Esta mañana, mi madre y mi tía me han dejado solo en la tienda para asistir al examen de selectividad de Sungmin y Donghwa. De completar un día de por sí tan intenso se encarga la inauguración de la librería con el encuentro de lectura previsto para las seis de la tarde.
Huelga subrayar el hecho de que ahora la tienda ha adquirido un aire claramente más intelectual. El viejo sofá de mi abuelo, en lugar de esos estantes llenos de polvo donde guardábamos los cuadernos, le da una nota de calidez que no queda nada mal. Y entonces, ¿por qué estoy aterrado temiendo que esta noche no aparezca nadie? Para alejar todas las paranoias, he puesto a todo volumen y en repetición constante Samba de mon coeur qui bat de Coralie Clément. Me parece que es mucho más adecuada para esta nueva fase de mi vida y además consigue relajarme.
Heechul tenía razón, no me iba a quedar durante mucho tiempo en el piso. Se podría decir que ahora vivo en casa de Hyukjae. A ver, me quedo a dormir en su casa casi todas las noches y ya he llevado allí buena parte de mis cosas, Matita incluida. Esta noche llegará un poco más tarde porque ha tenido que ir a la Toscana, junto con su padre, para visitar el Château Relais que están construyendo. Las obras están a punto de terminar y la inauguración del hotel está prevista para el próximo mes. ¡Qué maravilla!
La señora Sohee es la primera clienta de la nueva librería. Entra y mira a su alrededor, con el recelo de costumbre. Naturalmente está buscando todos los artículos que ya no vendemos.
—¿Y esos preciosos bolígrafos que teníais?
—Señora, ya se lo he dicho, hemos dejado de ser una papelería.
Ella sigue refunfuñando, pero mientras tanto coge un libro tras otro.
—¿Y esto qué es? ¿Una guía de jardinería? ¿Dirá también cómo cuidar las plantas de mi balcón?
—No lo sé, señora, pero creo que sí.
Se acerca a la caja con una decena de libros.
—Pero digo yo que al menos podíais quedaros con los cuadernos de flores. ¿Dónde voy a apuntar ahora la lista de la compra? Además no me gusta ese sofá allí, no tiene nada que ver con el resto.
Se quejará mucho, pero en los veinte años que hace que la conozco nunca se había gastado ochenta y cuatro euros, uno detrás de otro. Qué va a hacer con un libro sobre apicultura se me antoja un misterio.
—Venga a vernos esta noche, por favor —le digo al despedirme—. Habrá también refrescos.
—Con tal de que bajéis un poco la música... —me contesta molesta—. Si no me dará un tremendo dolor de cabeza.
La señora Sohee se aleja de la tienda y un instante después entra Heechul.
—¡Menos mal que has venido! Estoy supernervioso. ¿Y si no viene nadie?
—Pero ¿qué dices, mi amor? —me tranquiliza él—. ¡En Facebook sólo se habla de esto! ¡Ya han hecho una página de fans! Y esta vez no tengo nada que ver, ¡ha sido una iniciativa del grupo de la escuela!
Por lo visto, Hyukjae y Kyuhyun no han escatimado esfuerzos. Heechul me asegura que ha pasado la invitación también a todos sus contactos, pero no hay que relajarse: las caras que he visto en su grupo de amigos de Facebook no me merecían mucha confianza. A no ser que vengan también Madonna, Britney Spears y Kylie Minogue en persona.
Mientras tanto llegan mi madre, mi tía y los chicos. Así seguimos con los pies en el suelo.
Sungmin salta excitado, porque en el examen ha logrado un sesenta, el mínimo indispensable para aprobar la selectividad. ¡Qué suerte! Donghwa, en cambio, entra en la tienda hecho un mar de lágrimas. Está también Alessandra, su novia, que le da la mano.
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Lovebook
RomanceDonghae tiene ocho años cuando a la salida del colegio se encuentra con Hyukjae. Él sólo es un niño mientras que Hyukjae es un adolescente. La diferencia de edad entre ellos es una barrera que no se puede romper. Pero quince años más tarde, después...