51. Adrenalina

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Natalia

Terminé de vestir a Lea y la cogí con cariño, después de la ducha y cómo había llorado se volvió a dormir en unos segundos. La miraba y me entraban ganas de llorar ¿En qué mundo es justo que los niños sufran? La miré apretandola más fuerte contra mí. Cruce los dedos para que esto fuese una cosa que pudiésemos dejar en el paso y pudiésemos vivir tranquilas de ahora en adelante. Jenniffer nos acompañó al hospital y entró con nosotras hasta la habitación de Alba.

"Muchas gracias por acompañarnos" le sonreí antes de que saliera por la puerta. Entre en la habitación con cuidado, cuando la Rafi se giró y vió a la niña en mis brazos se echó a llorar acercándose a nosotras y abrazándose a mí con cuidado de no despertar a la niña.

"Gracias a los dioses que estás bien mi niña pequeña" lloraba acariciándola con cuidado. "¿Que ha pasado? ¿Dónde estaba? ¿Qué le ha pasado en el cuello?"

"Es mejor que no lo sepas" le susurré triste  "Está aquí con nosotras y eso es lo importante"

"Me voy a ver a Marina a decirle que la tenemos, si se despierta me llamas" La Rafi dejó un beso sobre mi mejilla y salió por la puerta.

Me senté en la silla que estaba pegada a la camilla donde Alba dormía apoyando a Lea en mi pecho dejando que durmiese durante días si lo necesitaba. Las miré a las dos, mis dos rubias sonrientes, mi mundo. Pensé en cómo sería todo a partir de ahora ¿Nosotras podíamos superar esto no? Entre pensamientos y médicos entrando y saliendo me quedé dormida echando la cabeza sobre la silla.

No se cuanto tiempo dormí pero cuando desperté Alba tenía los ojos abiertos, tenía la cara llena de lágrimas mirándonos a las dos.

"Me las has traído de vuelta" sonrió llorando aún más, me levanté con cuidado dejando a Lea en sus brazos y apoyando mi cabeza sobre la suya echándome a llorar también.

"He pasado mucho miedo Albi" sollocé y ella me arropó en sus brazos dejando que llorase.

"Si es que eres muy chica mi amor" me susurró acariciándome el pelo "Pero ya está ya ha acabado todo" Eché la cabeza para arriba mirándola a los ojos, se acercó con cuidado dejando un beso sobre mis labios con toda la delicadeza del mundo. "Te quiero con todo mi alma Natalia, quiero tenerte en mi vida siempre, quiero hacerme vieja a tu lado, tener más hijos y casarnos y ser felices" Ambas llorábamos juntas entre besos. Esta era la mujer de mi vida, a lo mejor teníamos solo 19 y 21 años pero nuestra situación era de una pareja de 30.

"Estaré encantada de hacer todas esas cosas" la besé haciéndola sonreír levemente "Es más lo estoy deseando"

Estuvimos un rato largo dándonos mimitos y cuando ambas nos estábamos volviendo a dormir la pequeña empezó a gritar dormida.

"Lea lea mi amor ya pasó ya pasó" Alba se la subió un poco más en sus brazos abrazándola aún más intentando calmar a la pequeña que lloraba dormida.

"Lea bebé despierta corazón" susurré yo acariciándole el pecho con un poquito de fuerza para que se despertara poquito a poco.

Abrió los ojos con fuerza asustada mirando por la habitación, siguió llorando hasta que vió que Alba la tenía en brazos. No dijo nada pero se abalanzó sobre ella agarrándose fuerte a su cuello.

"Ya pasó mi vida, ya estás a salvo, mamá está aquí" Alba le acariciaba el pelo mientras Lea lloraba en los brazos de su madre "shh mi niña, ya nada malo nos va a pasar, estas en mis brazos mi amor"

Después de un rato intentando que Lea dijese algo nada sirvió, cuando estábamos a punto de irnos a casa, ya que a Alba le habían dado el alta y queríamos salir de allí lo antes posible, apareció una señora de mediana edad. Tenía el pelo castaño claro y en las facciones de la cara se notaba que empezaba a tener señales de la edad, se acercó con mucho cuidado y no fue hasta cuando ví la etiqueta que llevaba enganchada a la camisa que mi di cuenta que era la psicóloga que nos habían dicho que vendría.

"Hola, yo soy la Dra. Nerea, soy la psicóloga de este centro, sé que estáis deseando iros a casa pero si tenéis las tres un rato me encantaría hablar con vosotras." La mujer sonrió mirando a Lea que escondía la cara en el cuello de Alba "Sé que son momentos muy difíciles y no vamos a profundizar mucho en nada, solo quiero asegurarme de que sepáis lo que os aconsejamos desde el equipo y que si queréis hablar sepáis que tenéis el medio para que os escuchen"

"Os lo agradezco muchísimo y le prometo que las tres hablaremos con alguien" me miró durante un segundo y volvió a centrar su atención en la señora "Pero ahora mismo lo que necesitamos y sobre todo mi hija es irnos a casa y estar tranquilas"

Nerea la miró entendiendo por completo y con una sonrisa le entregó un folleto que supuse era información sobre los psicólogos del hospital.

"Muchas gracias Nerea"

"Aquí estaré si me necesitáis" Le dimos ambas dos besos y nos encaminamos fuera del hospital.

"Nos vamos a casa" intenté hacer sonreír a Lea que me estaba mirando pero lo único que hizo fue girar la cara y enterrarla en el cuello de Alba. "Tengo miedo de que no vuelva a ser la misma" le susurré a Alba cogiéndole la mano.

"Necesita tiempo, las reches necesitamos nuestro tiempo cuando nos pasan cosas así, cuando a mi me pasó eso estuve un tiempo sin hablar también" me susurró apretándome la mano fuerte "Nosotras podemos con todo" eso lo dijo más fuerte mirando hacía Lea.

Había recibido millones de llamadas y mensajes de las chicas preguntándome por el estado de Lea y Alba pero también escribiendome después de los mensajes de preocupación que no le contestara hasta que estuviéramos bien y tranquilas. Agradecí muchísimo que hubiesen estado ahí y que hubiesen dado un apoyo tan grande.

"¿Natalia?" preguntó la conductora del cabify cuando llegó a nosotras, cuando le dije que si nos abrió la puerta y pronto llegamos a casa. Al abrir la puerta Alba se quedó parada mirando toda la casa como si fuese suya.

"No quiero quedarme aquí" susurró dando un paso atrás como si la puerta estuviese cubierta en llamas.

"Albi ¿qué pasa?" Me puse frente a ella para que dejase de mirar la casa, Lea no levantaba la cabeza.

"no quiero estar aquí ahora mismo" vi como sus ojos se empezaban aguar y su respiración iba más rápida.

"Vale vale tranquila, voy a entrar cogeros ropa para Lea y para ti y nos vamos a mi casa" Las dejé en la puerta mirándolas todo el tiempo.

Llamé a Marta para decirle que iría para allá con las chicas y me dijo que no me preocupara que ella no estaba, sabía que si que estaba en el piso por que escuché como empezaba a recoger cosas de fondo pero agradecí mucho el gesto. Cuando les cogí el pijama y una ropa extra salimos hacia mi piso. Las tres nos sentamos en el sofá y vimos una película de niños, cuando acabó nos metimos todas en la cama grande juntas y nos dormimos. Nosotras podemos, nosotras podemos... me repetí una y otra vez.

2 años más tarde

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Aiiii lo siento muchooooo :) Sé que muchas amáis a la Lea chiquitita pero seguirá siendo muy muy pequeñita!!!! Siento también dejaros aquí sobre todo por que mañana no habrá actualización :/

Os agradezco como siempre muchiiiiiiiiiiiiiiisimo todos los comentarios y votos.

¿QUE QUERÉIS QUE PASE EN ESTE SALTO DE DOS AÑOS? ESTOY MUY NERVIOSAAA.

Sonreír siempre que podáis, es bueno para la salud,

Mai xx

| LEA | PUBLICADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora