Guerra de Genios

33.- Una promesa bajo las estrellas (Capítulo final)

Varios días después de que Huey saliera al fin del hospital, las cosas parecían ir mejorando poco a poco. Su amigo comenzó a ir a una terapeuta que les recomendó el Dr. Owlfang, y esa terapeuta parecía ser una persona muy amable y comprensiva, pues, desde el primer día que fue, Huey parecía estar muy a gusto con ella, lo cual era algo bueno, pues según había dicho el médico, el trillizo mayor necesitaba rodearse de gente que le apoyara y le ayudara a recobrar la confianza que Beaks y Graves habían mermado en él.

Las visitas a esa terapeuta eran dos veces por semana, y a pesar de llevar poco tiempo visitándola, los resultados ya parecían ser apreciables, al menos un poco. Huey pasaba más tiempo con todos ellos, incluso le dijo a Fenton que intentaría estar a solas con algunos de ellos, para así también permitirle a él descansar, pues según Huey, él era muy consciente de que, por estar constantemente con él, el pato hispano estaba realmente cansado. El trillizo mayor dijo además que Fenton tenía otros asuntos que había dejado de lado solo para ocuparse de él, y según el patito vestido de rojo, eso no era justo, prácticamente lo calificaba de egoísta por su parte.

La noticia de que Huey intentaría pasar más tiempo solo con ellos sin Fenton u otra persona fue algo que al principio los sorprendió a todos, pero que después los alegró, ya que demostraba que el patito vestido de rojo estaba haciendo esfuerzos para reintegrarse en la vida con su auténtica familia.

Aunque hay que decir también que la primera vez que Huey se quedó a solas con alguno de ellos fue un poco desastroso, ya que el patito parecía que iba a tener un ataque de pánico en cualquier momento. La situación llegó a tal extremo que sugirieron en llamar a Fenton para que viniera, pero Huey rehusó diciendo que ya le había quitado bastante tiempo al pato hispano en los últimos días.

Cabe decir que admirablemente y después de tan desastrosa primera 'reunión a solas', Huey no se echó atrás y siguió intentando estar con su familia sin la compañía de Fenton. Las únicas cosas que el patito vestido de rojo no se atrevía a hacer aún, era, en primer lugar, quedarse total y absolutamente solo, lo cual era lógico sabiendo que lo habían mantenido encerrado literalmente durante días completamente sin ningún tipo de compañía, y la otra cosa que el patito seguía sin atreverse a hacer, era volver a dormir con sus hermanos, ni siquiera se atrevía todavía a trasladarse a dormir a la mansión, alegando que aún era pronto para eso, dijo que prefería hacerlo por fases, pasar de algo pequeño como fue la habitación del hospital a algo intermedio como la casa flotante, posteriormente volver a la mansión y finalmente dormir como antaño con sus hermanos en su habitación compartida. Pero para Huey, el paso de volver a la mansión aún no había llegado, así que no quedó más remedio que esperar pacientemente a que este llegara.

La verdad, el hecho de que Huey estuviese tratando de pasar más tiempo a solas con su familia, sabiendo que se ponía aún nervioso estando cerca de ellos, fue algo que dejó admirada a Webby, quien finalmente decidió preguntarle a su amigo al respecto. Por eso, aprovechando un momento en el que se quedaron ellos dos solos, sentados en el sofá del salón, la joven con lacito en el pelo se volvió hacia el trillizo mayor y le preguntó:

"Huey, ¿Por qué insistes en quedarte a solas con nosotros si obviamente todavía tienes miedo de estando en nuestra compañía?"

El patito vestido de rojo se quedó mirando a la joven con ojos sorprendidos y luego torpemente respondió:

"Esto... bueno... lo hago... lo hago porque... verás, es cierto que todo lo que Graves me hizo provocó que irremediablemente ahora tenga miedo de todos vosotros, pero, había algo, algo que me animaba a seguir resistiendo los constantes ataques de Graves, algo que ese halcón nunca pudo quitarme"

"¿El qué?" preguntó Webby con voz emocionada, estaba verdaderamente intrigada por saber la respuesta. Huey por su parte apartó la mirada y con voz que parecía tener un toque de vergüenza en ella, respondió: