Capitulo 29.

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Mayte se encontraba semi acostada leyendo un libro sobre maternidad, cuando el ruido del celular de Manuel la sacó de su lectura.

-May, ¿puedes responder por favor? –gritó desde el baño.

-Sí, gordito. –respondió y tomó la llamada. -¿Bueno?

-Hola rey, ¿Cómo estás? Me aca...

-Perdón, ¿Quién es? –frunció el ceño.

-Eh, ¿me comunicas con Manuel?

-Pregunté algo, ¿me respondes? –dijo seriamente.

-Mejor le llamo luego, bye. –colgó.

-Me colgó, já. –pensó en voz alta viendo el celular. Sintió una especie de sabor amargo recorrer su garganta. ¿Quién se creía esa mujer para llamar al celular de Manuel, decirle rey y encima, dejarla hablando sola?

-¿Quién era, mi amor? –preguntó abrazándola por la espalda. Mayte se alejó bruscamente.

-No sé, rey. –dijo con ironía y le entregó teléfono. Manuel la miró confundido, revisó y decidió devolver la llamada.

-Reina, ¿Cómo estás? ¿Pasa algo? -¿¡Qué!? Ya va, ¿había escuchado bien? Esto sí era el colmo, sintió la sangre hervir y decidió salir de la habitación antes de hacer algo de lo que se podría arrepentir. Manuel estaba tan entretenido que ni siquiera noto cuando ella se salió.

Mayte se preparó una taza de té y decidió salir un rato al jardín, era un día muy bonito. Se sentó, y cuando estuvo lo suficientemente relajada comenzó a sentir su vientre moverse de un lado a otro. Sonrió y lo acarició. En ese momento Manuel llegó a su lado.

-¿Se está moviendo? –Mayte asintió, colocó su mano sobre la de ella y le besó la mejilla. –Gracias por hacerme tan feliz. –sus ojos se cristalizaron. Ella aún estaba un poco molesta por lo sucedido, pero al verlo así, cambió su actitud.

-Gracias a ti. –le tomo el rostro entre sus manos y lo besó. Manuel la abrazó y se quedaron así por varios minutos. –Gordo, ¿Quién era esa mujer? –decidió preguntar.

-Mi amor, no es lo que tú piensas. –le sonrió. –Reina es diseñadora, y me está haciendo unos trajes para el nuevo show. –fue lo primero que se le ocurrió decirle.

-Mm, está bien. –dijo no muy convencida, pero decidió no pensar más en ello.

-Bonita...

-¿Si? –lo miró a los ojos.

-En un momento voy a salir, tengo que resolver unas cosas. ¿Quieres ir a algún lado o te vas a quedar aquí?

-No amor, mejor me quedo. Me siento algo cansada.

-Está bien, cualquier cosa me marcas ¿sí? –Mayte asintió. –No vemos en un rato, te amo. –le dio un beso fugaz y se fue.

Pasó una semana en la que Manuel se estaba comportando sumamente raro, salía muy temprano y llegaba casi al anochecer. Mayte ya estaba comenzando a creer que tenía una amante, y no iba a permitir que le vieran la cara.

Manuel se movió un poco y estiró su brazo para abrazar a Mayte, pero su lugar estaba vacío, abrió los ojos y se topó con la mejor vista que podría tener. Ahí estaba Mayte, de espaldas a él y completamente desnuda. La vio ponerse cremas por todo el cuerpo, sonrió, ya estaba en los últimos meses de embarazo y cada día le gustaba más.

-Qué hermosa eres. –dijo abrazándola por la espalda. Mayte soltó un gritito. -Manuel, me asustaste. –se volteó para mirarlo.

–Disculpa mi amor. –rozó sus labios con los de ella. –Hoy te tengo una sorpresa, bueno, les tengo una sorpresa. –sonrió y le acarició el vientre.

-¿Una sorpresa? –frunció el ceño. Manuel asintió. -¿De qué se trata?

-No te voy a decir. –le tocó la punta de la nariz. –Voy a preparar el desayuno, te espero abajo.

Manuel le tenía una sorpresa, ¿sería por eso que pasó la semana tan raro? Seguro sí, ay, y ella de mal pensada. Se terminó de vestir y al bajar, se encontró con todo arreglado muy bonito, había flores por doquier y la mesa estaba perfectamente puesta.

-Gordito. –fue y lo abrazó. –Qué hermoso.

-Lo sé. –sonrió.

-Que pesado. –le dio un golpecito. –Gracias.

-Ven, siéntate. –le ayudo con la silla y fue a su lugar.

Desayunaron muy felices, Mayte trató muchas veces de que Manuel le dijera de qué se trataba la sorpresa, pero el muy hábilmente cambiaba la conversación y le hacía olvidar por momentos lo de la sorpresa. Terminaron y Manuel limpio y recogió todo con ayuda de Mayte, para luego irse a dar una ducha ya que, aun debía resolver algunos detalles de la sorpresa.

-Mm, así te ves mejor. –dijo al verlo salir del baño secándose y sin nada puesto.

-¿Sí? –Mayte asintió con una sonrisa traviesa. –Ven aquí. –le extendió la mano y ella se acercó. Se besaron lentamente, sin prisas, saboreando y mordiendo una que otra vez sus labios. Sus lenguas chocaron y una especie de electricidad les recorrió el cuerpo, sus respiraciones estaban agitadas y cuando Mayte pensó que iban al segundo paso, Manuel se separo lentamente.

-¿Qué pasa? –preguntó casi sin respirar.

-Se me hace tarde para terminar tu sorpresa. –le besó la frente. Se vistió rápidamente y en menos de diez minutos ya se estaba yendo. –Nos vemos al rato. –la besó y se fue.

Rato después Mayte estaba leyendo cuando su celular sonó, era un texto.

"Mi amor, te paso buscando a las 2:30 pm. No te vistas muy formal y haz maleta para dos días. Te amo."​ -Manuel.

Justo como lo dijo, Manuel llegó a las 2:30 pm recogió algunas cosas y se fueron directo a el aeropuerto lo único que Mayte sabía era el lugar de destino; Acapulco.

Nunca dejé de amarte. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora