Capítulo Seis: No Te Fijas En Nadie, ¿Eh?

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Con suerte había llegado un poco temprano, un poco. Gracias a ello podía estar en paz por los pasillos acomodando mis cosas para mi primera clase.

Kael me estaba mirando extraño. Sus ojos me escuadriñaban y me incomodaba mucho. Aunque no sé quién es la chica que está junto a él, supongo que otra conquista. Termino de ordenar mis libros en mi casillero y lo cierro, un empujón en el hombro me hace fruncir el ceño.

—Lo siento. —esa voz... Aaron. Capitán del equipo de Béisbol y futuro presidente escolar. De hecho creo que estaba con él por lo bien que se le veía el trasero con el uniforme de Béisbol. Mmm, mi conciencia se muerde el labio.

—No te preocupes. —susurro, es un buen chico y creo que la mala en la relación fui yo. Yo terminé con él y pues... Me sentí muy mal. Él de verdad demostraba su cariño y por alguna razón nunca lo llegué a quererlo más que como un amigo, un gran e increíble amigo.

—Hola Lauren —esboza una sonrisa, nunca me trató indiferente después de nuestra ruptura. Su gorra de entrenamiento lo hace parecer rudo. Me gusta. Su aliento choca contra mí rostro. Tic Tac de menta, como siempre. Aún recuerdo que siempre me dejaba una cajita de ellas en mi casillero con una carta en la que me dejaba algo escrito. Muy romántico y la verdad es que me encantaba que lo hiciera.

—Hola Aaron. —le sonrío, sus ojos negros me hacen preguntarme cómo es posible que con ellos se puedan intimidar a una persona.

Ladea una sonrisa, nuestra relación duró cinco meses y lo conocía muy bien como para saber que quería algo.

—Me preguntaba si... —entrecierro mis ojos.

—Quería salir contigo.— el asiente y se muerde el labio inferior. Está jugando sucio.

—Sabes que no puedes jugar sucio en un momento como este Aaron. —susurro, sonríe satisfecho.

—No tengo elección, pero la tendría si aceptaras mi propuesta. De hecho tendría elección el viernes por la noche, por la propuesta repito. —¡Benditas propuestas!, se recuesta en el casillero de la par y empieza a jugar con una pelota de béisbol —, tengo todo el día... O al menos todo lo que sobra de él. —yo frunzo los labios.

—Yo no, y lo sabes muy bien. Aaron, no quiero encarar ni traer recuerdos, nuestra relación terminó hace poco y en verdad... —niega rápidamente.

—Como amigos, solo como amigos. Por los viejos tiempos, no quiero forzar nada y lo sabes Lau. —

—Eh, yo...—mi respuesta se había quedado en el aire. El timbre había sonado —me voy.

—No, Lauren, no te vas. —me toma la mano y su intento de Aaron estricto aparece. Gruño frustrada.

—Sabes que la repuesta es un sí, desde que completé tu frase me tenías. —le digo, él sonríe. Me suelta y se va corriendo dejando en mi mano una cajita de Tic Tac de menta. Mmm. Mi conciencia saca un folder de los expedientes llamado "Recuerdos: locos enamorados" y lo examina.

Kael aún me estaba viendo, desde lejos, pero lo hacía.

...

Estoy exhausta física y mentalmente. Trigonometría era difícil. Punto. Me explotaba el cerebro cada vez que intentaba entender algo de esa materia creada por el diablo. Uf... Hasta maldecirla era agotador.

¿Podría ir a visitar a Kael?
Sí, obviamente podría y quería.

Tomo sólo mi libreta y unos bolígrafos. No volveré a llevarme mi iPod, no quiero volver a ver a Adam borracho en la madrugada escuchando Aerosmith diciendo que la ama. Y bla bla bla.

La Realidad De Los Chicos Malos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora