2.- Un descubrimiento fascinante

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Huey caminaba airadamente por las calles de Duckburg, sus manos cerradas en puños temblaban de rabia ¿qué se había creído ese Beaks?

"Oye, había otra cosa que quería comentarte, ¿te gustaría trabajar en Waddle?"

¿De verdad pensaba que iba a trabajar para él?

"No estoy sugiriendo que seas un simple becario, te ofrezco un puesto de verdad en mi empresa"

¡Ni hablar, no lo haría! Que Beaks le hubiese hecho esa oferta, solo quería decir que lo que le dijo acerca de estar arrepentido por lo que había pasado y alabarlo por su trabajo, era todo mentira, una trampa para convencerlo de que no era tan malo como Huey creía y que merecía una oportunidad para que el patito vestido de rojo trabajara para él.

Pues bien, Huey no había sido tan estúpido como para caer en ese ardid. Beaks no conseguiría nada de él. Desde que el patito vestido de rojo se dio cuenta de que el CEO de Waddle era en realidad un farsante, había perdido todo el respeto y toda la admiración que sentía por él. Su vida sería mucho mejor si sus caminos no volvían a cruzarse.

Huey suspiró, esa tarde había estado a punto de morir, y todo porqué Mark Beaks apareció con el traje de Waddleduck y, tal vez no intencionadamente, hizo que el traje se sobrecargara. Lo que Huey no lograba entender de ese momento, fue que todo el mundo pensara que Beaks era en realidad Waddleduck. En serio, ¿nadie se había dado cuenta de que la forma del pico de Beaks y su color de plumas eran completamente distintos a los de la persona que había estado llevando el traje hasta ese momento? Incluso sus voces eran distintas. Por no mencionar que Gizmoduck le había salvado la vida a Beaks, no podían ser la misma persona, era absurdo

A veces Huey tenía la impresión de que él era el único que se daba cuenta de las cosas más obvias... de repente, y sin entender exactamente porqué, sus pensamientos viajaron hasta el pato que había aparecido cerca del agua después de que Gizmoduck se sacrificara para salvarlos. Huey recordó vagamente haber visto como ese pato era sacado a rastras del edificio de Waddle justo antes de que Beaks apareciera vestido con el traje, y no solo eso, sino que gritaba y gritaba afirmando que Beaks los pondría a todos en peligro.

¿Sabía ese pato algo que los demás ignoraban? ¿Sabía algo acerca del traje? Pensando más en ello, a Huey no le llevó mucho tiempo llegar a la conclusión de que ese pato debía ser en realidad Gizmoduck. Era la única explicación. Él sabía que, si Beaks sobrecargaba el procesador del traje, éste estallaría, y eso era algo que solo podía saber alguien que conociera bien el traje y lo hubiera llevado.

El trillizo vestido de rojo quiso darse en ese momento una patada mental. ¿cómo había podido tardar tanto tiempo en darse cuenta de eso? Ese pato había quedado empapado y estaba malherido, y eso fue porqué él era Gizmoduck, él se había llevado el núcleo que estaba a punto de explotar, y contrariamente a lo que había creído Huey, había sobrevivido a la explosión. ¡El verdadero Gizmoduck estaba vivo! ¡Y ahora conocía su identidad secreta!

Pensar en eso, hizo que toda la furia que Huey había sentido hasta ese momento se desvaneciera. Ahora lo único que quería era ver a ese pato, y agradecerle personalmente que le hubiera salvado la vida, otra vez. Pero ¿cómo encontrarlo? ¿Qué sabía de él? Había escuchado a la oficial de policía llamarlo Fenton, así que ese debía ser su nombre. ¿Qué más? Pensando que Gizmoduck salió del laboratorio de Gyro, tal vez... tal vez el científico que trabajaba para su tío-abuelo conocía a ese Fenton, y con suerte, podría decirle a qué hospital le habían llevado.

Este último pensamiento, le instó a variar la ruta que estaba siguiendo. Haría una visita rápida a Gyro antes de volver a la mansión. Quería aprender todo lo que pudiera de Fenton, y por ahora Gyro Gearloose era el único que podía ayudarle.

Guerra de GeniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora