Después de ser atendido durante muchos días, el concubino fue capaz de dejar su lecho e incluso de comer algo de pescado.
Xiao Bao estaba más que feliz, —el amo está cada vez mejor. En unos diez o quince días estará como nuevo.
El concubino rio con voz débil, —ajá.
Jue Yu regresó nuevamente a la capital y no lo hizo solo, traía al gato del concubino ciego, Yu Li, quien fue dejado en el jardín de perales. Pero ahora residía de manera temporal en la residencia del general.
—Las destrezas médicas del joven amo Jue Yu son exquisitas. Además posee una belleza exterior. Incluso en los momentos en los que actúa raro, se comporta de manera inteligente y hábil, para ser franco, no sé cuál es su objetivo.
Detrás de la puerta se escuchó una voz demasiado aguda que anunciaba, —Su Majestad está aquí...
De inmediato Xiao Bao se arrodilló, así también lo hizo el concubino, quitándose el edredón y batallando en su camino de descenso.
El emperador entró a grandes zancadas y rápidamente le ayudó, —no te muevas, solo quédate acostado como debe ser —su mano apenas si le rozó pero se dio cuenta de que el cuerpo bajo su tacto estaba temblando y se estremecía como si tuviera frío.
Y habló, —¿cómo es que te causo tanto miedo con el simple hecho de verme?
El concubino se tensó, dirigiendo la mirada hacia otro lado.
El color del rostro del emperador cambió ligeramente, —¿todavía me guardas rencor?
El concubino parpadeó, —¿cómo podría?
El emperador lo observó durante un rato, atenuando la forma en la que le hablaba, —nunca fue mi intención lastimarte.
Bajando la mirada, el concubino se quedó en silencio.
Y el emperador tampoco dijo más. Los dos contuvieron las palabras haciendo del ambiente algo tranquilo. Cada uno con sus propios pensamientos, sin sonidos de por medio. Sentados uno frente a otro, sin hacer ruido.
A eso de las nueve de la noche, Xiao Bao bajó la cortina, avisándole, —amo, en estos momentos Su Majestad se ha retirado.
El concubino le respondió con un leve sonido, acostado en la cama como si estuviera completamente agotado, con las mangas arremangadas hasta la parte superior del brazo, dejando a la vista las múltiples e ínfimas cicatrices.
Xiao Bao tiró del edredón por él, —amo, no puede seguir así. Se está haciendo daño usted solo. Por favor, relájese.
Hubo silencio por parte del concubino.
—Mañana mandaré una carta; para pedirle al sirviente de la residencia del general que traiga a Yu Li. Estoy seguro que una vez que el amo vea a Yu Li se pondrá de mejor humor.
El concubino recordó a su querido gato, y en su rostro apenas si se atisbo una sonrisa, —genial.
Hacía cinco años que lo había recogido en la puerta del pequeño patio del palacio frío.
En aquella época Yu Li era un gatito, chiquitito, con los ojos cerrados y el pelaje amarillento y reseco.
Lo recogió y lo abrazó contra su pecho, utilizando su calor corporal para calentarlo y así pasó mucho tiempo, hasta que al final, el pequeño, débil y delgado cuerpo empezó a reaccionar poco a poco, emitiendo un débil chillido.
El sonido fue tan suave como el hilo de la seda y el satín. Casi imperceptible.
Xiao Bao se dedicó a buscar por todo el patio, y fuera de este, la madriguera, pero no pudo encontrar a su mamá.
ESTÁS LEYENDO
El concubino ciego
Historical Fiction** TÍTULO ORIGINAL 瞎娘娘 (Xia Niangniang) escrita por 洗泥 XI NI ** Un concubino ciego vive en el palacio frío. Y tiene con él un gato blanco como la nieve. Día tras día, año con año, vive tranquilamente en el patio del palacio frío. Como si ya hubiese...