Extra: 1 año

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- Piensa "cuando" no "donde", Jamie. - explica otra vez el castaño, acomodando sus lentes sobre el puente de la nariz. La peliblanca lo mira con el ceño fruncido.

- Repite eso una vez más, Erik, y te juro que pasaras el resto de tu vida tratando de escapar del Sáhara.

Laura se aparta el cigarrillo de los labios para dejar escapar el humo por la nariz, sonríe cuando mira a su hijo hacerle muecas a la peliblanca mientras ella no lo mira.

- ¿Y Luna? - inquiere, la peliblanca levanta la cabeza un instante, antes de dejarse caer en el hoyo que ha abierto en el piso. - Supongo que seguía en el hospital.

- Fue a recoger sus medicamentos, ma'. - explica el joven, la mutante asiente quedamente y el silencio se cierne sobre ellos, solo un instante, hasta que escuchan la voz de Luna colándose por el agujero del piso.

- ... ¡estoy bien! - una bolsa plástica es lo primero que se lanza a través del portal, y después unos brazos estirados, Laura bufa, camina en dirección al portal, tenía un diámetro considerable, por lo que tuvo que separar las piernas para poder apoyarse firmemente y tirar de su hermana mayor hacía arriba. Su rostro lucía cansado, era algo que ni el maquillaje podía ocultar, quizás era algo que solo Laura podía ver, quizás algo en el azul de sus ojos.

- Hermanita, siempre es un placer. - saludó la menor cuando Luna hubo cruzado el portal hasta estar sentada en el borde, la mayor entorna los ojos.

No se habían visto en más de un mes, mayormente por las misiones de Laura, siempre tomaban demasiado tiempo, y demasiada energía, pero Laura siempre se veía igual de joven, igual de saludable e igual de... arrogante.

- Cállate. - se queja la mayor, y se limpia los pantalones que en realidad están demasiado pulcros. - Te largas el tiempo que quieres y luego vuelves como... como si no tuvieras una familia, ¿sabes?

- Tranquila, vaquera. - relaja la menor, poniendo las manos delante de su pecho, los ojos de Luna viajan a la ridículamente vieja camiseta de alguna banda de rock.

- ¿Qué haces con eso puesto? - inquiere entre dientes, Laura la observa un instante, y cruza los brazos sobre el pecho. - Sácatelo.

- ¿Qué? No. - pero las manos de la mayor ya están sobre la desteñida tela, tirando de ella. - ¡Luna!

- ¡Era de papá! - exclama, los ojos de los dos menores se centran en ellas, desde la última pelea ya ninguno quiere intervenir. No desde casi ver a Laura morir, y a Luna con sangre resbalando por su brazo.

- ¡Lo sé! ¡Sé que era de papá! - repone la menor, tomando a su hermana por las muñecas, no aplica presión. - ¡Es mía ahora!

- ¡No! - continúa la mayor, soltándose de su agarre con un movimiento brusco. - No...

- Tú tuviste todo, ¿por qué no puedo tener algo yo también? - cuestiona. - Te llevaste sus gafas, y los discos, los tuviste toda la vida. - sin darse cuenta, las garras entre sus nudillos han empezado a deslizarse hacia afuera, buscando pelea, pero Luna niega quedamente. - Siempre fuiste tú, la hija inteligente y responsable, de la que hablaban todo el tiempo, ¿y yo qué?

- Cállate. - susurra la mayor con tono bajo. - Ya, cállate.

- Tú fuiste la que lo asesinó, y aun así, estoy segura de que sigues siendo su orgullo. - continúa, y la mayor se lleva el dorso de la mano hasta la frente.

- No quiero pelear, Laura, ya no. - se queja en voz baja, pero la menor no oculta sus garras, sino que se acerca un poco más a la mayor.

- Solo quiero saber... - murmura con tono dolido. - ¿por qué fuis~?

Again You (Wolvesilver)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora