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Hoy por la tarde, Xiao Bao estaba alimentando a Yu Li con la mezcla diaria de comida.

El concubino ciego salió de su habitación y preguntó, —¿tenemos vino de sobra en la casa?

Después de pensarlo, Xiao Bao le contestó, —durante el festival del barco dragón, el general Qi envió a algunas personas para que nos entregaran vino. Amo, ¿a qué se debe la pregunta?

El concubino frunció los labios, y con la mirada hacia abajo observó el piso, —por nada en especial, es solo que me dio ganas de beber una que otra copa de vino.

Xiao Bao rio, —qué raro, el amo jamás a probado el vino.

El rostro del concubino se ruborizó ligeramente, retorciendo sus manos con aspereza.

Xiao Bao le dijo, —esperé aquí, amo, voy a buscarlo.

Pronto, regresó con una botella de vino, pequeña y exquisita, colocándola en la mesa.

El concubino tanteó hasta que alcanzó la botella, la abrazó con fuerza mientras se dirigía rápidamente al otro lado de la puerta.

Xiao Bao, sorprendido y estupefacto, dijo, —amo, ¿desea salir?

Volteando la cabeza, el concubino sonorizó de prisa un sonido de asentimiento. Apresuró el paso y con grandes zancadas se fue a la parte más alejada del patio.

Xiao Bao le gritó desde la puerta principal, —¿¡A dónde va, amo!? ¡Una vez que alimente al gato, le alcanzaré!

El concubino enseguida lo rechazó, —quiero beber a solas. No te preocupes. No es necesario que me acompañes.

—Amo, tenga cuidado de camino... —Xiao Bao todavía no terminaba su frase cuando el concubino ya estaba digiriéndose al patio, desapareciendo bajo la oscuridad nocturna.

El emperador estaba en el jardín imperial bebiendo y comiendo tentempiés. Sin esperarlo, vio la silueta de una persona que se acercaba desde lejos hacia donde se hallaba.

No pudo estar menos que sorprendido, "¿por qué viene a este lugar tan tarde?".

Abrazando el vino, el concubino llegó al lugar que se encontraba no muy lejos del emperador. Buscando como loco, trató de encontrar la mesa y la banca de piedra que según él recordaba.

El emperador se puso de pie inmediatamente y agarró desde el frente el hombro del concubino.

El concubino se sobresalto muchísimo al sentir el cálido contacto repentino, causando que casi se cayera de sus manos la botella que sostenía.

—¿Por qué vienes solo sin que te acompañe Xiao Bao?

—Fui yo el que le pidió que no viniera —los ojos del concubino brillaron por un momento—. Escuché por el príncipe que vienes aquí a menudo para beber, por lo que quería encontrarte para tomarnos algo.

El emperador rio, —no te creas todas las palabras de Rui Ze.

El concubino agachó la mirada, —aquí estoy yo siendo muy directo, tomando la decisión de venir para encontrarte...

—No, no lo eres —el emperador cogió la mano del concubino y lo llevó a la banca de piedra para que se sentara—. Cuál es el punto de beber solo, será más agradable si son dos personas, platicando y bebiendo.

El concubino alzó la copa de vino y la acerco lentamente a su boca, después de considerarlo un rato, agarró su manga mientras se tomaba de un trago toda la copa.

El líquido dorado fue directo de su garganta al estómago. Calor, escozor, ardor. Tosió varias veces porque se estaba asfixiando. Toda su cara se puso roja de inmediato. Su pecho sufría de un sube y baja incontrolable.

El concubino ciegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora