XIX

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Se despertó con unos brazos rodeando su cintura, giro un poco su cabeza para poder ver a la persona, TaeHyung.

Sonrió, los recuerdos de la noche anterior llegaron a su mente, su sonrisa se ensanchó aún más pero se esfumo en cuanto percibió que ambos estaban vestidos.

*¿Fue un sueño?*

Se decepcionó, era la única explicación, un sueño que se sintió bastante real. El mayor se removió y poco a poco despertó y abrió los ojos lentamente para acostumbrarse a la luz.

-Buenos días, JungKook- Su voz sonó más ronca de lo normal, no sabía que hora era pero el iba despertando, así que, eran buenos días, fin.

-Buenos días Tae- El mencionado dejó de abrazar al menor y se puso de pie, estiro sus brazos y por consecuente, los músculos de su espalda haciendo que los huesos de esta, tronaran. -TaeHyung, ¿Anoche paso algo?- El mayor hizo una mueca de confusión para después negar. -¿Nada?-

-Nada, cuando llegue vinimos aquí y nos quedamos dormidos- Explicó, JungKook hizo una mueca, todo había sido un sueño. -Iré a darme un baño- Y con eso último, salio de la habitación.

TaeHyung suspiró aliviado, engañar al menor había resultado ser más fácil de lo que esperó. Sonrió para sus adentros y entró a su habitación.

10:30 am, aún alcanzaba a llegar para el medio día a su trabajo, tomó una corta pero relajante ducha de agua caliente. Se vistió con un traje completo azul marino, un chaleco debajo del sacó relucía y hacia notar mejor su cuerpo.

Se colocó su reloj en la muñeca izquierda y observó por unos segundos el par de anillos que su mano solía presumir, siendo uno de plata y el otro de oro.

No pudo evitar pensar que le gustaría que esos anillos fueran de un matrimonio real, joder, amaba a JungKook como nunca ha amado a nadie más, odia a su corazón por haberse enamorado de su mejor amigo, no era correcto, no lo era.

Aunque de cierta forma el sabe, (o al menos así lo cree), que es su culpa, ha dedicado su vida entera al azabache, siempre cuidando de él y asegurándose que no le hiciera falta nada, si alguna vez hubo alguien que molesto a su mejor amigo él se encargó de que no volviera a hacerlo, si su pequeño lloraba él hacia lo que fuera por hacerlo sonreír.

Una sonrisa amarga se forma en sus labios y junto a ella, un par de lágrimas traicioneras escapan y resbalan por sus mejillas.

Necesita dejar de amarlo; odia olvidar como respirar cada vez que ve a JungKook con alguien más; odia la horrible sensación que se instala en su pecho de dolor y agonía; odia las lágrimas amargas que vuelven sus ojos más brillosos y luchan por salir y ser liberadas con total facilidad justo como en ese momento.

Y ahora, su mente no deja de recordarle que cometió la peor estupidez de su vida, o bueno, la segunda, la primera es su boda. Tuvo sexo con su mejor amigo, sexo, sexo, sexo. Lo consuela un poco el hecho de que estaba ligeramente ebrio, le hecha la culpa al alcohol y la ebriedad que a duras penas si se encontraba en su sistema, y es en ese momento que odia tener tanta resistencia al alcohol.

Si no fuera por ello, seguro que el estaría como cualquier otra persona, con una resaca que lo hiciera querer arrancarse la cabeza, posible vomito y/o mareos y por supuesto, la inevitable pérdida de memoria de lo que pudo o no haber pasado en las últimas horas de su borrachera. Pero claro, es Kim TaeHyung y la vida lo odia tanto como para ni siquiera concederle eso.

Estaba emocional y mentalmente cansado, era como una montaña rusa, en un momento esta en la sima de la montaña sintiéndose en un lago de felicidad, y al otro, ya estaba abajo, sin aire en sus pulmones y el dolor en el alma invadiéndole.

Casados por acuerdo. [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora