17.- Visiones contradictorias

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Louie se sentía extraño, era... era como si estuviese flotando en medio de la oscuridad... un momento, por supuesto que estaba oscuro si tenía los ojos cerrados, ¡qué estúpido! Suerte que sus hermanos no estaban allí para ver eso.

El trillizo vestido de verde abrió los ojos y el entorno en el que se encontró le sorprendió inmensamente. Estaba... estaba en medio de una inmensa llenura, toda cubierta de niebla. ¿Pero qué-? ¿Qué sitio era ese?

Mirando a su alrededor el trillizo vestido de verde divisó una figura, que parecía tan confundida como él. Aunque estaba un poco... no, bastante indeciso, Louie decidió acercarse a ver quién era, y en cuando lo hizo, vio que se trataba ni más ni menos que de Dewey. Ambos hermanos se miraron y al reconocerse mutuamente, ambos sonrieron y se abrazaron, agradecidos de que no fuese otra persona... o cosa. Tras finalizar el abrazo, entonces el más joven de los dos preguntó:

"Uhhh... Dewey ¿tú sabes dónde estamos?"

El trillizo vestido de azul miró a su alrededor brevemente y luego encogiéndose de hombros, respondió:

"Pues no, no tengo ni idea, pero parece..."

Antes de que Dewey pudiese decir lo que estaba pensando, Louie alzó una mano para silenciar a su hermano y a continuación, habló él en su lugar diciendo:

"Ni se te ocurra decir el cielo"

Los ojos del trillizo mediano se abrieron con sorpresa y tratando de hablar disimuladamente, dijo con voz nerviosa:

"¿Qué...? Yo no iba a decir eso"

Louie se cruzó de brazos, y arqueando una ceja, dijo con voz ligeramente burlona preguntó:

"¿Ah no? Entonces ¿qué ibas a decir"

Los ojos de Dewey se abrieron aún más que antes y un ligero sudor comenzó a acumularse en su frente y luego hablando de un modo aún más nervioso que antes, el joven vestido de azul finalmente reconoció:

"Iba a decir- iba a decir... de acuerdo sí, iba a decir el cielo"

Louie cerró los ojos y suspiró con fastidio, realmente conocía bien a su hermano, abriendo de nuevo los ojos, miró a su hermano mayor inmediato y con voz de fastidio, le dijo:

"Ya pues esto no puede ser el cielo"

Dewey ladeó la cabeza y con voz extrañada, preguntó:

"¿Y por qué no?"

Louie suspiró y con voz que era una mezcla de molestia y aburrimiento, sobre todo aburrimiento, el trillizo vestido de verde explicó:

"Para que estuviésemos en el cielo tendríamos que estar muertos, y no lo estamos, yo me siento muy vivo, también, dudo que el cielo tenga este aspecto, demasiado..."

Louie siempre se había imaginado el cielo como el mejor lugar imaginable, un lugar lleno de... tesoros... por todas partes, y este sitio... distaba mucho de ser lo que él imaginaba. Durante sus momentos de reflexión interna, Dewey de repente trató de concluir la frase de su hermano diciendo:

"¿Aburrido?"

"Vacío" aclaró Louie.

El trillizo vestido de azul frunció el ceño y cruzándose de brazos, le dijo entonces a su hermano con sudadera:

"De acuerdo entonces... según tu experta opinión, ¿qué sitio es este?"

Louie se llevó la mano a la barbilla y tras considerarlo durante un rato, finalmente dijo:

Guerra de GeniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora