Una Botella de Amor - (Ventino) [Julkis] [Nalga]

Capítulo 5 - Primera Cita.

Juliana se sintió en la más pura gloria cuando la más pequeña colgó las mano a su cuello y presionó sus labios sobre los suyos, sentía que el movimiento suave no hacía más que levantar sus pies del suelo y transportarla al cielo con los mismísimos ángeles, ella sentía como Makis, tímidamente recorría sus labios con la punta de la lengua, casi como si no supiera lo que es besar, pero al mismo tiempo, sentía como si el mundo completo acabara en los labios de la más pequeña, es por eso y que casi inconscientemente, gruñó en desacuerdo cuando Makis se separó de ella.

-No, no, no, no te separes, ven - Juliana apretó la cintura de Makis evitando que la chica se separara más de lo necesario; fue casi imposible para Makis no sentir ternura al escuchar como Juliana suplicaba por su cercanía con los ojos cerrados y la boca ligeramente estirada hacia ella.

-Pero debemos ir a la primera cita.

Justo en el momento en que Juliana abrió los ojos, Makis apretó su lengua entre sus dientes, logrando que ese latente deseo de besarla incrementara.

-si vuelve a hacer eso, juro que no me contengo - dijo amenazantemente Juli.

-Pero si no he hecho nada.

Pese a las grandes gafas, Juliana podía ver a la perfección los ojos de Makis, esa inocente chica que había llegado a sus brazos gracias a una botella, una botella de amo, como le decía ella, pues, desde un principio, todo con Makis fue diferente, nunca fue solo la noche de sexo y después irse, con la pequeña sintió ese vació que en el pecho al no encontrarla a su lado, con ella sintió ese dolor de ser rechazada, con ella sintió ese loco latir de corazón que provocaba tener a la chica cerca, sintió un idiota, pero hermoso cosquilleo en el estómago, Makis siempre tuvo algo especial, y aunque no lo comprendía del todo lo que pasaba en este momento, solo sabía que quería seguir sintiéndolo.

-Está bien, me rindo, te llevaré a mi lugar favorito, pero con dos condiciones señorita.

- ¿Qué? ¿Cuál? ¿Cómo? - Makis preguntaba desorientada, parecía como si la pequeña estuviera luchando por no salir corriendo, cosa que no pasó desapercibida para Juliana; la morena estaba consciente de que su reputación la presencia y que, en efecto, escucharla decir que se dedicaría solo a una persona, sería, por decir lo menos, irrisorio y casi una mala broma, es por eso que decidió jugar una carta que nunca antes se había atrevido, decidió mostrar su lado más vulnerable.

-La primera es que confíes en mí, no me tengas miedo, juro que mis intenciones son buenas, juro que no quiero hacerte mal - dijo Juliana con voz suave, recargando su frente con suavidad sobre la de la pequeña, dándose cuenta de que sus cuerpos, misteriosamente encajaban a la perfección.

-Lo intentaré - dijo Makis, riéndose por el hecho de que sus lentes se empañaban por las cálidas respiraciones chocando en tan estrecho espacio.

-La segunda es que disfrutes, hoy te mostraré una parte de mi que solo Natalia conoce, nadie, excepto mi mejor amiga sabe como soy realmente y las cosas que me gustan, ¡oh! Y eso incluye, no te puedes reír de mi y de mis lugares favoritos - la voz trémula de Juliana demostraba con claridad que estaba nerviosa, cosa que no pasó desapercibida para Makis, eso no era algo que se viera, pues, apenas iniciado el año, esa chica tenía la reputación por los cielos, ya casi se le había denominado la "Queen B" del campus, es por eso, que el cliché de ver a la nerd con la popular, era sospechoso.

-Está bien, pero por favor, no hables como si tuvieras miedo - dijo tiernamente Makis.

Después de esa pequeña interacción, llena de mimos y de besos, Juliana tomó la mano de Makis, y sin importar cuantas miradas captara, caminó con ella por todo el campus, a ella, solo le importaba la sonrojada chica que caminaba a la par, esa que parecía querer esconder su nariz bajo unas gigantes gafas. Juliana abrió la puerta para que Makis entrara a su carro y sin más, subió a su puesto para conducir a un destino completamente desconocido para Makis.