Olga Prov:
-Makis, Makis, despierta, ya pasa de medio día – le digo moviéndola, pero ella nada que se movía, solo estaba muerta y laxa sobre la cama.
-Olgui, creo que fue una mala idea llevarla a esa fiesta, creo que la rompimos, nada que se mueve – Cami está parada sobre la cama, al otro lado de donde estoy yo, mirando asustada el cuerpo inerte de nuestra mejor amiga.
-No la vi desde la mitad de la noche en adelante, tampoco sé a qué hora llegó, solo sé que huele a alcohol y ella no bebía – en eso veo que Cami simplemente se va corriendo al baño y vuelve con un vaso de agua en la mano.
-Espérate tantito, ya la despierto yo – y sin siquiera pensárselo, le lanza el contenido en la cabeza a Makis, quien, por arte de magia se incorpora en la cama, mirando hacia todos lados hasta que se encuentra con Cami con el vaso en la mano, ella simplemente se tapa la boca para irse corriendo al baño, de seguro a expulsar todo el alcohol de su sistema.
-Las odio – dice ella apenas sale, sus mejillas están sonrosadas, se ve que la resaca la está matando, Cami le pasa una fruta.
-Come platanito, eso ayuda con la resaca – le dice con una sonrisa, puede que nosotras seamos básicamente nerd, pero con Cami sabíamos lo que era pasarse de tragos, Makis, nunca en la vida había bebido.
-Tengo una bebida isotónica, para que te ayude con la sed – le digo tomando su mano para llevarla a sentarse, hasta que me doy cuenta de algo – Makis ¿Dónde está tu cadenita?
-Miera, no – responde empezando a tocarse el cuello, al darse cuenta de que no tiene tan preciado objeto se lanza sobre la cama para para remover todo, incluso empieza a remover la ropa que había usado la noche anterior.
- ¿Dónde demonios estuviste anoche? – pregunta Cami al darse cuenta de su desespero.
-Yo... yo... estuve con... estuve caminando – empieza a balbucear nerviosa, en ese momento recuerdo algo que vi, antes de que la chica hermosa que conocí anoche se apropiara de mis ojos.
-Mentirosa, anoche conociste a una chica, te fuiste con ella – la apunto con el dedo haciendo que el sonrojo la alcance y sus ojos se abran de manera gigante.
-Chismosa – es lo único que dice Makis, ella simplemente corta la conversación y se va a duchar, la veo salir disparada a la ducha, por suerte, las residencias de la universidad tienen sus baños privados, así que no tenemos la necesidad de salir de nuestro cuarto para ducharnos, ella simplemente sale vestida y dispuesta a huir completamente de la conversación, yo no me voy a quedar con la incertidumbre de saber ¿Quién es esa chica?
-¡AGARRALA QUE SE VA! – le grito a Cami, ambas salimos atrás de Makis, ocasionando un gran desastre entre tantos forcejeos, chocando contra nuestras vecinas de los dormitorios, dos chicas populares, Juliana, quien tiene una cadenita de oro enroscada en la mano, de la cual, sobresale la característica M que fue la causa de nuestra discordia hoy en la mañana, y la otra, Natalia, la chica que me mira con esos intimidantes ojos marrones que me hacen recordar a la perfección sus labios, esos que probé ayer.
-Carajo, tengan más cuidado, raras – dice Juliana mirando enojada hacia nosotras, veo que Makis se atraganta y abre los ojos inmensamente al ver la cadenita que cuelga del brazo de Juliana.
-Sé más educada Juli, fue un accidente – los ojos marrones de Natalia siguen fijos en mí, haciéndome sentir nerviosa, pero por mucho que desee hablarle, ahora tengo otra cosa que hacer.
-Disculpen, no fue nuestra intención botarlas – tomo a Makis del brazo para llevarla a rastras un poco más allá, veo que está roja.
- ¿Me puedes decir por qué Juliana Pérez tiene tu cadena? – ella se pone roja, presa de la vergüenza esconde el rostro entre sus manos, está completamente roja.
-Es que... yo... es que... ella... ella y yo – solo balbucea, pero es suficiente para que entendiera todo, Makis se enrolló con Juliana, pero la chica no lo recuerda, pero esa cadena dice que probablemente es algo más que una simple noche. Todo se confirma cuando veo a una desesperada Juliana preguntando a quien había perdido esa cadenita, hasta que me preguntó a mí.
-Sé a quién se le perdió esa cadena, pero me tienes que prometer que no le harás daño – ella me mira sorprendida, pero por, sobre todo, expectante.
Makis Prov:
Idiota Olga y su idiota cerebro, que idiotamente hace conexiones idiotamente rápido y me hace recordar ciertas cosas que no pude olvidar y frustrarme por haber olvidado muchas cosas por el alcohol. Simplemente ver a Juliana preguntar como una loca sobre la dueña de la cadena no ayuda, no quiero que me encuentre, me da vergüenza y si fui capaz de llegar hasta su cama, es porque estaba alcoholizada, y quizás llegamos a eso porque ella también estaba nadando en alcohol, porque la gente como ella, no se junta con la gente como yo, probablemente me encuentra como otra come libros más, probablemente ni siquiera sabe que yo existo.
-Oye – escucho frente a mí, solo dejo la zanahoria colgando de mi labio para mirar a la persona que me está hablando, frente a mi está colgando la cadenita, esa que ya daba por perdida, porque la vergüenza no me iba a dejar recuperarla.
- ¿Me... me... estás hablando... a mí? – a mi idiota cerebro se le ocurre ponerse a tartamudear ahora, estúpido cerebro, no me hagas tartamudear que va a pensar que soy idiota.
- ¿Ves a alguien más por acá? – una sonrisa de medio lado se plasma en sus labios, ella me mira fijamente - ¿Esto es tuyo?
-No – simplemente bajo la cabeza completamente roja, simplemente dejo que mi cerebro diga lo que piensa que es mejor para mí, no pienso dejar que una asalta camas me rompa el corazón, ella no puede romperme el corazón.
-No sabes mentir – se ríe en mi cara, eso solo hace que mi cabeza se hunda en mis hombros, intentando desaparecer lo antes posible de esos ojos burlones.
-Yo... no... no miento – ella pone su mano sobre la mía, me deja completamente muda y sin sangre que circule a mi cerebro, porque está toda concentrada en mis mejillas, tira ligeramente de mí, haciendo que los libros que tenía en mi regazo terminen regados por el suelo.
-Si querías que te encontrara solo debías darme tu nombre, era más fácil que dejarme tu cadena para que yo preguntara como loca a cada persona que se me cruzaba por delante si esa cadena le pertenecía – su mano pode delicadamente la cadena sobre la mía, cerrándola al final, sin separarse de mi ni un centímetro, siento su mano apoderarse de mi cintura.
-Yo no la dejé a propósito, no sabía que se me había quedado – le digo con rapidez, grabe error, sus ojos chocaron con los míos y su sonrisa me hizo helarme por dentro, me hizo recordar quien era ella y cómo es que cada una de las chicas terminaba enrollada con ella solo termina sufriendo, porque solo le sirven para un par de acostones y luego las deja tiradas, solo salta de cama en cama, ella no es de querer y yo no soy de las chicas que solo sirven para unas cuantas noches.
-Pues, por fin pude encontrarte y ahora, estoy pensando en las muchas cosas que quiero hacer contigo – susurra sobre mi cabeza, eso solo confirma mis miedos, ella probablemente quiere unos cuantos acostones para después decir que se tiró a la nerd de la universidad, la que ignora a todo el mundo.
-Yo... yo no quiero nada contigo – bajo mi mirada, la verdad que tener algo con ella sería un sueño, ella es hermosa, carismática, pero no es de las personas con la uno pueda sentar cabeza y yo no estoy dispuesta a prestarme para lo que ella quiere.
-Deja de mentir, Makis – escuchar mi nombre de sus labios me hace sonrojar de manera tremenda, nunca pensé que mi nombre podía sonar tan bien al salir de otra boca, una boca maldita que me condena.
-Yo no miento y no sé quién te dijo mi nombre... yo... yo me tengo... me tengo que ir – intento soltarme de su agarre, pero solo logro que ella tome con fuerza mi cintura.
-Mientes – dice ella antes de sellar cualquier protesta que pueda tener con un beso desesperado, un beso que me sacudió hasta las ideas.
N/A:
Cuando tenga tiempo escribo en los otros dos.
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Una Botella de Amor - (Ventino) [Julkis] [Nalga]
RomantizmUna noche de tragos y de atrevimientos puede causar estragos, sobretodo cuando dos mundos completamente diferentes chocan.