4. Happier

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Alba

"Hola, buenas tardes, soy la señorita Reche, le llamo desde diseño de interiores soleá ¿Es usted la señorita Lacunza?"

"Con esa voz tan bonita me puedes llamar Natalia"

Me quedé pillada unos minutos intentando obviar el comentario que acababa de hacer...

"Bueno, Natalia, aquí en Soleá nos gusta hacer una entrevista a nuestros clientes para tener una idea de sus estilos, sus gustos etc. por lo tanto la llamaba para ver cuando le vendría bien concretar una cita"

"Una cita señorita Reche sin ni siquiera habernos visto, es usted muy atrevida"

"Natalia deja de vacilar a la mujer joder" escuché risas de fondo y Natalia se aclaró la garganta.

"Perdóname es que hoy me has pillado graciosa" dijo riendo a lo que yo le respondí con una leve risa.

"¿Mañana por la tarde le vendría bien?" Me preguntó, miré mi agenda aunque sabía que no podía, tenía a Lea durante toda la tarde, todos los días.

"¿No podría por la mañana, ya que ese es nuestro horario de oficina?"

"Pues hasta dentro de dos meses no tendré un rato por la mañana"

"No se preocupé, mañana a las 5 y media de la tarde estaremos aquí esperándola, muchas gracias"

"A usted señorita Reche"

Colgó el teléfono y yo me di la vuelta para contarle a Marilia la conversación tan surrealista que acababa de tener.

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"Mamá no quiero cenar sopa" protestaba Lea sentada en su trona.

"Pues es lo que hay esta noche" Cogí un cazo echándole la sopa en su plato poniéndoselo en frente.

"NO, NO,NO" Lloró metiéndole un manotazo a la sopa haciendo que cayese al suelo.

"YA ESTÁ" Le grité cogiéndola de su sitio y llevándola arrastras a su cuarto sentándola en la cama "De aquí no te muevas" La dejé cerrando la puerta cuando salí, escuchaba sus llantos y aunque quería entrar corriendo a abrazarla sabía que no podía. Me puse a llorar contra la puerta, no sabía que esto iba a ser tan difícil.

Pasaron cinco minutos y solo se escuchaba silencio, ya no llorábamos ninguna de las dos. Abrí la puerta con cuidado encontrándomela dormida en el suelo. Lloré de la impotencia de que se hubiese tenido que ir a dormir así, la cogí quitándole la ropa y poniéndole el pijama y la metí en la cama. Fui hacía la cocina a recoger el estropicio y a echarme yo un plato de sopa. Mientras cenaba cogí el móvil llamando a María.

1 tono, 2 tonos, 3 tonos...

'Hola soy la Marí, si no te lo he cogido inténtalo de nuevo más tarde'

Maldecí en voz baja sentándome en el sofá encendiendo la tele, después de llorar un rato decidí coger el móvil y llamar a la Rafi.

-Mama- Sonreí al escuchar su voz al otro lado.

-Hola, mi niña ¿Como que me llamas a esta hora?-

-Te necesito mamá, no puedo más- le dije empezando a llorar, la necesitaba aquí conmigo.

-Ai, Alba, corazón ¿Ha pasado algo?-

-Esto me está superando mamá, no puedo más, pensaba que podría estar aquí sola sin ti pero últimamente Lea está insoportable y esto es muy difícil-

-Alba- Se lamentaba, sabía que ella estaba empezando a llorar también. -Es normal que esté así, va a cumplir tres años, los tres años son terribles para cualquier madre, tienes que tener mucha paciencia, quererla mucho y regañarle cuando haga algo mal, que te pida perdón por lo que haya hecho y después la llenas de mimitos-

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