Capitulo 26

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Emilia

Los chicos se quedaron en el hospital toda la noche esperando alguna reacción de su madre pero nada.

Llame a Claudio como a las 5 am y el pobre estaba agotado. Keiko y Tony se quedaron a dormir con nosotras. Era mejor si estabamos todas juntas por si se presentaba una emergencia.

Durante el desayuno conversamos y llegamos a la conclusión que seria mejor que pasaramos unos dias en casa de Javier para estar todos juntos y apoyarnos.

Llame a mi suegro y le encanto la idea. Asi que el chofer llevo a Tony y Keiko a sus respectivas casas por un poco de ropa y tambien recoger algo de ropa de Ulises y León.

Claudio llego como a las 9 am, yo ya habia acomodado una maleta com ropa de Martina, otra maleta con la  mia y estaba preparando la suya. Ann habia llevado a Martina a su clase y ya tenia instrucciones de llevarla a casa de Javier.

Su cara era un desastre, no habia rastro del sonriente muchacho de ojos azules que me hizo el amor ayer, mi pobre amor estaba demacrado se notaba que no habia dormido nada y se le notaba entre preocupado y asustado. Me dio un beso y entro a la ducha. Me desvesti y entre a la ducha con él. Me miro desconcertado.

Amor , no te preocupes - le dije - solo quiero estar aqui contigo- le di un beso y me abrazo dejando que el agua tibia cayera sobre nosotros, lo ayude a bañarse y una vez que termine lo ayude a vestirse, ese pequeño gesto lo hizo aliviarse lo note en la expresión de su rostro mas relajado.

No solo el sexo nos une, son eso pequeños momentos que compartimos que nos hacen estar mas unidos cada dia. Termine de alistar su maleta. El casi no hablo, apenas emitida algún sonido.

Y Martina ? - me dijo finalmente.

Esta en su clase con Ann- le dije - luego de eso iran directo a casa de tu papá.

Gracias Emi- me dijo y me tomo de la cintura.

¿ Por? - le dije.

Por todo- me dijo- Por estar aqui conmigo, en estos momentos dificiles.

Claudio- le dije mientras le acariciaba el rostro- Tu siempre me dices que no necesitamos un papel que diga que somos esposos, entonces todo lo que pasa es parte de nuestro matrimonio, en las buenas y en las malas.

Te prometo que cuando todo esto acabe veremos de casarnos - me dijo y me dio beso- Porque aunque no lo creas yo si necesito que seas mía en todos los sentidos, incluso en el legal.

Ya hablaremos de eso luego, ahora vamonos - le dije- Martina debe estar por llegar a casa de tu papá y debemos estar ahi.

Llegamos a casa de Javier y todo era gran ajetreo. Tony y Keiko ya habian  llegado,  llevando su maletas y las de León y Ulises. Las empleadas estaban tambien de un lado a otro acomodando las habitaciones.

Javier indico que sea yo la que dirija la casa mientras dure nuestra estadia ahi, ya que Tony y Keiko ayudarian en las oficinas. Me senti muy halagada con esa responsabilidad.

Ya al mediodia ellos se fueron al hospital nuevamente. Tony y Keiko fueron cada una a cada oficina para ayudar en los pendientes.

Las chicas llegaron por la tarde muy cansadas, los pendientes estaban muy acumulados y tuvieron demasiada carga. Casi no he hablado con Claudio, lo poco que hemos conversado me dice que todo sigue igual y que no hay muchas esperanzas.

Llegaron como a la medianoche, nosotras estabamos en la sala esperandolos, no podiamos dormir, teniamos un mal presentimiento y sabiamos  que ellos nos necesitarian. Y era cierto.

Rosario no habia sobrevivido a las lesiones que el accidente le habia dejado y murio hace un par de horas.

Claudio

Hemos estado toda la tarde en el hospital, no hay mejoras todas las enfermeras no dicen que sólo nos queda esperar pero las esperanzas se van agotando, las lesiones internas que tiene son muy serias además que al haberse accidentado fuera de la ciudad tardó mucho en ser encontrada Y eso acrecentó su mal estado de salud.

Tengo muchos sentimientos sé que nos abandonó y no estuvo con nosotros en nuestros primeros años, sé que cuando volvió solamente le interesa el dinero de nuestro padre pero al fin y al cabo es mi madre tampoco quiero verla sufrir agonizar esa manera.

Señor Javier Meyer- lo llamó una enfermera.

Sí señorita Soy yo dígame- le respondió papá.

Señor la señora Rosario despertado y está llamando la usted y a sus hijos. Por favor Vengan conmigo- nos dijo y la seguimos. - la señora está muy grave, por favor No dejen que se esfuerze demasiado.

Entramos a su habitación y no quedaba rastro de aquella mujer imponente que se nos había enfrentado la última vez que nos vimos en la casa de nuestro papá. Ella Tan débil tan frágil, Dios tenía ganas de darle un abrazo y decirle que todo iba a estar bien pero no sé porqué no lo hice.

Javier- le dijo en un susurro-

No hables Rosario- le dijo Papá- debes guardar tus fuerzas , vas a salir de esta.

Siempre supiste decirme las cosas que necesitaba oír- le dijo - aunque no fueran verdad. Perdoname por todo.

Ya Rosario todo está olvidado tranquila descansa- le dijo.

Ya tendré tiempo de descansar pero en este momento sólo quiero decirles algunas cosas a los cuatro- le dijo.

León -se dirigió a mi hermano mayor- sé que te hice mucho daño fuistes el primero de mis hijos y creo que el peor que trate nunca te di la oportunidad de estar cerca a mí perdóname.

Ulises - y miro a mi hermano- de los tres eres el más parecido a mí creo que por eso también no me acerque tanto a ti tenía miedo de convertirse en lo que soy yo ahora.

Y tú- Y de pronto sus ojos se fijaron en mí- el más pequeño de mis hijos cuanddo te deje apenas tenias un mes de nacido y yo tenía miedo de no ser la madre que te merecías,en realidad chicos me casé muy joven y creo que no estaba listo para ser ni esposa ni madre y me asusté -y de pronto su voz empezó a apagarse- Y de pronto empecé a salir embarazada y tenerlos y tenía tanto miedo, aún quería vivir había salido - volvió a suspirar - de la casa de mis padres para vivir con el de ustedes que él me amaba pero me sentía como un pajarito dentro de una jaula de oro.

Me di cuenta que y a estaba en sus ultimas fuerzas.

No esten tristes por mi, yo los cuidare siempre- no dijo - . Ustedes tienen que ser fuertes y seguir con sus vidas, al lado de sus novias, ellas son buenas muchachas, claudio se fuerte por mis nietos, diles que su abuela siempre los quiso. Ulises y leon cuando tengan a sus hijos digan- empezo a respirar con mas trabajo y los tres nos acercamos a tomar su mano- diganles que tuvieron una abuela linda, no les digan la mala persona que fui. Sean felices y diganles a ellas que me perdonen- y suspiro una vez más y no respiro más.

Hagamos de este amor algo nuestro (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora