La casa de los Purser era muy bonita, incluso llegaría a pensar que más espaciosa que la mía, aunque no sé si eso sea posible ya que son del mismo tamaño. Supongo que mi casa es un desastre.
—Creí que no lo decías muy en serio. —comenta Kael, ¿Creía que era una broma? Una broma muy extraña. Me siento extrañamente ofendida.
—Oh, era en serio. Pero supongo que si no quieres seguir podría... — me voltea a ver con lascividad, ¡Necesito el contrato!, una sonrisa se extiendo en sus labios.
—Acepté, creo que eso basta para seguir — asentí y empezamos a caminar a la cocina, no conocía muy bien a Kael, pero era un chico de palabra y eso me gustaba. Tenía que anotarlo.
Entramos y el hace una ceña para que deje mis cosas en la mesa, dejo un par de cuadernos, mi iPod y mis auriculares en la mesa.
—Listo
—Veo que eres chica de ritmo. —susurra, asiento y el se sienta, por inercia se sienta a la par mía.
—Empezaremos por lo básico.
—Adelante. Pero si me niego a reponer alguna pregunta en serio te pido que no la vuelvas a hacer. —menciona incómodo, asiento y sujeto mi cabello en una coleta.
—¿Color favorito?
—¿En serio? —pregunta con humor.
—Por supuesto.
—De acuerdo, Gris. — como el color de sus ojos.
—¿Comida favorita?
—Creo que la pizza.
—¿Pasatiempo favorito o hobbie? —me ve con curiosidad.
—Explorar la belleza de las mujeres. —¿¡Lo dijo es serio!?, parpadeo unas cuatro veces antes de reaccionar.
—Claro... Emm, supongo es algo importante que tengo que apuntar. —susurro, vaya, la sinceridad con la que dijo lo anterior me dio risa, pero obviamente no iba a reírme enfrente de él.
—Que no te sorprenda. —comenta indiferente.
—Créeme que no me sorprende, ahora, cosas que odias de tu vida. —se tensa. Mi conciencia tiene miedo.
—Mi familia. — decidí no preguntarle más a cerca de eso.
—Creo que doy por terminado lo Básico. ¿Desde cuándo empezaste a hacer lo que estabas haciendo con Marissa? — eleva una ceja, ¿Qué pretende?
—Me viste...
—Supongo, creo que todos lo hacían, lo que ustedes estaban haciendo era darnos una demostración clara del amor que se tenían Romeo y Julieta. —comento con humor. Kael se acomoda su camisa azul, rayos, no tengo que bajar la mirada.
—Sí, aún no comprendo lo que quieres saber de mí. —mi conciencia se da un tiro en la cabeza.
—Eso, tus maneras de conquistar y así. —susurro.
—¿Qué puedo decir?, soy apuesto y créeme que un chico por sí mismo no lo descubre. Los acontecimientos que pasan te hacen abrir los ojos de muchas maneras, no me mal entiendas, no he tenido un mal de amores, gracias al cielo. Pero no es fácil darte cuenta de las muchas cosas que cambian. —lo veo, me parece un chico muy interesante.
—Ya veo...
—¿Te fijarías en alguien como yo?— su pregunta me deja alucinando, mi código rojo se activa y mi conciencia empieza a ahogarse con su propia lengua.
—Yo no me fijo en nadie.— le digo firme, sus expresión se vuelve de sorpresa, fui cortante, lo acepto. Pero era la verdad, hace un mes había terminado con Aaron y me sentía extrañamente bien. Y por ahora claramente no tengo planes de tener una relación.
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La Realidad De Los Chicos Malos
Teen Fiction❝ Los chicos buenos se van al cielo, pero los chicos malos bajan el cielo para ti. ❞ - Heaven, Julia Michaels ¿Y quién era él? Sencilla repuesta, chico malo de primera. ¿Cautivaba?, por supuesto. ¿Hipnotizaba?, obviamente. ¿Mojaba bragas?, era como...