Natalia
"Quiero estar ahí Joan, cuando la encontréis quiero estar con vosotros por favor, va a estar muerta de miedo y va a necesitar a alguien"
"Te recojo del hospital en 5 minutos"
Le colgué y me acerqué a Alba dejando un beso largo sobre su frente.
"Te voy a traer a tu niña de vuelta Albi, te lo prometo"
Salí de la habitación avisando a los doctores de que iba a salir pero que la Rafi estaría de vuelta en cualquier momento y esperé en la puerta del hospital a que llegase Joan. Unos minutos después apareció su coche rojo y bajó la ventanilla para que viese que era él.
"Venga sube" Abrí la puerta sentandome a su lado y con las sirenas sobre el coche llegamos a la zona de la estación sur en 10 minutos. Había muchísimos policías, un montón de gente tras un cordón policial y cuando por fín logramos pasar por el barullo de gente les vi. Caí al suelo llorando al verla, la tenía entre sus brazos y tenía un cuchillo pegado a su cuello. Lea ya ni lloraba solo miraba con la vista perdida a todos los policías apuntándoles con las pistolas, mi niña bonita de la sonrisa grande ¿Cómo puede un ser humano hacerte esto a tí?
Lea giró la cabeza con cuidado mirando a todas las personas que miraban la situación y me vió y no dijo nada pero las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas en silencio. Una niña de tres año temía por su vida y yo no podía esperar al momento en que la volviese a tener en mis brazos riéndose de alguna tontería que había dicho.
"Te quiero tres mil millones" le susurré con mis lágrimas imitando la caída de las de Lea. Y no sabía si me había entendido o no pero apartó su mirada de mi y cerró los ojos intentando evadirse de todo lo que estaba pasando. Daba gracias a lo que hubiera hecho que esta niña fuera tan lista cómo era por qué otra niña de tres años estaría llevándo esto de otra forma diferente.
"Suelte a la niña y no dispararemos" gritaba uno de los 8 policías que tenían sus armas apuntando a Lea y al hombre.
"Joan no puedes dejar que disparen pueden darle a la niña" le suplicaba sollozando pero él también tenía su arma apuntando hacia ellos y yo ya no sabía lo que hacer. Mire hacia Lea que tenía los ojitos con fuerza, sabía que lo único que ella quería es que todo esto acabara y que todas estas personas desaparecieran y que estuvieramos las tres solas en el salón viendo Peppa Pig.
"Si no me llevo a la niña me muero" él grito del hombre hizo que Lea abriese los ojos pero directamente volvieron a centrarse en mí, yo cerré los ojos enseñandole que eso debía hacer ella y que así estaría mejor. Cuando los volví a abrir ella los volvía a tener cerrados. Mi pequeña lista.
"Suelte a la niña y no dispararemos" repetía el mismo agente.
"Si no me la llevo me muero y cómo no me vaís a dejar llevarmela moriremos los dos" Clavó el cuchillo un poco más profundo haciendo que Lea empezará a llorar y pegase un chillido del dolor que sintieron todos y cada uno de los que estaban allí presentes.
"MAMI YUDA MAMI" Tenía los ojos abiertos llenos de lágrimas mirándome directamente a los ojos, me estaba suplicando que fuera a por ella, tenía miedo de morir, me lo estaba diciendo. "MAMI NO EJES QUE AYA" La miré e intenté correr hacía ella pero noté los brazos de Joan agarrándome con fuerza.
"Lo tienen" Me susurraba pero yo solo veía a mi hija en brazos de un psicópata .
"Joan suéltame por favor" sollozaba en sus brazos mientras Lea había vuelto a cerrar los ojos y eso me hacía más daño de que me estuviera llamando.
Y cuando por fín me solté de su agarré esuché el sónido de las pistola, los lloros de Lea, la gente gritando. Miré a mi alrededor, los policías corrían, la gente que había estado tras el cordón policial también miré enfrente mía y ví su cuerpo cubierto de sangre con Lea encima. Corrí los más rápido que pude hacía ellos esquivando a los policías que intentaban pararme y llegué a ellos. Lea tenía los ojos cerrados y no la veía moverse, me acerqué más cogiéndola en mis brazos.
"Lea mi amor despierta por favor" le suplicaba al pequeño cuerpo lleno de sangre, y entre las lágrimas noté sus manitas sobre mi cara. Estaba despierta, estaba bien. Lloré como nunca había llorado sujetándola contra mi, no hablaba pero con la fuerza con la que se agarraba a mí sabía que estaba bien. "Ya ha terminado todo mi vida, se ha acabado, estás bien, estamos bien" Sus manitas se afferraban con fuerzas a mi. Dime que vas a volver a ser mi pequeño sol, la razón por la que cada mañana Alba y yo nos reímos sin parar, por favor.
Un policía nos escoltó a la ambulancia donde con mucha dificultad separaron a Lea de mi y la sentaron sobre la camilla, conmigo sentada a su lado.
"Hola bonita ¿Te duele algo?" Le preguntó la chica con mucha dulzura pero Lea no hizo ni la más mínima señal de que estaba escuchando lo que decía.
"Lea mi amor puedes decirle si te duele algo" Giró la cabeza mirándome pero tampoco dijo nada. "¿Puedes decir cualquier cosa peque?" Pero siguió sin decir nada. "Normalmente habla, será por la situación" la escusé mirando a la chica.
"Es completamente normal, cuando lleguéis al hospital habrá una psicóloga esperando para hablar con vosotras si queréis por ahora vamos a mirar a ver si vemos algo" La auscultó asegurándose de que todo estuviera bien y salvó una tirita que le pusieron en el cuello toda la demás sangre era de ese hombre.
Joan se acercó a la ambulancia subiéndose para ver cómo estabamos.
"¿Puedo llevarmela a casa para ducharla y cambiarla antes de ir al hospital?" le pregunté con la esperanza de que me dijera que sí, y cuando miró a Lea que simplemente miraba hacia delante con la mirada pérdida sabía que me diría que sí.
"Le pedire a una agente que os acompañe y os lleve al hospital después"
"Gracías Joan" Y cuando acabé de hablar escuché una sirena de ambulancía de fondo. "¿Está vivo?"
"Le están intentando reanimar pero no sé"
Cuando nos dijeron que nos podíamos ir cogí a Lea en brazos saliendo de la ambulancia con cuidado, la miré y vi como parecía ir durmiendose poco a poco.
"Natalia, esta es la agente Jenniffer que os va a acompañar a casa y con tranquilidad cuando acabéis os llevará al hospital, no se va a apartar de vuestro lado" Le sonreí acariciando la espalda de Lea que ya había caído completamente rendida.
"Hola señora Lacunza, subanse" Nos abrió la puerta y ambas nos subimos, me puse el cinturón sobre las dos y en unos 20 minutos habíamos llegado al piso, le pedí las llaves al portero que sabía que tenía una copia y subí con cuidado. La agente no se separó de nosotras ni un segundo.
"Nos voy a dar una ducha, nos cambiamos y ya salimos, gracias por todo Jenniffer" la mujer asintio sonriente y yo me fui con Lea hacia su cuarto. La dejé en la cama mientras le cogía ropa interior y un chándal para cambiarla después y cuando ya tuve todo preparado la desperté poco a poco.
"Buenos días pequeña princesa" abrió los ojos mirando por la habitación como queriendo saber si lo que había pasado era real y cuando vio su supo que lo había sido y sus ojos se tornaron oscuros. Me miró pero no dijo nada. "No pasa nada, no tienes que hablar mi amor, todo va a estar bien" me abrazó con fuerza tras decir eso y la aupé llevándola al baño. "Nos vamos a dar una ducha las dos juntitas vale mi amor" asintió y sentí algo de alivio que hubiese dado algún tipo de señal de que realmente estaba escuchándome.
La desnude con toda la delicadeza del mundo y puse la ropa llena de sangre sobre el lavabo. Tras desnudarme yo la cogí en brazos y nos metí en la ducha, cuando el agua cayó sobre nosotras empezó a llorar en silencio y ahí estuvimos 15 minutos... Ella derramando todo el dolor y el miedo que había sentido ese día y yo siendo su apoyo para que no cayera.
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buenoooo poquito a poco vamos restaurando la paz... va a ser complicado superar esto pero juntas podrán ¿no?Gracias como siempre por leer y votar y sobre todo comentar, me encanta leerlo. Y me hizo muy muy feliz leer que no queréis que acabe por que yo tengo muuuuchaas ideas ♥️
un besico enoooooorme,
Mai
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| LEA | PUBLICADO
FanfictionAlba cometió muchos errores en su vida, su vida bohemia y de locura le trajeron un regalo una noche. Hace dos años y medio Alba tuvo a Lea, como ha ella le gustaba llamarla el amor de su vida. A pesar de lo liberal que Alba había sido siempre y esta...