Esta mañana mi madre y mi tía llegarán más tarde, han ido a la escuela, a la reunión con el director y los profesores. Me han dejado solo en la tienda, puedo aprovechar para escuchar una y otra vez y a todo volumen Que reste-t-il de nos amours, en la versión de Cinthia M., sacada del álbum Bistrot Blue.
El volumen tan alto sirve también para alejar a los clientes, es algo que he notado, así como el hecho de que, sin esos dos mastines montando guardia, puedo hasta concederme el lujo de ignorar las sonrisas y las expresiones de urbanidad y ocuparme de todo el que moleste lo estrictamente indispensable. Es decir, intervengo sólo si no tienen más remedio que gritarme que no pueden encontrar en los estantes lo que están buscando.
Sin embargo cuando le permito al disco seguir más allá de esa canción y Cinthia M. entona La vie en rose, me veo obligado a enfrentarme con otro aburridísimo asunto: con estas románticas notas de acompañamiento es difícil apartar la mirada.
Más allá del escaparate, justo debajo del cartel amarillo de Mundo Animal, está el sinvergüenza trasteando detrás del mostrador, revolviendo cajas y firmando recibos. Coge en sus brazos un cachorro de perro labrador que acaban de entregarle y le sonríe con toda la ternura del mundo. Se me rompe el corazón al verlo de esta manera, recordando cuando me tomaba a mí dans ses bras y me decía des mots d'amour, des mots de tous les jours, y ésta era nuestra Vie en rose, y tan sólo levantando la mirada más allá de los escaparates y encontrando una sonrisa coloreábamos nuestros días.
Y ahora la del cabello desordenado entra en la tienda. Atado a la correa como un condenado de la milla verde, el pastor de los Abruzos está cada vez más enjuto e infeliz, y lo entiendo, pobre, llevar la vida de un caniche siendo un pastor de los Abruzos no debe de resultar nada sencillo. Suho les da la bienvenida con una sonrisa, pero ella, la muy puta, no se queda contenta y exige un beso en los labios. Ahora tienen toda la pinta de una imagen de programa de televisión del corazón: él, ella y el cachorro en medio que les lame las mejillas. El pastor de los Abruzos, naturalmente, ha quedado fuera de encuadre. Sus risas insonorizadas me ponen de los nervios.
Matita me observa torciendo el hocico, se le escapa un gemido. Su mirada promete que nunca más cederá a la tentación de las galletas de Suho, jura que resistirá a su infalible llamada, y lo hará sólo para protegerme, para sacarme de este complicado enredo. Nunca la he sentido tan cerca de mí, creo que dormir abrazados en la misma cama nos ha sentado muy bien.
Trato de distraerme con Facebook. De seguir así me volveré loco.
Durante la espera para que el ordenador se desperece mientras se enciende, los veo abandonar la tienda. Qué liberación. Acto seguido también en Facebook llegan buenas noticias.
Por fin un poco de sano movimiento, una cálida acogida. Invitaciones, mensajes, sugerencias, peticiones. El nuevo ciudadano empieza a cobrar cierta importancia. Si no consideramos el hecho de que ha sido Heechul quien ha animado mi vida social. Mirad un poco: sólo en este mes tengo nada menos que 14 invitaciones a eventos, entre los cuales hay un Pink Crazy Aperitif y un Smash Girls Party. Vaya. Siguen 17 invitaciones a grupos. Además del ya mentado «Save Siwon!», están «Single... los sueños se vuelven realidad», «Volvamos a llevar a las azafatas a la calle así se libera alguna plaza en la tele», «Los que odian a los que abandonan a los perros», «Los de... Tres metros sobre el cielo» y «Los que ya no paran». Muy fuerte. Y no se acaba. Siguen: 3 invitaciones a causas que supongo benéficas, 1 invitación para el «birthday calendar», 1 solicitud para «send chocolate», 1 solicitud para «qué princesa de cuento eres», 1 solicitud para «you're sexy», 1 solicitud para «most lovable person», 1 solicitud para «smile at me», 1 solicitud para «good luck», 1 solicitud para «helio kitty», 1 solicitud para «friends forever», 1 solicitud para «this kiss» y, para acabar, una solicitud para «¿eres idiota?». Dadme unos días y desvelaré todos los misterios.
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Lovebook
RomanceDonghae tiene ocho años cuando a la salida del colegio se encuentra con Hyukjae. Él sólo es un niño mientras que Hyukjae es un adolescente. La diferencia de edad entre ellos es una barrera que no se puede romper. Pero quince años más tarde, después...