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33. Where I wanna be

Natalia

Miraba a mi alrededor, las paredes completamente blancas me estaban poniendo nerviosa. Tenía la mano de Elena en la mía y de vez en cuando me apretaba fuerte cuando se asustaba por alguien que pasaba. 

"Me estoy arrepintiendo" susurré lo suficientemente fuerte para que me escucharan Elena y mis padres. 

"Natalia tranquilízate por favor, todo va a ir bien" Mi padre sonrió poniendo su mano sobre mi rodilla dándome apoyo. 

"Familia Lacunza ¿qué tal?" Una señora de unos 50 años, con el pelo canoso y una bata blanca se acercó a nosotras sonriendo. 

"Muy bien Blanca aprovechando las vacaciones, ¿Cómo está Santi?"

"Muy bien, está muy contento, está participando en un taller de música y está aprendiendo a tocar la guitarra, está muy entretenido y esa es la clave"

"¿Crees que podrá venirse a casa para año nuevo?" 

"No sé Mikel, no queremos que pase como la última vez, pero ya sabéis que es vuestra decisión, mi recomendación como profesional es que lo dejéis aquí un tiempo más" 

"Lleva aquí ya dos años" bufó mi madre susurrando. 

"Lleva mucho tiempo pero es lo mejor para él con la edad que tiene, pero repito que es vuestra decisión"

"¿Podemos verla ya?" Preguntó Elena cansada de escucharles hablar. 

"Claro, ya sabéis el camino" La mujer se apartó dejándonos pasar hacia una pequeña habitación. Mi madre abrió la puerta, Santi estaba sentado con una guitarra mirando hacia la ventana, cuando se giró una sonrisa se le dibujo en la cara al vernos. 

Que mayor estaba, intenté aguantar las lágrimas al verle, estaba tan mayor y estaba aquí por mi culpa. Salí de la habitación apoyándome en la pared del pasillo echándome a llorar. Podía escuchar a mis padres y a Elena hablar con Santi, intenté no hacer ruido mientras lloraba pero me estaba ahogando, no podía respirar. Me fui deslizando por la pared hasta sentarme en el suelo con las manos cubriéndome la cara. 

Cuando ya me estaba tranquilizando noté unas manos sobre mis hombros, levanté la cabeza mirándole a la cara. 

"Santi" lloré agarrándole y dándole un abrazo "Santi, lo siento, lo siento" lloré sintiendo sus manos acariciando mi espalda. Estaba aquí conmigo, mi hermano. 

"shh, ya pasó Nat, está todo bien" Me susurraba sujetándome fuerte. 

"Estás hecho un hombre Santi, estás super mayor" 

Alba

Lea y yo habíamos salido a dar un paseo las dos solas, nunca lo había hecho y últimamente echaba de menos estar con mi niña solas. 

"Entonte yo pudo qerer a una niña o niño" Me reí de la pequeña que iba saltando a mi lado de mi mano. 

"Tu puedes querer a quién quieras Lea, no importa si es un chico o una chica, pero que eres muy pequeña Lea, te queda mucho para querer a nadie" 

"Máma me pedes haced una foto pada Nataya" Me reí viendo cómo se ponía a posar. 

Saqué el móvil y le hice un par de fotos mandándoselas a Natalia. "¿Por qué no vamos a un lago que hay aquí al lado, te apetece?"

"Patitos" 

"Si patitos" Le volví a coger la mano pero se quedo quieta. 

"¿Qué pasa?" Le pregunté cogiéndole la mano insistiendo de nuevo. 

"Cógeme Mamá" Subió sus brazos poniendo cara de cachorrito. 

"Lea, de la mano que ya eres una niña mayor"

"No mayo no, pequeñita"  Me volvió a mirar estirando los brazos, y mirando su carita no pude evitar cogerla.

"Bueno, vamos allá"

Fuimos al lago, vimos los patitos, nos hicimos muchas fotos las dos juntas y pasamos un buen rato hablando y cantando y bailando. Volvimos a casa a tiempo para la hora de cenar, ya estaban allí mi familia por lo que Lea y yo nos subimos, nos dimos una ducha rápida y volvimos a bajar ya bien vestidas y arregladas. Durante la cena llamé a Natalia un par de veces pero no me lo cogió y tampoco me había respondido a los mensajes. Fue pasando la noche y cada vez estaba más preocupada, no se había conectado ni siquiera. Cuando me iba a levantar para salir fuera y volver a intentar llamarla el móvil se me iluminó, me estaba llamando. 

"Hola mi amor" Sonreí saliendo al porche pero la única respuesta que recibí era su llanto, estaba llorando "Nat, Natalia ¿Qué ha pasado?" Le pregunté preocupada pero solo lloraba. "Nat mi amor respira, respira conmigo" Hice unas respiraciones forzadas para que me imitase y tras unos segundos estaba más tranquila. 

"Lo siento" susurró entre respiraciones.

"Lo siento de qué, ¿Qué ha pasado Nat?" 

"Te necesito aquí" Volvió a llorar fuerte. 

"Nat" Las lágrimas empezaron a caer por mi cara "Respira por favor" intenté decir sin que se notara que yo también había empezado a llorar.

Estuvimos hablando media hora, ella no me decía nada y cuando se hubo calmado del todo cambio de tema preguntándome por Lea y por mi familia. Un rato después me colgó diciéndome que tenía que irse que su madre la estaba llamando pero no me quedé bien,  estaba preocupada y no sabía qué le pasaba. 

"¿Mamá onde tabas?" Me preguntó Lea cuándo entre por la puerta. 

"Hablando por teléfono mi amor, ¿Te lo estás pasando bien con la prima Chloe?" Asintió y volvió a salir corriendo hacía Chloe que le estaba poniendo caras desde el salón. Pasé el resto de la cena un poco ida y cuando subí a dejar a Lea en su cama para dormir yo también me metí en la mía diciendo que no me encontraba del todo bien . Estuve un par de hora dando vueltas, no podía dejar de pensar en Natalia y en porqué estaba tan mal. Miré el móvil viendo que aún eran solo las 12 de la noche y aun que el jaleo de abajo había disminuido Marina y la Rafi seguían abajo hablando. 

Me acerqué a mi armario poniéndome unos leggings y cogí una sudadera, preparé una pequeña mochila y bajé las escaleras. 

"Mamá me tengo que ir a Pamplona, Natalia necesita mi ayuda, dejo a Lea aquí, mañana cuando se despierte dile que he ido a comprar algo y ya la llamo yo después" 

"Pero Alba hija, son las doce de la noche, son muchas horas y no has dormido, no creo que sea buena idea" Mi madre se levantó del sofá siguiéndome alrededor de la casa mientras me ponía las botas y el abrigo. 

"Mamá si no fuera importante no me iría, y estoy bien, si en algún momento me noto cansada te prometo que pararé" A pesar de que mi madre no estaba muy segura e intento persuadirme para no ir, le insistí y finalmente me dejó ir. Me monté en el coche poniendo el el GPS Pamplona, cuando llegase allí ya vería como la encontraba.

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 siento que el capítulo sea cortito y como siempre muchísimas muchísimas gracias por eso, un par de vosotras me habéis escrito a mi twitter diciéndome que os gusta mi historia y os quería decir gracias por aquí también, me ha hecho mucha ilusión. 

Nos vemos mañana