Beaks llegó temprano al lugar en el que tenía encerrado a Huey. Habían pasado ya quince días desde que lo llevó allí. El loro supuso que ese tiempo era más que suficiente para dar paso a la siguiente fase de su plan, para el cual, tenía que hacer varios preparativos antes de ir a ver a su invitado. El CEO de Waddle bajó del coche y entró en el edificio. Una vez dentro, se movió por los pasillos, preparando cuanto necesitaba.
En el transcurso de realizar todos estos preparativos, el loro se encontró con Graves, quien rápidamente exigió explicaciones por parte de Beaks de por qué no se había puesto en contacto con él en tantos días. Pero en su defensa, Beaks no podía arriesgarse a contactar con el halcón y que la policía lo interceptara y los localizara.
Beaks supuso que en algún momento sería considerado sospechoso de la desaparición de Huey, lo que el loro no esperaba, era que fuera considerado sospechoso tan temprano; y que la policía supiera que quien secuestró al patito fue un halcón quién, por casualidades de la vida, asumieron que era Falcon Graves, no facilitó para nada las cosas.
Naturalmente, eso es todo lo que Beaks le contó a Graves en cuando éste le exigió explicaciones. Una vez... aclarado todo, y habiendo finalizado al fin todos los preparativos, Beaks ordenó al halcón que se mantuviera fuera de la vista mientras él trataba con Huey.
El loro se encaminó entonces hacia el cuarto oscuro en el que estaba encerrado el trillizo mayor. Al llegar allí, se detuvo frente a la puerta. Hacia quince días que no veía a ese chico, solo podía esperar que Graves hubiese hecho un buen trabajo ocupándose de él.
Tras tomar una respiración profunda, Beaks insertó la llave en la cerradura y lentamente la hizo girar cuando terminó, abrió la puerta por completo, dejando que la luz del exterior inundara el espacio. Con una breve inspección, pronto descubrió a quién quería ver.
Huey estaba acurrucado en un rincón, abrazándose las piernas y ocultando su rostro entre sus rodillas, parecía verdaderamente miserable y completamente sin esperanza. El CEO de Waddle lo observó con atención, estaba mucho más delgado que la última vez que lo vio, realmente Graves hizo un gran trabajo alimentándolo lo justo para que se mantuviera con vida y poco más. También vio que estaba sucio, bastante en realidad, y varias plumas de su cuerpo estaban desaliñadas y descolocadas.
Sí, era obvio que el chico no había salido de allí en todo ese tiempo. Y el hecho de que Huey no se moviera ahora que la puerta estaba completamente abierta, significaba que sabía que no podía salir de allí, aunque tuviese el paso libre. Realmente Graves había hecho un trabajo magnifico, el niño vestido de rojo estaba listo para la siguiente fase.
Adentrándose más en la habitación, Beaks se aclaró la garganta y llamó al patito:
"Hola Huey"
La cabeza del niño se alzó de golpe al escuchar su voz, levantándose en seguida, el CEO de Waddle vio que Huey le miraba aterrorizado, y su rostro estaba manchado con evidentes rastros de lágrimas. El chico debía haber pasado horas y horas llorando. Oh, cuanta complacencia sintió Mark ante el miedo evidente en los ojos del niño, pero ahora no podía mostrar su satisfacción, no, tenía que conseguir que el niño creyera que en verdad quería ayudarle, así pues, con voz calmada le dijo:
"Huey, tranquilo"
El chico vestido de rojo negó con la cabeza y lentamente retrocedió hasta que su espalda chocó con la pared del fondo. Sus ojos se llenaron de lágrimas y con voz ligeramente ronca y asustada susurró:
"Por favor... no"
Beaks dio un paso al frente al mismo tiempo que decía:
"No, no, no, no debes tenerme miedo Huey, no voy a hacerte daño"
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Guerra de Genios
FanficMark Beaks está impresionado con Huey y su habilidad por resolver el problema del traje de Gizmoduck, así que, quiere que el pequeño patito trabaje para él. Cueste lo que cueste.