8.- Nuevo plan de acción

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Tras encerrar a Huey en ese oscuro y diminuto espacio, el pequeño patito no tardó ni cinco segundos en golpear la puerta desesperadamente, suplicando que le sacaran de allí. Pero Beaks no iba a hacerlo, ya que el niño había rechazado trabajar para él de buena gana, Mark iba a asegurarse de que ese patito se convirtiera en alguien que le siguiera ciegamente.

Iba a doblegar la voluntad de Huey para que solamente respondiera ante él y ante nadie más. Sí, ese patito vestido de rojo iba a ser el más sumiso y fiel trabajador bajo su cargo. Y cuando consiguiera esa hazaña, explotaría al chico hasta prácticamente la extenuación.

Nadie le decía que no a Mark Beaks, ¡Nadie!

El CEO de Waddle se detuvo cuando escuchó que Graves se acercaba, parecía sorprendido, tal vez porqué siempre le había parecido que Beaks era una persona muy despreocupada y superficial, y verle tan furioso con ese chico lo dejó... aturdido. Pero a Mark le daba igual lo que ese halcón pensara de él, lo que le importaba en esos momentos, era darle nuevas instrucciones a Graves con respecto al patito encerrado.

Cuando el halcón se detuvo al lado de Beaks, su mirada se dirigió hacia la puerta cerrada tras la cual estaba el trillizo vestido de rojo golpeando y golpeando para que le dejaran salir. Si Graves sentía lástima por ese chico, lo disimuló muy bien. Desviando su atención de la puerta a Beaks, Falcon habló entonces preguntando:

"¿Sr. Beaks qué va a hacer con ese chico?"

Mark miró al halcón con el ceño fruncido, los ojos entrecerrados y hablando con voz furiosa respondió:

"¿Que qué voy a hacer? Voy a conseguir que trabaje para mí, y ya que por las buenas no lo he conseguido, estoy probando una nueva táctica, y te necesito para ello"

Los ojos de Graves se abrieron con sorpresa al escuchar eso, entonces el halcón preguntó:

"¿A mí?"

Beaks asintió, se alejó unos pasos del halcón con las manos a su espalda, y dándose la vuelta para mirarle a la cara le respondió:

"Sí, verás yo he de volver a Duckburg a encargarme de unos asuntos, y mientras estoy fuera, quiero que te ocupes del chico"

Graves se puso claramente furioso, pues su profesión no incluía cuidar de niños secuestrados, y así lo expresó gritando:

"¡Pero yo no soy una niñera!"

Beaks sonrió, sabía que lo que decía el halcón era cierto, pero ya estaba preparado para esa conversación, así pues, con voz tranquila le respondió:

"Ya lo sé, pero una de las cláusulas del contrato que firmaste, especificaba que te encargarías de Huey siempre que yo te lo ordenara, que es lo que estoy haciendo ahora"

Los ojos de Graves se abrieron con sorpresa, era cierto que había firmado un contrato, pero recordó haberlo leído detenidamente para ahorrarse problemas, así que esta vez con voz confundida dijo:

"No recuerdo esa cláusula tan específica"

Beaks sonrió aún más, y sacando el documento firmado por Falcon, le señaló concretamente la parte en la que hablaba de la cláusula que comentaban mientras decía:

"Estaba en la letra pequeña"

Graves tomó el documento de las manos y mientras leía la parte marcada, sus manos comenzaron a temblar y finalmente dijo:

"Yo... usted... arg... está bien, ¿qué tengo que hacer?"

Mark le dio la espalda al halcón, y caminando hacia una ventana, miró hacia el bosque al otro lado de esta mientras respondía:

Guerra de GeniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora