Capítulo 14: Contigo.

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El sol entra por la ventana calentando el ambiente frio que dejó la noche; Jimin duerme abrazado a mi, logro zafarme de él para levantarme y caminar hasta la ventana. El sol es débil pero aún así quema, su luz inunda la habitación.
Los ojos de Jimin siguen cerrados, su cabello desparramado y sus labios rojos, su cuerpo aún desnudo deja ver los cortes en su espalda y torso; me acerco a él y cubro un poco su cuerpo.

— Ay Jimin — susurro — ¿Por qué eres así? ¿Por que simplemente no cortas con esto? Me estas destrozando lentamente...

El sabor de su sangre en mi boca es imposible de olvidar, recuerdo el dia que lo vi por primera vez en la biblioteca, fue un dia extraño. Después de irse no dejé de pensar en él, en su belleza... Supe que sus padres lo enviaría aquí gracias a los registros y al guardia de seguridad al cual me tiro de vez en cuando para poder salir del Instituto sin problema; supe de él y enseguida me interesó mucho.

Hace tiempo poco tiempo después de llegar al Instituto, después de conocer a Jin y sus secretos y crear nuestro trato, un día hablé con él, sinceramente. Le dije que acabaría con mis cosas cuando llegara la persona indicada, creo que Jin no entendió eso.
Esa persona indicada es Jimin, desde que lo vi fue como si mi instinto me dijera que me apodere de él, que su cuerpo sea mio, completamente mio. Que su alma me pertenezca, que su piel lleve mi nombre por siempre, por que él sería mi salvación y mi perdición. Por un lado dejaría de hacer lo que hago, usar a las personas y lastimar, pero por otro lado me vería perdido por él, por sus ojos, por sus labios, por su cuerpo, por todo su ser, querría pedir ayuda, por primera vez pedir ayuda para escapar de su embrujo... Pero no, no quiero escapar, quiero hundirme en su alma, quiero apoderarme de cada centímetro de su cuerpo y que él sea mi víctima eternamente, se que le encanta. Lo sé, sus labios, sus expresiónes y su cuerpo lo dicen.

— Yoongi... — murmura dormido — déjame... me haces daño... duele...

Algo en mi comienza a doler, no quiero verlo sufrir pero a la vez me gusta hacerlo.
Beso su frente y sonrio; es tierno cuando duerme.
Me pongo de pie nuevamente y cojo el teléfono, busco el numero de Jin entre los contactos y marco.

*Llamada Telefónica*

— Hola.
— Jin necesitamos hablar.
—Ahora no puedo, estoy en clases.
—Di que te dio dolor de estómago y sal de ahí.
— Espera... Dime.
— ¿Quieres seguir con el plan? ¿Escaparnos?
— Claro que si, lo que mas deseo es salir de esta mierda.
— Salgan esta noche de ahí, los estaré esperando en la entrada.
— Bien, ¿Jimin está contigo?
— Si
Uuy míralo, el señor  malo se esta poniendo débil  ante un niñito.
— ¡Cállate Jin! Luego hablaremos de eso, tengo que hablar contigo sobre algo. Pero antes, salgan a las doce de la noche a esa hora no hay nadie, los esperaré en la entrada para irnos.
—¿A donde iremos?
— Donde sea.
— Esta bien, te llamaré, adiós.
— Adiós.

*Cuelga*

Listo, ahora comienza nuestra libertad.

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