Capitulo 13.

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Mientras tanto en el hogar de Mijares.

Manuel abrió la puerta y encendió la luz dejando ver todo lo que había preparado para Mayte, la mesa estaba puesta para dos, en medio había una botella de vino junto a dos copas. Alrededor de la mesa algunas velas y pétalos de rosas. Se acercó, destapó la botella, dio un trago y se dirigió a su habitación aun con la botella en mano siguiendo un camino de pétalos; abrió la puerta, encendió la luz y observó cada rincón de la habitación pensando en que quizá en ese momento ella hubiese estado ahí con el disfrutando de sus caricias, pero no, seguro en ese preciso instante se encontraba en algún restaurante de la ciudad cenando muy a gusto con el muchachito ese. Dio otro trago a la botella que tenía en las manos y la dejó sobre la mesita de noche que estaba al lado de la cama, se quitó el saco y lo arrojó con fuerza al sillón que tenía en frente. Agarró la botella nuevamente y volvió a la sala maldiciendo por lo bajo al imaginarse a Mayte con otro hombre, terminó con el contenido de aquella botella y la dejo a un lado para ir en busca de otra.

Una hora más tarde y luego de una botella de vino y poco más de media botella de tequila, Manuel estaba en la sala un poco ebrio.

-Todo esto era para ti, ¿y tú? Tú decidiste irte con otro. Maldita sea. -dijo dando un golpe en la mesa. En ese momento sonó el timbre, como pudo se levanto y fue a ver quién era. - ¿Qué haces aquí? -preguntó sin distinguir bien a la mujer que tenía en frente.

-Manuel, ¿estás tomando?

-Es obvio, ¿no? -respondió dándose la vuelta para ir en busca de la botella de tequila que había dejado atrás.

-Ya deja eso. -intentó quitarle la botella de las manos.

-Shhh -dio un trago. - ¿No deberías estar cenando con tu enamorado?

-¿Qué? Ah, no... Preferí venir contigo. -sonrió con un brillo de ¿maldad? En la mirada.

-Mi amor perdóname, no debí tratarte así. -se acercó. -Pero entiende, no soporto que estés con alguien más, te quiero tantísimo. -la tomo por la cintura y juntó sus labios con los de ella, poco a poco fueron llegando a la habitación.

-Veo que tenías todo preparado. -dijo separándose por un momento para volver a besarlo mientras le arrancaba la camisa.

Al día siguiente.

Mayte despertó más o menos a las 8:45 am e inconscientemente buscó con la mano a Manuel, encontrándose con un lugar vacío, recordó que la noche anterior discutieron y él seguro estaba en su casa. Era la primera vez en un largo tiempo que dormía sola, y a decir verdad, había extrañado muchísimo el roce de su barba contra su cuello y sus manos aferrándose a su cintura toda la noche. Estuvo acostada por unos minutos más pensando en lo que había sucedido la noche anterior y llegó a la conclusión de que ella era tan culpable como él, es que si no le hubiese dicho nada de la supuesta invitación a cenar, no, si él no le hubiese dicho aquellas cosas quizá todo habría sido diferente.

Se levantó rápidamente, tomó una ducha, desayunó y se decidió a dejar su orgullo a un lado e ir a casa de Manuel para aclararle las cosas.

Casa de Manuel.

Manuel despertó y al abrir los ojos todo le daba vueltas, sentía que la cabeza le iba a explotar, mirando a su alrededor se dio cuenta que solo estaba tapado por una fina sábana blanca y a su lado estaba una mujer, se levanto rápidamente de la cama con cuidado de no despertarla, se colocó su pantalón y se fue directo a la cocina por un vaso de agua.

-Dios, ¿qué hice? -se reprochaba una y otra vez mientras estaba en la cocina. En ese momento tocaron el timbre y fue a abrir la puerta. -Mayte. -dijo palideciendo por completo. -Esto no me puede estar pasando a mí. -susurró pasándose la mano por la cabeza.

-Manuel, yo... Necesitamos hablar sobre lo que pasó anoche. -comentó entrando a la casa. -Gordo... -logro decir siendo interrumpida por la voz de una Mujer que salía de la habitación de Manuel.

-Mi amor, ¿Donde estas? -preguntó segundos antes de llegar a la sala. -Ah, pero es que tenemos visita. -comentó con una sonrisa cínica.

Mayte en ese momento hizo un pequeño flash back recordando una escena casi igual a la que estaba viviendo en ese instante.

-¿Qué hace esta mujer aquí? -preguntó tratando de asimilar lo que estaba viendo.

-¿No es obvio, querida? Manuel y yo pasamos la noche juntos, ¿Verdad, mi amor? -respondió haciendo énfasis en "mi amor", los ojos de Mayte se empañaron rápidamente, parpadeo varias veces, no podía ni debía llorar frente a ese par.

-Qué estúpida, es que esto solo me pasa a mí. Yo que venía a arreglar las cosas y mira con lo que me encuentro. -rió amargamente.

-Mayte. -intentó acercarse y tomarle las manos.

-No me toques. -dijo alejándose. Victoria miraba la escena con una enorme sonrisa de triunfo. -Es más, yo ya me voy. No tengo nada que hacer aquí, ah y más vale que no me vuelvas a buscar -dijo con altanería dándose la vuelta para irse y aunque el corazón de Manuel se partió en mil pedazos, no hizo nada por detenerla. Mayte tenía razones de sobra para estar así.

-Victoria, no quiero ser grosero, pero lo mejor es que te vayas de mi casa ya. -dijo seriamente.

-Pero yo pensé...

-Te vas.

-No puedo creer que después de lo que pasó anoche, me corras de tu casa. -respondió haciéndose la víctima, Manuel la ignoró y espero a que se fuera. -Me la vas a pagar, Manuelito. -pensó mientras salía de la casa.

Casa de Isabel.

-Chi, qué milagro. -dijo viendo a Mayte entrar a la sala, ella por su parte solo se acerco a Isabel sin decir una palabra y la abrazó fuertemente, dejando así caer las lagrimas que luchaba por contener desde que estaba en casa de Manuel. -Hermana, ¿por qué estas así? ¿Qué paso? -preguntó preocupada cuando Mayte se tranquilizo luego de un largo rato.

-Se repitió la historia. Fui a casa de Manuel y lo encontré con una mujer. -respondió y una lagrima se deslizo por su mejilla.

-¿¡QUÉ!? Manuel Mijares me va a escuchar. -se levanto del sillón alterada.

-No Isabel, ¿para qué? Si ya entre Manuel y yo, todo se acabó. -susurró con la voz entrecortada.

Nunca dejé de amarte. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora