Elden se quedo en los jardines del castillo, sentado en una de las tantas bancas de piedra. Pensaba en lo que acababa de hablar con Odalis, de alguna manera se sentía mal por verla llorar, y a pesar de entender sus razones, no podía dejar de pensar que era un gran error que la chica hubiera sellado sus poderes de esa manera.
Scopius los había seguido y escucho todo lo que habían hablado, sintió unas enormes ganas de golpear a Elden por hacerla llorar, pero el también entendía la manera de pensar del chico, el mismo tenía sus dudas respecto a si era correcto que Odalis hubiera hecho tal cosa.
-¿Crees que hace lo correcto? -Pregunto Scorp cuando estuvo ya lo suficiente cerca de donde estaba Elden.
-Sinceramente no lo sé ¿Tu qué crees?
-Tampoco lo sé, a cambiado mucho desde que lo hizo, no puedo decir que sea un cambio del todo malo, ahora socializa mas con sus compañeras, no se desaparece como lo hacía antes, se nota contenta, sonríe con más frecuencia, pero no puedo dejar de notar que en ocasiones se queda con la vista perdida solo pensando en no sé qué cosas y aunque está presente es como si su mente estuviera muy lejos de aquí, además dejo el quidditch como si sintiera que ya no es capaz de jugar como lo hacía antes.
-Creo que sería bueno pedirle consejo a mi maestro. -Sugirió Elden
-Quizás Turambar pueda ayudarla a tomar la decisión correcta. -Afirmo esperanzado.
-Aunque pensándolo bien, lo más seguro es que Odalis ya haya hablado con el. Ellos mantienen una conexión mental especial.
-Pero no estaría de mas intentar. -Scorp se aferraba a esa esperanza para ayudar a su hermana.
Lo cierto era que Odalis ya había informado a Turambar de la situación. Era precisamente cuando se concentraba y parecía ajena a su entorno cuando lograba conectar su mente con la del elfo. Pasaba algunas horas al día solo platicando. Para la castaña era sencillo hablar de manera abierta con Turambar, confiaba mucho en su consejo, pero al igual que hacia ella con sus hermanos, el elfo la dejaba encontrar sus propias respuestas.
El hechizo para sellar sus poderes se lo había enseñado Turambar. Odalis le había pedido que le mostrara la manera de poder bloquear sus dones de adivinación, necesitaba poder pensar con claridad sin verse influenciada por las visiones o los presagios que cada vez recibía con mayor frecuencia.
El detonante que la animo por fin a hacerlo fueron las duras palabras de su hermana, pero la castaña ya tenía en mente realizar el hechizo, y mientras todos las buscaban en el castillo después del incidente con Eleine, la chica estaba en el bosque prohibido realizando las marcas sobre el piso a su alrededor, para comenzar a sellar su magia. Se paro dentro de un círculo formado de signos elficos, pronunciando entre sozollos el hechizo, palabra por palabra y mientras lo hacía marcas en su piel se iban tallando en la parte interna de sus muñecas. Fue doloroso era como sentir como se abría la piel con un hierro candente.
Odalis cayó de rodillas en el lodoso suelo presa del dolor y del llanto, dos marca en sus muñecas eran visibles, pero una tercera mucho más pequeña se gravo en su frente, sellando su tercer ojo, y con ello bloqueando toda posible visión. La castaña ocultaba por medio de un hechizo desilusionador la pequeña marca en su frente, pero dejo visibles la de su muñeca porque quería ser consciente de lo que había hecho antes de hacer la definitiva eliminación de sus poderes.
Aunque Turambar no estuvo físicamente en ese momento con Odalis, su espíritu le hizo compañía, lejos de juzgar la decisión que había tomado, la apoyo de manera incondicional, entendía la gran responsabilidad que conlleva un poder como el que poseía.
El carácter de la castaña se había definido en mucho como resultado de su poder. Era madura para su edad porque tenía que serlo para afrontar sus visiones, perdiendo un poco de su infancia en el proceso, ya que mientras las niñas de su edad se ocupaban de jugar y divertirse, ella tenía que asimilar las cosas que veia e interpretarlas, era quizás por ese motivo que se había vuelto reservada, se concentraba en pulir sus aptitudes de adivinación para comprender el profundo sentido del destino.
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Draco Nos Volvemos A Ver (Parte II)
RomanceUna nueva generación se embarca a grandes aventuras, nuevos peligros les acechan y tendran que tomar grandes decisiones para lograr sus metas. Esta Historia es la segunda parte de "Draco Nos Volvemos a Ver"