5. Praying for love

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Alba

Me desperté con dos pequeñas manos agarrando mi cara.

"Mami desperta"

No pude evitar sonreír abriendo los ojos viendo a la pequeña bola rubia encima mía con su pijama de Marie de los Aristogatos.

"Buenos días mi bebe"

"mamo al cole mami"

Me reí sacando el móvil de debajo de la almohada para ver la hora que era.

05:30

Aun que parezca temprano es mas o menos a la hora que me había estado despertando todos los días los últimos 3 años, a Lea dormir no era lo que más le gustaba.

"Aún es temprano mi vida, por que no vas a tu cuarto a por un juguete y te lo traes aquí a la cama"

Lea asintió bajándose de la cama con mi ayuda y fue corriendo a su cuarto que quedaba justo en frente del mío, volvió con unos bloques de madera que tiró por la cama. Yo cerré los ojos un rato mientras ella jugaba. Para cuando empezamos a desayunar eran las siete menos cuarto y a las 7 y media estábamos entrando en la cafetería.

"Buenos días Sabeliña"

"Hola Alba" Sonrió poniendo mi café encima de la barra "Hola preciosa" Se acercó cogiendo a Lea en brazo que se agarró fuerte a su cuello. "Creo que no importa cuantas mañanas la vea vestida con el uniforme que cada día me muero un poco más de lo mona que es"

"Me alegra que digas eso" Reí nerviosa "Esta tarde tengo una entrevista de trabajo que no he podido cancelar y me preguntaba si te podría dejar a Lea aquí una media hora, no creo que tarde mucho más y como estamos justo aquí en la esquina si pasa algo me puedes llamar no creo que pase nada" sabía que había hablado muy rápido pero me daba mucho corte pedir favores, yo no era así, mi hija mi problema pero tampoco quería tenerla en la oficina por que sabía que al final Marilia se terminaría quedando con ella y la pobre también tenía mucho trabajo.

Sabela se rió abrazando mas fuerte a Lea que le daba besitos en la carita.

"Me encantaría Alba, ósea me alegra muchísimo que confíes en mi porque ya te he ido conociendo y a tu hija la dejas con pocas personas ehh"

"Hombre es mi vida" Respondí sonriendo mirando a la pequeña que me miraba "Bueno ¿Nos vamos no?"

Salí de la cafetería despidiéndome de Sabela y con Lea de la mano bajamos la cuesta llegando en pocos minutos a la puerta del colegio. Al ver la puerta se agarró a mi pierna como todas las mañanas empezando a llorar.

"Mami no vayas pofa" a mi me partía el alma cada mañana pero sabía que mi hija tenía que estar escolarizada así que como cada mañana la despegue de mi pierna cogiéndola en brazos y pasándosela a María que esperaba en la puerta con otro niño lloroso en sus brazos.

"Ayer te llame pero como si nada" le dije acariciando la cabecita de Lea que ahora la tenía apoyada en el hombro de María aún llorando.

"Llegó anoche Pablo con la niña, que estaba mala y decía que no tenía nada para darle así que a pesar de la que la niña lloraba que quería irse con papá le di el Dalsy y la metí conmigo en la cama y esta mañana antes de salir ha vuelto Pablo a por ella" Me explicó apenada.

"¿Que explicación tiene que quiera estar últimamente con Pablo todo el día?".

"Pablo está todo el día en casa, cuando llega la niña está lleno de energía y se pasa toda la tarde para arriba y para abajo con la niña, en su casa entra todo el mundo y la niña que le gusta más ser el centro de atención que nada pues está contentísima de tener a todo el mundo pendiente". 

Soltó a Lea y al otro niño con la profesora ayudante que tenía y se volvió a girar para hablar conmigo "En mi casa juego con ella un rato pero yo estoy agotada de haber estado todos los días con los bebés y claro en casa estamos ella y yo, el día que se pasan mis padres es un milagro entonces claro, la casa de Pablo es un circo y la mía pues un aburrimiento"

Por un lado entendía a la niña y por el otro me sentía mal por que sabía que a María le afectaba muchísimo más de lo que dejaba ver que la pequeña no quisiera estar con ella. No me quería imaginar si yo tuviese que tener custodia compartida con el padre de Lea, por mucho que estuviese agotada de no haber tenido un día de descanso desde hace años no me imagino lo difícil que sería para mi separarme de ella, ni decirte ya lo difícil que sería escuchar a mi hija decir que no quiere estar conmigo.

"Esta noche si puedes te bajas y nos tomamos una copa de vino mientras hablamos un rato"

Asintió y nos dimos un abrazo despidiéndonos.

La mañana se me pasó rápido preparando las preguntas que le haría a la señorita Lacunza, estaba bastante nerviosa por que llegase esta tarde, no solo por que fuese mi primer trabajo en solitario si no porque me había puesto un poco nerviosa que ligase conmigo por teléfono. Desde que tuve a Lea se podría decir que no había ligado con absolutamente nadie, llevaba cerca de tres años sin tener más cariños que los de mi hija y aunque no me quejaba me había sentado muy bien que esa extraña hubiese ligado conmigo aunque fuera por teléfono. 

Cuando terminé de escribir las preguntas estuve un rato ayudando a Marilia con algunos clientes que yo había estado trabajando más y salí a recoger a la pequeña. Hoy María no tenía quejas, me dijo que tardó poco en calmarse por la mañana y que no había tenido problemas con ella durante el día así que de camino a la cafetería le compre un Chupachups en el kiosko. La dejé en la cafetería, Sabela estaba contentísima de que la dejase con ella y Lea también parecía tener ganas. Después de charlar un rato y prometerle a Lea que no tardaría mucho en volver salí de la cafetería y cuando miré calle abajo la vi. 

Era la chica de la gasolinera.

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