre ellas y con sus respectivas vidas.
Ink por su parte, aunque pensará que estaría tranquila por el fin de semana, vaya que estaba muy equivocada. Hasta da cierta ternura lo ingenua que era por pensar eso. Pudo escuchar como alguien tomaba pasos algo fuertes. Justo pararon cuando estaba enfrente de su puerta.
Pudo intuir lo anterior ya que por la parte inferior de la puerta, siendo el hueco, se veía la sobra de alguien y sus pies. Inmediatamente escuchó como tocaron con algo de fuerza. Ink elevó una ceja confundida. -Está abierta- Contestó hacia la puerta dándole permiso al intruso.
Bueno, de intruso no tenía nada. Finalmente pudo analizar quién era y entró en un gran pánico. Era su madre. No, no tenía nada amenazante o algo relacionado con ello. De hecho para Ink, hubiera sido preferible tener un cuchillo que una cierta hoja.
Ciertamente, la de café le tenía una gran fobia que su madre tuviera papeles en sus manos. Podría significar varias cosas pero que la estuviera mirando con tanto odio, significaba una sola cosa: no la hizo para nada feliz.
La madre tomó pasos muy pesado acercándose a su hija. -Ink, ¿qué rayos es esto?- Preguntó muy callada. La mencionada se alejaba un poco con mucho miedo.
En eso, vio que su progenitora depositó el papel en su cama. Le dio oportunidad a su hija de ver que estaba ocurriendo. No obstante, no era necesario, Ink ya lo sabía. Sin embargo, eso no le quitó las ganas de igual tomar el papel y ver el contenido.
Era su boleta del parcial hasta ahora. Todo iba tan...normal, hasta que topó su mirada en su peor trauma.
Maldita sea, maestro de Historia ¿como carajos se digno a darle un 9.7 de promedio final?
Eso fue lo primero que pudo pensar la pequeña. Esto mientras no paraba de temblar del terror que sentía. Asimismo, sus mejillas fueron víctimas de los mares que provocaban sus ojos. Para este punto, no podía ver de manera nítida. Su cabeza comenzó a doler y soltó el papel.
Por más borrosa que tuviera la vista, no la dejo ciega. Podía sentir como su madre temblaba por igual pero no del miedo o del estrés, sino del odio que sentía. Sabía que ella la quería golpear y estaba más que consciente.
