Extra: Especial 3/3

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Peter se revuelve en la cama, y abre los ojos lentamente, mira alrededor, encontrándose con formas en medio de la oscuridad. Mira la luz colarse bajo el marco de la puerta, y vuelve a girarse perezosamente, extiende la mano buscando algo de ropa y lo único que encuentra es una camisa que luce inmensa. Sonríe de lado, sabiendo que Logan la ha dejado ahí, expresamente, para que la use. No esta vez...

Sale de la habitación, descubriendo lo difícil que es caminar, y se apoya en la pared mirando al mayor en la cocina, sirviendo café, luce verdaderamente feliz, con una sonrisa impresa en el rostro. La mirada de Peter baja a sus hombros descubiertos, donde las marcas de sus uñas siguen frescas, y la marca de una mordida en la base de su cuello.

- Hey, guapo. – saluda el menor, sentándose en un banco, descubriendo la incomodidad que le produce y volviendo a levantarse. – Me siento como Bambi...

- ¿Y la camisa? – cuestiona Logan, mientras Peter se recuesta boca abajo en el sofá, sonriendo con sorna.

- Lo sabía. – se burla, acomodándose la bata sobre los hombros. - ¿No se supone que te regeneras? – pregunta, señalando hacía él con su barbilla.

- Oh, esto... - el mayor se encoge de hombros, caminando hacia el sofá en donde está recostado. – no son cortes o heridas, no se van a borrar... - se pone de anclillas frente a su rostro. - ¿no te gustan como lucen?

El peliplata estira la mano, y recorre las marcas con las yemas de los dedos, Logan mira con ternura como el rostro del menor luce concentrado mientras arruga los labios, hasta que de pronto, el sonido de un celular los interrumpe.

- Debe ser mi madre, ¿qué hora es? – cuestiona, apurado, el mayor se encoge de hombros. - ¡Logan! ¡Mi teléfono! – el susodicho se levanta a regañadientes y toma el teléfono justo cuando deja de sonar, el menor lo toma y revisa el registro. – Tengo más de 25 llamadas perdidas. – mueve los dedos sobre la pantalla. - ¡Es media noche! – exclama.

- Bueno... - susurra Logan, volviendo a situarse frente a Peter. – has dormido casi 6 horas, parecías muy cansado.

- ¿Tú crees? – cuestiona con sarcasmo, Logan le acaricia la piel del rostro con delicadeza. – Tengo hambre. – se queja, el mayor trata de reprimir una sonrisa que termina por extenderse en sus labios. – Pero, por Dios, no me digas que hiciste vegetales... - suplica.

- De hecho ordené pizza. – lo reconforta, el joven sonríe, encantado, hasta que su celular vuelve a sonar en su mano y mira la pantalla.

- Hola, mamá. – responde, con voz cansina, forzándose a no entornar los ojos.

- ¡Peter! – exclama, desde el otro lado del teléfono. - ¡Santo cielo, niño! ¡Vas a matarme! – chilla, ahora sí entorna los ojos. - ¡¿Has visto la hora que es?!

- Sí, mamá, - murmura. – es casi media noche. Volveré mañana por la mañana a casa, no te preocupes.

- ¡Deja de comportarte como si~!

- Mamá, deja de gritar, vas a despertar a Polaris. – se queja, frustrado, Logan le tantea la mejilla tratando de reconfortarlo. – Escucha, estoy bien, ¿sí? Deja de preocuparte por mí. ¿Polaris tomó sus medicamentos?

- Sí, eso creo... - suspira, escucha algo parecido a un leve susurro. – yo...

- ¿"Eso crees"? – cuestiona, tratando de sentarse. - ¿Estás fumando de nuevo? – Logan lo mira con el ceño fruncido, y se acerca para sentarse a su lado.

- Es todo tu culpa, - señala, con desdén, a través del auricular. – me tienes demasiado preocupada, niño egoísta.

- Mamá, escúchame, iré ahora mismo y~ - Logan lo sujeta levemente por el brazo, evitando que se ponga de pie, le quita el teléfono de la mano y habla.

Again You (Wolvesilver)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora