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38. Dos palabras

Natalia

Abrí los ojos despacio intentando acostumbrarme a la claridad que entraba por las persianas, miré hacía mi brazo que estaba completamente dormido y al ver el pequeño cuerpo de Lea tumbado sobre él entendí el por qué de ello. Sonreí al ver la manita de Lea sobre la cara de Alba, aún que me hubiese gustado borrar el día de ayer a ellas no las borraba de mi vida nunca. Lea respiraba flojito moviendo de vez en cuando la mano que tenía encima de Alba lo que estaba haciendo que la mujer mas bella del planeta se fuese despertando poco a poco. Se estiró con cuidado aún sin abrir los ojos y yo solo podía admirar su belleza, es que no exageraba cuando decía que era preciosa... Cada facción de su cara era perfecta.

"Me vas a gastar" susurró aún sin haber abierto los ojos.

"que creído te lo tienes rubita" dije sin apartar la mirada de sus labios, con cuidado me levante inclinándome hacia ella sin despertar a Lea y dejé un húmedo beso sobre sus labios los cuales ella atrapó con una sonrisa. "te quiero" le susurré.

"te quiero" besó mis labios una vez más antes de abrir los ojos por fin sonriendo al verme, volvió a acercarse dejando otro pico sobre mis labios antes de levantarse de la cama y entrar al baño.

Yo me giré para mirar a Lea y acaricié su barriguita dejando un beso sobre ella con cuidado de no despertarla, Alba quería que estuviera dormida todo el tiempo posible para que no diese mucho la lata. Tras dejar un par de besitos suaves sobre su frente me levanté yo también entrando al baño con Alba se estaba dando una ducha. Estaba girada dándome la espalda, tenía un cuerpo precioso. El agua caía por su suave piel, las gotas impregnaban su esbelto cuerpo y no podía apartar mis ojos de su cuerpo, es que era perfecta. Tarareaba una canción que sonaba a magia y no pude evitar quitarme la ropa y abrir con cuidado la ducha. Me acerqué a su cuerpo pegando mi pecho a su espalda, la abracé con cariño y ella echó el cuello para atrás apoyándose en mi hombro.

"Te quiero" le susurré besándole el hombre con ternura.

"Yo también te quiero"

Estuvimos unos minutos disfrutando del momento, no había nada sexual, solo cariño, muchísimo cariño. Nos abrazamos un buen rato y después terminamos de ducharnos bien ya que el tiempo se nos echaba encima y teníamos que llegar al aeropuerto. Salimos y tras vestirnos ayudé a Alba a terminar la maleta de Lea. Cogimos a Lea con cuidado y mientras Alba la bajaba a ella al coche yo bajé las maletas con cuidado de no hacer demasiado ruido pero se ve que no lo hice muy bien ya que cuando estaba apunto de salir por la puerta Rafi salió de su cuarto haciendo que me parase.

"Natalia" llamó y noté mis mejillas colorearse de rojo al girarme.

"Rafi, ya nos ibamos" sonreí y creo que me salió la sonrisa más falsa y  nerviosa que jamas haya puesto.

"Ya ya y no quiero molestar hija era solo que quería pedirte perdón por lo de anoche que se que estabais disfrutando y que a lo mejor interrumpí en el peor momento, tu sabes"

Quería morirme... No era broma, le suplicaba en mi mente a la tierra que me tragase, lo estaba pidiendo a gritos pero por más que miraba el suelo no se abría para colarme en él.

"emm no pasa nada" susurré sin ni siquiera mirarla.

"Nat ¿pasa algo?" Alba preguntó entrando para ayudarme con las maletas y cuando se giró a ver a su madre también se convirtió en un tomate "Mamá ¿Que haces despierta?"

"Os he escuchado y quería venir a disculparme con Natalia por lo de anoche"

"Mamá yo creo que es mejor que no volvamos a hablar ni pensar en lo de anoche nunca nunca más ¿vale?"