¿Cómo era posible que el alcohol afectara mi manera de hablar y mi habilidad auditiva?, esta vez, en serio ya no bebería alcohol. Al parecer había preguntado, ¿Te gusta? Y él me respondió, por más extraño que parezca, me encanta. Él hablaba del lugar y yo estaba en un debate mental muy reñido. Porque tenía cara de estúpida y parecía que estaba hipnotizada.
Movía mis labios pero no salía nada de ello. Hasta que lo logro.
—Sí, es muy hermoso —aseguro señalando el bosque y una pequeña banca entre los árboles. Tenía sueño, me sentía decaída y si no iba al baño seguramente un charco de burrito pararía por algún lado.
Adam me observa y se acerca suspirando.
—Creo que debería llevarte a casa. —murmura Adam con notable preocupación y al parecer mi mente aún estaba nublada por el alcohol.
—No creo que sea necesario, Jazz me puede cubrir, — frunzo los labios mientras me pesan los ojos. — Nunca más me dejes emborracharme. — suspiro, una risa ronca sale de sus labios.
—Está bien... Vamos. —toma mi mano y empezamos a caminar, era agradable estar así, bueno. Aunque yo no podía hablar mucho del tema, mis novios no eran tan oficiales y Aaron era mi novio por su trasero, odio aceptarlo pero es la verdad. Mientras más caminamos me da más tiempo de reflexionar sobre si la vida de Adam siempre ha sido así y si hubiera sido diferente nuestro tipo de relación... Amistosa de no ser por la fuerte declaración de su exprometida.
—¿En qué piensas? —los ojos de Adam me escanean mientras me abre la puerta y me subo, mientras él da la vuelta y se sube suspiro para poder responder algo coherente. Elevo mis hombros antes de responder.
—En nada... Bueno... —el Mercedes-Benz arranca y yo me relamo los labios antes de seguir hablando —, ¿siempre es así?, digo, tú vives aquí y hay fiestas. Craig es escándaloso y déjame decirte que no pareces ser la clase de persona que le gusta eso, el escándalo. —enfatizo, él me voltea a ver sonriente.
—¿Entonces qué clase de persona soy? —pregunta mientras su mirada sigue en la carretera.
—No lo sé, pareces de aquel tipo de personas que no parlotean, sino reliazan. Me parece que eres callado pero en cierta manera peligroso. Y me das la vaga impresión de que eres imponente en cualquier lugar. Incluso llegaría a pensar que eres temerario, ya sabes, chico malo. —murmuro y le guiño un ojo.
—Vaya señorita Booker, tal vez no esté tan equivocada. — expresa, nos quedamos en silencio y yo empiezo a comerme las uñas, yo era la versión más estresada de Barack Obama en las elecciones finales y mis nervios no ayudaban mucho.
Habían pasado poco más de media hora y ya estábamos entrando a la calle en donde estaban nuestras casas. Por un momento me asusté ya que, literalmente mi familia estaba enfrente de la casa de Adam, digo, somos vecinos.
—¿Pretendes que me quede contigo? —pregunto con el ceño fruncido, había pensado que me iría a dejar a casa de Jazz para que mis padres no sospecharan nada.
—Bueno... En mi habitación, sólo para que pases la noche, yo tengo que hacer algunos asuntos y mis padres no están en casa y Kael dudo que esté por aquí. —explica, bajo del carro e intento observar si se encuentra alguien despierto en mi casa. Nada. Era muy tarde... Momento, ¿Qué? No hay nadie en la casa de Adam y ahora sólo estaremos él y yo.
Cualquier rastro de alcohol en mi sistema había desaparecido y me sentía muy nerviosa, uf... ¿Cómo no estarlo?, es un dios con tinta en el cuerpo, es lógico.
—Lauren... Hey. —me llama y elevo la mirada. —Entra antes de que tu familia se dé cuenta de que no estás con tu amiga. — dice y asiento un poco desorientada, en este momento era como Bambi borracho, cuando bebía alcohol me daba alguna clase de satisfacción por compararme con algún personaje de televisión y eso me preocupaba.
Entro a la casa de Adam, bueno, de sus padres y creo que ya podría vivir aquí. Siento como los brazos de Adam toman la chaqueta y me la quita, la cuelga y me sonríe, este chico está jugando muy sucio últimamente.
—No tengo sueño. —mentira. Sí tenía sueño pero me invadía cierto temor estar en una casa, con Adam, absolutamente solos. Digo, lo podría violar y nadie me detendría o peor aún, hablar en sueños y que mi boca me delate. No señor, prefiero pasar la noche despierta y amanecer con ojos de cuervo. Mejor.
—¿Estas segura?... Porque déjame decirte que cuando te cargué hace algunos minutos te estabas durmiendo. — inquiere el dios con tinta delante de mí y yo asiento.
—Estaba borracha, los borrachos siempre tienen sueño. — digo y él ríe.
—Entonces, ¿qué quieres hacer? —pregunta y yo suspiro, saco mi teléfono y veo la hora, aún es temprano, bueno, no tan temprano y mañana no tengo clases. No quiero dormir.
—Sólo estoy cansada. No tengo sueño, solo estoy cansada por tanto bailar. Tal vez me gustaría recostarme. —murmuro y el asiente.
—Traeré unas sábanas y te llevaré a mi habitación. — habla y asiento. Yo lo seguía, él iba a una habitación y yo iba atrás de él. Había una habitación con un estante lleno de sábanas, una lavadora y una secadora. El cuarto de lavado. Observo sus movimientos, antes no había podido apreciar lo bien que se le veía la playera, cómo rodeaban sus brazos. De pronto se detiene de lo que está haciendo y le voltea a ver serio, ¿Ahora qué? —No sé porqué, pero... No me gusta cómo te trató Craig. Él es un chico un tanto pretencioso. Lauren... —si voz ahora se escuchaba fría. —, ¿Qué hubiera pasado si yo no hubiera llegado? — pregunta, frunzo el ceño y doy unos pasos más para acercarme.
—¿Llegado a dónde? —pregunto confundida, una suspiro sale de sus labios.
—Si yo no hubiera interrumpido los siete minutos en el paraíso con Craig... ¿Qué hubiera pasado? — por un momento me quedo paralizada y me hago esa misma pregunta a mi misma. De seguro ahora me hubieran desvirgado, y lo más seguro era que yo estuviera tirada en alguna parte de la casa de Adam borracha sin mis 5 sentidos activos. Elevo mis hombros.
—No lo sé. —respondo rendida. Él se acerca más y me quedo paralizada.
—Exacto. No lo sabes. Y creo que no me podría perdonar si algo te hubiera pasado. — murmura, ni estómago se revuelve e intento sostenerme en pie cuando toma mi mano y la acaricia.
—Pero no pasó... —intento tranquilizar el ambiente, Adam ríe.
—Lo sé. — afirma —, Lauren, eres muy hermosa. — algo estaba pasando, no se qué, en incluso llegaría a pensar que el mundo se estaba volviendo loco, dos chicos me habían dicho que era hermosa y no podía con tanto. Los ojos de Adam iban desde mis ojos hasta mis labios y yo por estúpida inercia hice lo mismo, yo quería esto, ahora. Y sé que sería algo muy estúpido y erróneo, pero no me importa.
Me acerco y lo beso, tranquila y siento un cosquilleo en mi espalda al sentir sus manos en ella, acercándome más. No sé qué era lo que Adam estaba haciendo, pero sabe besar muy bien. Sentía cómo mordía mi labio inferior y eso me hacía estremecer. Su pecho contra el mío sólo agitaba más mi respiración. Su beso me parecía agitado, ferviente.
—Joder — un susurro me hace separarme de Adam estrepitosamente, Kael nos estaba observando desde el marco de la puerta. ¡Aleluya! Si él no hubiera aparecido no sé qué hubiera pasado. Adam sonríe, una sonrisa extraña que me hace sentir confundida.
—Lo siento. —susurra Adam, frunzo el ceño al no entender su disculpa. Cuando de repente un estruendo me hace dar un respingo. Un móvil en el suelo llama mi atención, Kael había tirado su móvil. Su rostro estaba totalmente serio y frío.
—Eres un maldito, Adam. —susurra Kael, mientras yo seguía sin saber qué pasaba.
N/A: por fin actualicé, wujuuuuuu, espero tengan una embolia al leer esto xd.
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La Realidad De Los Chicos Malos
Teen Fiction❝ Los chicos buenos se van al cielo, pero los chicos malos bajan el cielo para ti. ❞ - Heaven, Julia Michaels ¿Y quién era él? Sencilla repuesta, chico malo de primera. ¿Cautivaba?, por supuesto. ¿Hipnotizaba?, obviamente. ¿Mojaba bragas?, era como...