Fenton estaba en esos momentos entrando en su casa. Tras salir de la mansión McDuck, el pato hispano se había dirigido hacia allí, para hacer, aunque fuese a regañadientes, lo que había acordado con el Dr. Gearloose, descansar. Sinceramente, Fenton hubiese preferido volver al laboratorio y seguir trabajando en soluciones que les ayudaran a encontrar a Huey, pero el pato de plumaje marrón no podía negar que Gyro tenía razón, si no descansaba, no sería de mucha ayuda cuando llegara el momento de rescatar al patito. Y Fenton era muy consciente de que siendo Beaks el responsable de lo ocurrido, necesitarían toda la ayuda posible.
Pero por mucho que quisiera, Fenton sentía que no podría descansar, estaba demasiado preocupado por ese pequeño, y después de descubrir lo que había en esa caja y de escuchar lo que habían dicho los dos hermanos de Huey, su preocupación se había incrementado exponencialmente, alcanzando niveles que podrían llevarle a potenciales ataques de ansiedad, algo que Fenton nunca había sufrido.
Si Beaks le viese en esos momentos, probablemente se estaría regocijando ante el dolor y la preocupación del pato hispano. Oh, cuantas ganas tenía Fenton de borrar esa sonrisa de su rostro, quería que ese loro gris y sin escrúpulos pagara por todo el daño que le estaba haciendo a alguien tan bueno y gentil como Huey. Ese chico no merecía ser tratado del modo en el que estaba siendo tratado. No, él merecía estar en su casa con su familia, con sus amigos, con la gente que le quería, y no solo, atrapado con gente que le odiaba y que buscaban hacerle daño.
Fenton suspiró, ciertamente, cuanto más pensaba en eso, más difícil se le hacía la idea de que conseguiría descansar. Entrando en su habitación, el pato con camisa y corbata vio su cama y con expresión triste se dirigió hacia allí. Le había prometido al Dr. Gearloose que intentaría descansar, y Fenton era un hombre de palabra.
Echándose en la cama sin apenas molestarse en cambiarse de ropa, el pato hispano notó que casi al instante sus parpados se cerraban, y que cada vez le era más difícil mantenerse despierto ¿pero qué...? Vaya debía estar mucho más cansado de lo que creía, incapaz de luchar más, el pato de plumaje marrón acabó sucumbiendo, entregándose a los brazos de Morfeo únicamente debido a su estado de agotamiento.
Los ojos de Fenton se abrieron lentamente y se encontró en medio de un pasillo blanco ¿dónde estaba? ¿qué sitio era ese? Mirando en ambas direcciones del pasillo, el pato hispano no sabía hacia dónde ir.
"¡Ayuda!" gritó una voz repentinamente. Fenton reconoció esa voz, ¡era Huey!
El pato de plumaje marrón comenzó a correr en la dirección de la que procedía el grito de auxilio, pero por más que corriera, jamás parecía llegar al final del pasillo, es más, parecía que dicho pasillo se hacía cada vez más y más largo, impidiendo divisar el final. Pero Fenton no estaba dispuesto a rendirse, Huey le necesitaba, y él le ayudaría, costara lo que constase.
"¡Huey!" gritó Fenton.
"¿Fenton? ¡Fenton! ¡Estoy aquí!" respondió el patito con una mezcla de emoción y miedo en su voz.
El pato de plumaje marrón aumentó la velocidad de su carrera y finalmente logró llegar al final del pasillo, y al hacerlo, se encontró de repente en un gran espacio oscuro, y en el centro de este espacio, estaba Huey, iluminado por un haz de luz procedente del techo. Fenton vio que las manos del patito estaban conectadas al suelo con cadenas, y que el chico solo podía moverse tan lejos como se lo permitiera la longitud de estas cadenas.
Con lágrimas en los ojos, el patito vestido de rojo miró al adulto y con voz suplicante le llamó:
"F-Fenton por favor, sácame de aquí... antes de que vuelva"
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Guerra de Genios
FanficMark Beaks está impresionado con Huey y su habilidad por resolver el problema del traje de Gizmoduck, así que, quiere que el pequeño patito trabaje para él. Cueste lo que cueste.