Guerra de Genios

29.- Choques de emociones

Cuando abrió los ojos, todo estaba oscuro a su alrededor oscuro. ¿Por qué estaba tan oscuro? Lentamente comenzó a levantarse de la superficie dura en la que estaba acostado...

Espera-

¿Superficie dura? ¿No había estado acostado en una cama? ¿Qué estaba pasando? El miedo de no saber le instó a incorporarse rápidamente, y al hacerlo, escuchó para su horror, el sonido de metal contra metal.

¡No, no, no!

¡Esto no podía estar pasando! Sus ojos lentamente se acostumbraron a la oscuridad, y al hacerlo... reconoció el lugar, las paredes... el suelo... la puerta... estaba... ¿estaba otra vez encerrado? ¿C-cómo era posible? Si... si le habían rescatado, ¡le habían sacado de ese horrible lugar!

Con un profundo temor, bajó la mirada hasta sus muñecas, y vio... vio las argollas allí. Su cuerpo comenzó a temblar de profundo horror. ¿Por qué estaba allí?

Huey cerró los ojos y se llevó las manos a la cabeza. ¡esto no tenía sentido!

"No es real... esto no es real... es un sueño, ¡tiene que serlo!"

Acurrucándose en una bola, el chico comenzó a mecerse hacia adelante y hacia atrás tratando de calmarse, un movimiento totalmente inútil pero al menos tenía que intentarlo, al mismo tiempo que se decía a sí mismo:

"Estoy soñando... me despertaré en el hospital, con Fenton a mi lado"

Huey podía escuchar el tintineo de las cadenas por el movimiento que hacía, no lo soportaba, le ponía enfermo escuchar los eslabones de metal chocando entre ellos. Eran un constante recordatorio de que no podía salir, no podía quitarse esas cadenas y escapar, era... un prisionero...

El trillizo mayor abrió los ojos y miró hacia la puerta en cuando escuchó el sonido de una llave introduciéndose en una cerradura. El patito sintió entonces su temblor empeorar. ¿Q-quién iba a aparecer al otro lado?

La puerta se abrió, permitiendo que la luz entrara en la estancia. Huey tuvo que cubrirse los ojos ante el brillo repentino. Su corazón latía con fuerza, ¿quién estaba allí? Apartando lentamente la mano, el patito miró y su respiración se enganchó cuando vio a Graves, vestido de Gizmoduck allí en la puerta.

No... no, por favor, los peores tratos que Huey había recibido de Graves habían sido cuando el halcón se había disfrazado de Gizmoduck. ¿Qué iba a hacerle ahora?

Con la respiración tremendamente agitada ahora, Huey miró a Graves con los ojos bien abiertos mientras el halcón entró en la estancia con un plato de comida. El pájaro adulto dejó el plato de comida en el suelo y enderezándose, dijo:

"Aquí tienes tu comida, vamos, ven a por ella"

Huey apretó el pico cerrado mientras miraba la comida. Graves sabía muy bien que por el lugar en el que había dejado el plato, él era incapaz de alcanzarlo. El trillizo mayor lo sabía, sabía que Graves hacía esto únicamente para burlarse de él.

"Vamos, ¿es que acaso no tienes hambre?"

El trillizo mayor movió su mano hasta su estómago, la verdad era que le dolía por el hambre que sentía, pero por mucho que lo intentara, era imposible que alcanzara el plato de comida.

"Parece que no tienes hambre, ¿eh chico? En ese caso..."

Los ojos de Huey se abrieron con horror ¿qué quería decir Graves con eso? El patito vio cómo el halcón se agachaba para recoger el plato y tras enderezarse de nuevo, se dio la vuelta dispuesto a salir. Huey se levantó de inmediato, moviéndose hacia adelante tanto como le permitían las cadenas y con voz desesperada gritó: