Malfoy y Weasley

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Estar sentada de nuevo en el gran comedor rodeada de amigo era realmente increíble, su manera de pensar había cambiado de manera radica, ya no era la misma y eso lo sabía, pero no era un cambio que la asustara, por el contrario, ese cambio le daba cierta tranquilidad.

Ahora valoraba mas la compañía de sus seres queridos y encontraba en a su lado esa parte de ella que había mantenido alejada por miedo, por el inmenso temor que representaba descubrir algo en su futuro que les dañara y no poder hacer algo al respecto.

Visualizaba las cosas de manera distinta desde aquel viaje que había hecho mientras dormía, rodeada de recuerdos que no eran suyos pudo darse cuenta que sin importar que le deparaba el futuro lo importante era cultivar esos irrepetibles momentos. Ella no podía tener la última palabra, eso dependía de cada uno, de las decisiones que tomara, del curso que le dieran a su camino.

Amaba profundamente a su familia pero ya no se sentía responsable única de esa felicidad que cada uno de ellos debía buscar por su propia cuenta, así como ella era la única responsable de encontrar su felicidad.

Había todavía muchas cosas inconclusas, muchos acontecimientos difíciles antes de que se calmara un poco las agitadas circunstancias, pero ahora se sentía fuerte y sabia que esa fuerza radicaba en que no estaba sola como antes creía.

Regreso a penas pudo a los entrenamientos de Quidditch y daba lo mejor de si misma en cada uno de ellos, era difícil seguirle el paso pero James y Fred estaban satisfechos sin importar que terminaran molidos en cada sesión.

No fue necesario hablar demasiado con Elden, pero si cruzaron algunas palabras antes de que este fuera a visitar a Turambar. Fue difícil para Odalis enfrentarse al chico y explicarle que no podía corresponder sus sentimientos, aunque no necesito dar demasiadas vueltas al asunto cuando el chico de antemano sabía que no contaba con el amor de la castaña.

Cuando la hora de despedirse llego, Odalis lo acompaño hasta la entrada del castillo y después de que todos le desearan un buen viaje, ella lo acompaño algunos pasos más allá del límite de la entrada.

-Sabes que yo también te deseo un buen viaje.

-Gracias.

-No tienes nada que agradecer, sabes que eres muy importante para mí, y por eso voy a decirte un secreto.

-¿Cuál es ese secreto?

-Ve tranquilo y regresa pronto porque hay alguien en este castillo que esperara por ti, para que descubran juntos un amor que crecerá para ser indestructible. El destino tiene una manera extraña de trabajar, pero no se equivoco al delimitar los senderos en la vida, pero de ti depende, si tus pasos te traen de vuelta o buscas el amor en otra parte.

-¿Quién es ese amor del que hablas?

-Eso mi querido Elden solo tu puedes descubrirlo, bastante hago con decirte que debes volver y que el amor te aguarda tras esas puertas. -Dijo señalando el castillo.

Elden sonrió y abrazo con cariño a la castaña que era mucho más pequeña que el, Odalis recargo su rostro en el pecho del joven con afecto.

-Prometo volver.

-Así será entonces. -Dijo separándose para besar su mejilla.

James los veía a la distancia y se crisparon sus nervios cuando vio como sus rostros estaban demasiado cerca y Odalis se ponía de puntitas para ponerse un poco a su altura, para finalmente colocar un dulce beso sobre la mejilla de un sonriente muchacho.

Odalis sabía las razones de ese beso y vio cumplidas sus expectativas cuando al regresar sobre sus pasos se encontró con el rostro contrariado de Antares que no aprobaba esa muestra de cariño entre la castaña y Elden.

Así como Odalis le había otorgado un regalo a Thor, esa noche cuando la euforia por su regreso había menguado y todos dormían se color en la habitación de sus hermanos para pedirle a Scorpius que salieran un rato a caminar, y así lo hicieron.

Caminaron hasta llegar a la orilla del lago donde se sentaron. Scorp acariciaba el cabello castaño de su hermana mientras esperaba con paciencia eso importante que le tenía que contar.

-Hoy le hice un regalo a Thor, un recuerdo del pasado.

-Si me conto sobre el singular evento, estaba feliz.

-A Eleine por medio de Turambar le envié el suyo.

-Decirle que Barlog regresaría y serian felices. -Afirmo el rubio.

-Así es. -Señalo- El obsequio de Thor fue una evento del pasado, el de Eleine un suceso de futuro y ti mi querido Esco te corresponde uno del presente, tu regalo no es un recuerdo porque aun no ocurre, ni un suceso futuro porque aun no has decidido, pero si es un presente que se levanta ante ti prometedor.

-No te entiendo Ody.

-Ya entenderás, solo espera aquí. -Le dijo antes de desaparecer.

El rubio estaba confundido pero espero un tanto nervioso para recibir ese regalo prometido.

-Scorpius. -Escucho una voz conocida pronunciar su nombre.

Se levanto sobresaltado, no esperaba encontrarse con ella en un momento como ese, la había evitado por varias semanas temiendo enfrentarla y ahora de repente se encontraban solo los dos en aquel apartado lugar, frente a un hermoso panorama.

-Rose. -Solo atino a decir su nombre y la chica sonrió de manera encantadora.

-Me dijo Odalis que necesitabas hablar conmigo.

-Si claro. -Dijo haciendo un intento por mantener la cordura y recomponer su semblante sorprendido.

Scopius cayó en cuenta de que ese era el regalo de Odalis, la oportunidad de enfrentarse a un presente.

Galantemente se pidió que se  sentara a su lado y asi lo hizo, secretamente Rose siempre había estado enamorada del rubio, pero sabiendo que no tenia esperanza alguna por ser uno de los chicos mas guapos y populares del colegio nunca le dijo a nadie sobre sus sentimientos, pero como siempre solo una persona lo sabia, de la misma forma en que sabía que solo necesitaban tener la oportunidad de estar juntos para hablar de sus sentimientos.

Y así fue como esa noche cargada de estrellas, frente al lago negro que se extendia tranquilo como si fuera un espejo, Scorpius declaro sus sentimientos a una hermosa jovencita  pelirroja a sabiendas de que no sería muy bien aceptado por su suegro Ron que detestaba aun a su padre y adoraba a su princesa. Pero contaba que el cariño que le tenia a su madre Hermione fuera suficiente para que les permitieran formalizar su noviazgo, sabía que Rose era aun muy joven pero esperaba en algunos años poder casarse, porque encontraba en la chica Weasley su complemento.

Que ironías tenía la vida cuando había hecho que un Malfoy se enamorara de una Weasley. Odalis reía ante esos pensamientos cobijada en las sabanas de sus cama, sabiendo que el regalo había sido del total agrado de su hermano rubio.

Draco Nos Volvemos A Ver (Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora