La Realidad De Los Chicos Malos

Capítulo Once: Kael...

Kael.

Era la segunda vez que pasaba lo mismo y aún me seguía preguntandome el porqué es tan fácil que caigan. Estaba enojado, más que eso, furioso. Le había dejado claro que se alejara y ella simplemente volvía y con mi hermano.

Me frustraba saber las razones de mi hermano para estar con ella y por eso la quería alejar de él, no creía que fuera egoísta de mi parte, es más, todo lo contrario.

Las manos de mi hermano seguían encima de Lauren y la sonrisa plasmada es su rostro me hacía sentir muy enojado con él. No me interesaba mi móvil, que yacía tirado en la esquina del cuarto de lavado. Los ojos de Lauren seguía muy abiertos.

Suspiré y me alejé de esa escena, si Lauren tan sólo supiera.

"Me tenía harto esta situación, recordar cómo Clarissa había sufrido con mi hermano y ver que otra más iba a caer. Me acerco a Adam que está fumando en el porche.

—¿No crees que es suficiente? —pregunté enojado, su mirada se volvió maliciosa y sonrió.

—¿A qué te refieres? —pregunta, ruedo los ojos.

—Sabes a lo que me refiero, vi que fingiste emborracharte el día que Lauren dejó su iPad. Cómo la mirabas, no creas que no me he dado cuenta de tus intenciones en la fiesta. Estaba borracho, no estúpido. Te aprovechabas de ella cuando estaba decadente, vi cómo la tocabas, ¿Qué no puedes buscar a otra de tu rango? — aclaré sosteniéndome la cabeza.

—¿Y?... Si quiero jugar con ella simplemente no es tu problema. — me habían inundado unas ganas terribles de golpearlo.

—Hay más, muchas más. ¿Por qué ella? — pregunté desesperado. Se puso de pie y sonrió, escaneandome con la mirada.

—Me recuerda a Clarissa. — y entendí, lo comprendí por un momento, pero no nada más que eso. No quería que algo mala le pasara a Lauren. Lauren se parecía a Clarissa, pero sólo en el rostro y algunas pocas características en cuerpo.

—¿Por eso te llamo la atención, por eso la observas? — su semblante cambió y me dio la impresión de que había dado en el punto clave.

—Sólo será por poco tiempo... No será algo serio. Nada de eso. —murmuró con voz tranquila, no. No quería que eso pasara, a mi mente llegaron aquellos días en los que Clarissa llamaba a mis padres llorando, porque mi hermano no se podía controlar con el alcohol, él decía que lo había dejado, pero lo conocía muy bien. Él nunca dejaba nada.

Lauren no se merecía eso, ni ella, ni nadie. Ella no era como Clarissa, su aspecto físico se asemejaba en cierto aspecto, pero nada más. Lauren era más curiosa y suspicaz, lo sabía, me había dado cuenta en el Instituto y en la cena en la cual me habló con tono tranquilo, ella no era para nada pretenciosa.

—Sólo no la hagas sufrir, como a Clarissa. —susurré y me alejé de él.

Nadie lo conocía tan bien como yo y, probablemente esa era la razón por la cual me daba rabia que él pusiera sus ojos en Lauren. El pasado de Adam no era precisamente el mejor y yo era testigo de eso. Odiarlo era poco en mi posición."

Fui directo a la cocina y decidí dejar el tema estar. No me sentía en las condiciones de golpear a Adam, aún no.

Tenía las manos encima del desayunador mientras me permitía calmarme un poco, unos pasos me interrumpieron y levanté mi cabeza, Adam me veía con una sonrisa. Asquerosa sonrisa, en algún momento de mi vida también tuve esa sonrisa plasmada en mi rostro.