60. Love someone

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Alba

Natalia y yo bailabamos bajo las atentas miradas de todos los invitados, la canción que sonaba había sido elegida por Natalia después de haberla escuchado de banda sonora de una serie y haberse enamorado.

Era un poquito difícil bailar lento con ella pero mirar a Natalia tan feliz mientras me miraba me calentaba el corazón. Esa mirada... De esa mirada me había enamorado yo. Le cogí los mofletes acercando sus labios a los míos con cuidado. Me había evadido tanto en ella que no me había fijado en todas las personas que se habían puesto a bailar a nuestro alrededor.

La Rafi y la madre de Natalia bailaban con Lea dando vueltas y Elena y Marina bailaban cada una con una bebé sobre su hombro. Había sido una comida muy buena, la verdad es que estábamos las dos muy felices con cómo había salido todo.

Acabó el baile y ya sabía lo que tocaba ahora y no quería por que significaba llorar y no quería.

"Ahora van a subir las novias a dedicarse unas palabras antes de seguir con la fiesta" sonrió la cantante de la banda que habíamos contratado.

Natalia me cogió la mano sonriéndome y ambas subimos al pequeño escenario que había.

"Buenas tardes a todos" empezó Natalia haciendo que los invitados empezaran a vitorear "Pues antes de ponernos ñoñas y decirnos un par de cositas queríamos agradeceros a todos y cada uno de vosotros y vosotras por venir a pasar con nosotras uno de los días más importantes de nuestra vida."

"Desde que nos conocimos sabíamos que estábamos hechas la una para la otra y todas vosotras habeis estado aquí para apoyarnos en todo momento. Gracias a todos los que venís que fuera de Madrid, gracias por hacer un esfuerzo un pelín más grande por estar por nosotras y por la bebida" Seguí yo causando la risa de alguno de los visitantes.

"Y ahora a ti mi amor" Sonrió Natalia girándose para mirarme. "La primera vez que te vi fue en una gasolinera a las afueras de Madrid, casi te mato yendo a devolverte el juguete que se le había caído a Lea, yo me estaba preparando para una semana ajetreada de trabajo y tu estabas camino de empezar una nueva vida en Madrid con tu pequeña de dos años. Podríamos no habernos visto nunca más a pesar de que te diera mi número. Todo se podría haber quedado en una historia de una chica que conocí una vez en una gasolinera pero no, da la casualidad que a la cafetería a la que ibas a recoger tu café todas las mañanas era la cafetería de la persona que más me había cuidado y querido desde que llegué a Madrid. Mi sabeliña." Se secó las lágrimas que habían empezado a caer de sus preciosos ojos y yo le agarré la mano con más fuerza.

"A partir de ese momento siguieron una serie de casualidades que de una manera o otra nos hubiesen vuelto a juntar tarde o temprano. Alba... Mi mujer... No sabes lo increíble que es poder llamarte así. Has sido mi salvavidas cuando me estaba hundiendo, llegaste cuando la vida empezaba a ser demasiado para mi sola, cuando necesitaba a una persona que estuviese ahí para apoyarme y darme consejo. Nuestra relación no ha sido un camino fácil y sobre todo ha sido muy dramático pero a tu lado todo merece la pena, nuestra relación no es una de esas normales, cualquier persona que nos ve juntas nos lo dice, lo nuestro es de otro mundo. Gracias, gracias por ser mi mejor amiga además de mi pareja. Por siempre cuidarme, por tenerme en cuenta y por quererme de la manera que lo haces. No se qué he hecho en otra vida para merecerte pero te prometo que no te vas a arrepentir nunca de haberme elegido para pasar el resto de tu vida conmigo." La rodeé con mis brazos dejando un beso suave sobre sus labios con nuestras lágrimas mezclándose entre nuestros labios.

"Te amo" le susurré haciendo que se agarráse más fuerte a mi mientras todos nuestros amigos aplaudían.

"Joder ahora cómo sigo yo" me reí secandome las lagrimas sacando mi papel del bolsillo que tenía el vestido por debajo.

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